Así se forjó la Scaloneta argentina: «Dudamos de ti y nos diste una gran lección»
DEPORTES
El seleccionador Lionel Scaloni empezó a formar su equipo como interino y sin Messi, resistió a críticas feroces tras la Copa América 2019 y ahora es un ídolo en Argentina
15 dic 2022 . Actualizado a las 09:20 h.«Dudamos de ti y nos diste una lección de entrenador». Así relató la televisión argentina, nada más acabar el partido contra Croacia, el sentimiento generalizado de todo un país. Lionel Sebastián Scaloni (Pujato, Santa Fe, 1978), ese entrenador sin experiencia al que muchos habían señalado al poco de llegar, les había metido en una final de un Mundial, demostrando además un notable don de mando. El exfutbolista del Dépor revirtió una situación compleja y ahora nadie duda de su capacidad. Hasta un mito como César Luis Menotti cree a ciegas en Leo: «Él y su cuerpo técnico son personas que no venden humo. Ellos estudian y se prepararon para esto. Depende de él [Scaloni] y de Tapia, pero a mí me gustaría que siguiera». Y la hinchada lo ama: «Vení, vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Scaloni, todos la vuelta vamos a dar», coreó la curva ante Croacia.
su fichaje por argentina
El único que resistió al fracaso de Rusia y al convulso adiós de Jorge Sampaoli
Jorge Sampaoli firmó un contrato hasta el 2022 con la selección argentina a mediados del 2017, pero su fracaso en el Mundial de Rusia, cayendo en octavos contra Francia, con múltiples conflictos abiertos con los jugadores, motivó su salida solo un año después. Con él se marcharon todos sus ayudantes salvo uno, un Leo Scaloni que se acababa de incorporar al cuerpo técnico unas semanas antes, en un rol menor. En medio de la crisis y sin mucho margen para firmar a nadie, el presidente de la federación, Claudio Tapia, lo nombró seleccionador para el equipo sub-20, que en apenas dos semanas debía disputar el prestigioso torneo de La Alcudia. Lo hizo bien y, del mismo modo, se le encargó que dirigiera a la absoluta mientras cerraban a un nuevo entrenador. Se hablaba entonces de Simeone, Pochettino y Marcelo Gallardo como grandes candidatos.
el inicio
«Messi, es mejor que no vengas todavía»
«Veníamos de dos finales de Copa América y otra de Mundial perdidas. El sentimiento era: ‘Nunca vamos a ganar nada’, ‘No ganaremos, no ganaremos, no ganaremos’. En ese momento lo que les dijimos a los jugadores fue que, ganasen o perdiesen, iba a salir el sol igual. Cuando juegas para Argentina, ese ‘grrr’, esos nervios, esa adrenalina, siempre están ahí. Hablamos con ellos sobre nuestras experiencias. Nosotros también los escuchamos», explicó Scaloni en una entrevista reciente en The Guardian.
El ambiente era negativo y por eso decidieron que lo mejor era jugar sin Messi esos primeros partidos, que quizás fuesen los únicos del exdeportivista en el banquillo de la Albiceleste: «Hicimos una videollamada con él y Pablo Aimar, [el segundo entrenador], explicándole nuestros planes, diciéndole que las puertas estaban abiertas. Le dijimos: ‘Tal vez es mejor que no vengas todavía’. Leo estaba feliz, sobre todo por la presencia de Pablo, que es su ídolo. Él me respondió: ‘Cuando me requieras, estaré allí’. Necesitábamos que el grupo fuera fuerte primero. No es lo mismo que venga un chaval y de repente lo manden a entrenar con Leo. Es difícil explicar lo que genera en un grupo simplemente estando ahí».
Y la Scaloneta empezó a funcionar: «Dirigimos dos partidos, luego Alemania, Ecuador, dos con México... Las cosas salieron bien. También es cierto que no les dio tiempo a encontrar un reemplazo, eso es una realidad. Así continuamos hasta diciembre. Los resultados fueron buenos, pero fue más el aire que respirábamos, fresco, la gente uniéndose, lo que hizo que continuásemos. Después de seis o siete partidos, se fue formando el grupo. Otamendi, Di María, a quien ya conocía, De Paul, Lo Celso, Papu... Gente que maneja un grupo. Cuando Leo se unió, ya fue natural. Sabíamos lo que queríamos», recordó el actual seleccionador.
la crisis
La feroz crítica tras la final de la Copa América 2019
Y en esas llegó la Copa América 2019, en la que Argentina perdió una dolorosa final contra Brasil. Las críticas arreciaron. «Scaloni carece de espalda propia como para soportar cualquier cimbronazo. Pierde en la comparación con cualquiera de los otros técnicos sudamericanos [...]. Empezó a leer de atrás para adelante el difícil libro de los técnicos. Ojalá que el fútbol argentino no pague un precio demasiado alto por este aprendizaje», decía el editorial del diario Página 12. «En Argentina es difícil respetar un proceso y nosotros empezamos como interinos, sin apoyo incondicional. Pero pasó algo raro. Empezamos a ganar esa confianza por cómo trabajábamos. El equipo se identificó con cómo somos. Encontramos esa química entre hinchas, directivos, jugadores... Eso fue clave para seguir durante estos cuatro años», reconoce ahora Scaloni, que ya ganó la Copa América 2021.
Un sobresaliente gestor y estratega
Todo lo que le achacaron a Lionel Scaloni, por los prejuicios de su corta edad (44 años) y de su falta de experiencia, lo ha echado por tierra durante este Mundial. En Catar se está viendo a un seleccionador argentino con aplomo, que no pierde los nervios y que le deja todo el protagonismo a los jugadores sobre el campo. «Todo el éxito es de ellos», decía aún este martes después de arrollar a Croacia. En un clima de dramatismo en vena desde el minuto 1 del Mundial, el técnico fue el único que mantuvo la compostura en todo momento. Y eso que tuvo que ver cómo su segundo, [Pablo Aimar], se derrumbaba en el banquillo fruto de la tensión y cómo sus jugadores se encaraban con sus compañeros de los Países Bajos tras la tanda de penaltis de cuartos. Scaloni no. Siempre sereno.
Además, en Catar también está brillando como estratega. Ha cambiado de sistema durante la competición para atajar las fortalezas de los rivales. Pasó a jugar con tres centrales para contrarrestar a Van Gaal en cuartos y reforzó, en cambio, la medular, para contener a Croacia en semifinales. También ha ido abriendo paso a los jóvenes Enzo y Julián, que comenzaron como suplentes y ahora son puntales.