Con el foco puesto en la cita de Nueva York a finales de agosto, renuncia a Hamburgo y Umag para volcar toda su preparación en el último grande del año
18 jul 2023 . Actualizado a las 09:24 h.En un suspiro, Carlitos Alcaraz ha pasado de rodarse poco a poco en toda clase de torneos a seleccionar con mimo su calendario. Convertido en campeón de Wimbledon, su segundo grande, decidió renunciar a dos citas en las que fue finalista el año pasado y que esta temporada coincidían en el calendario, ambas a partir del próximo lunes y en tierra batida: el ATP 500 de Hamburgo, en Alemania, y el ATP 250 de Umag, en Croacia. El motivo es claro, disputará sin apenas presión la Copa Hopman, un torneo por países este fin de semana, y ya solo pensará en el US Open. Con seis títulos ya esta temporada, más que ningún otro tenista, y convertido en el primer tenista clasificado para la Copa de Maestros de Turín (del 12 al 19 de noviembre), los grand slams son ahora el objetivo casi único de su planificación.
El camino hacia Nueva York está diseñado. Desde este lunes y hasta el jueves descansará en su casa, en El Palmar, antes de viajar a Niza para competir en tierra. Allí formará equipo con Rebeka Masarova —sustituta de Paula Badosa— defendiendo a España este fin de semana en la Copa Hopman, el viernes contra Bélgica y el sábado ante Croacia. Y descansará después hasta la gira americana, ya sobre pista dura.
No hay citas menores en su calendario norteamericano , sino los Másters 1.000 de Toronto (del 7 al 13 de agosto) y Cincinnati (del 14 al 20) y el último grand slam del año, el US Open (del 28 de agosto al 10 de septiembre).
En las dos primeras citas puede llenar su granero de puntos respecto al 2022, cuando perdió en primera ronda en Canadá, y no pasó de los cuartos de final en Cincinnati. Pero de forma similar lo puede hacer también Djokovic, su gran rival de cara a terminar la temporada como número uno del mundo. El serbio no disputó la gira norteamericana el pasado año por su negativa a vacunarse contra el coronavirus, entonces todavía un requisito para entrar tanto a Canadá como a Estados Unidos, un veto ahora levantado por las autoridades de ambos países.