Luis de la Fuente, el discreto caballero del fútbol

DEPORTES

Juan Carlos Hidalgo | EFE

Sin redes sociales, es aficionado a las pesas y con un profunda convicción religiosa

12 dic 2022 . Actualizado a las 12:31 h.

Con un perfil de formador, Luis de la Fuente (Haro, 1961) llega al escalafón más alto de la selección española sabiendo bien lo que es empezar desde abajo. Una trayectoria cual hormiga que por fin recibe su premio. El técnico riojano siempre ha sido un actor secundario. Ahora comienza su etapa más mediática como arquitecto del combinado nacional. Pero su relación con el fútbol no comenzó en el banquillo. El exlateral zurdo del Athletic formó parte de aquella estirpe del futbolistas con bigote. Integrante de aquella plantilla que firmó el doblete con Javier Clemente.

Riojano de nacimiento y vasco de adopción, era su padre el encargado de llevarle siendo un niño a San Mamés a ver a Los Leones. Mientras, su madre regentaba una mercería en su pueblo natal. Su buen hacer por el carril zurdo le llevó a firmar por el equipo vizcaíno a los 15 años. Triunfó en el Athletic para después firmar por el Sevilla. Allí compartió vestuario con el también entrenador Manolo Jiménez. «Es una persona excelente, compañero, amigo y muy competitivo. Muy alegre. Le gastábamos muchas bromas con lo exagerados que eran los del norte y creamos muy buen ambiente en el vestuario. Eso sí, a la hora de competir, lo daba todo», recuerda Jiménez.

Tras diez años en la élite colgó las botas después una temporada aciaga en resultados en el Alavés en Segunda B.

Amante del deporte, sobre todo de las pesas, actividad que realiza cada día, y de la buena alimentación, De la Fuente comenzó su carrera como entrenador en clubes modestos del País Vasco para pasar después por el juvenil del Sevilla y llegar, como no, a Lezama. «Él entrenaba al Bilbao Athletic y yo al juvenil. Tiene una capacidad de dirección de grupo fantástica, también frente a los medios de comunicación y con la afición. Es una persona muy amable, tremendamente cercano y muy humilde. Luis tiene un don especial. Tiene ángel. Es muy carismático y con mucha personalidad», afirma Patxi Salinas, con quien también compartió vestuario en la gloriosa época del Athletic.

Hace diez años recibió la oferta de la Federación Española de Fútbol para dirigir a la sub-19. Mucha culpa de esta llamada la tuvo Iñaki Saez, su mentor. Así lo reconoció en una entrevista concedida a La Voz el pasado mes de octubre. «Fue mi mentor. Con Sáez debuté en Primera División y fue él quien me repescó de nuevo para jugar en el Athletic Club cuando estaba en el Sevilla. También me abrió las puertas de la federación. Fue un entrenador fantástico. Es como un libro abierto», afirmó entonces el técnico.

Exigente y de ideas claras

Los que le conocen aseguran que la principal virtud del nuevo seleccionador es su amplio conocimiento de los jugadores que deben conformar el futuro de España. Es un hombre de cantera. La gran mayoría han pasado por sus manos. De hecho, quince de los veintiséis futbolistas convocados para el Mundial vieron su pizarra. «Es muy metódico, trabajador y sigue las reglas o los estándares de lo que es la selección española. Con un modelo de juego atractivo, casi siempre de 1-4-3-3 con mucha posesión», explica el jugador del Pontevedra Yelko Pino, que recibió la llamada de De la Fuente con la sub-19. «Es una persona muy cercana, que sabe separar el plano personal de lo deportivo. Es muy exigente con los futbolistas y con una ideas muy clara que lo que quiere hacer», argumenta el futbolista gallego.

Su peregrinar por las diferentes categorías de la selección española siempre se ha caracterizado por su máxima discreción y le ha convertido en un sabio del fútbol. A diferencia de su predecesor, no tiene redes sociales. No le gustan ni encajan dentro de ese perfil poco mediático. Aún así, y también a diferencia de Luis Enrique, se explaya en las ruedas de prensa y no tiene inconveniente en explicar sus decisiones.

La cercanía que transmite a sus jugadores ha servido de inspiración para su hijo Alberto, quien ha querido seguir sus pasos. Desarrolla su faceta laboral como analista de las categorías inferiores de la selección española tras haber sido director metodológico y también analista de la Sociedad Deportiva Huesca.

Con 61 años, es un hombre de profundas convicciones religiosas, muy espiritual. La amabilidad en el trato es otra de las características que destacan los que le conocen. De la Fuente culmina con su llegada al escalafón más alto de la selección, su felicidad futbolística. Un premio a la constancia, al esfuerzo y al trabajo. Unas características que necesitará para rehacer un grupo muy tocado por el desastre ocurrido tras la eliminación del Mundial. Continúa una nueva era.