El jugador vivía en una isla y acudía con su abuelo en barco a entrenar a Río de Janeiro
09 dic 2022 . Actualizado a las 08:29 h.La isla de Paquetá, situada en la Bahía de Guanabara —la segunda más extensa de Brasil, con más de 400 kilómetros cuadrados de superficie—, en Río en Janeiro, es un lugar paradisíaco a más de cuarenta minutos en barco de la gran urbe. Un trayecto que recorrió todos los días Mirão, el abuelo de Matheus y Lucas, para llevar a sus dos nietos a los entrenamientos de sus equipos.
A las nueve de la mañana zarpaban hacia Río por las aguas de un paraje que fue declarado, en el 2012, Patrimonio de la Humanidad. El camino de vuelta finalizaba todos los días a la una de la madrugada. «Mi abuelo era una roca. Tenía el objetivo de vernos jugar profesionalmente. Por desgracia no llegó a verlo porque falleció», apuntó en una entrevista con la FIFA Lucas Tolentino Coelho de Lima (Río de Janeiro, 1997), conocido futbolísticamente como Lucas Paquetá. Hoy es uno de los goleadores más bailongos de la selección brasileña y luce con orgullo un apodo que coincide con el nombre de la isla de su infancia. Su hermano también logró dar el salto al fútbol profesional. Actualmente milita en el Tombense, de la segunda división brasileña.
El pequeño Tarzán
De pequeño le llamaban cariñosamente Tarzán, ya que recorría Paquetá sin camiseta ni zapatos. «Siempre estaba soleado. Es un lugar donde la gente venía de vacaciones y, para mí, era mi casa», recuerda el futbolista del West Ham, sobre un lugar particular, en el que las bicicletas y los carros de caballos son los transportes terrestres principales.
Su camino hasta la Canarinha no fue sencillo. Con 15 años medía 153 centímetros, por lo que se sometió a un tratamiento hormonal. El plan surtió efecto y su estatura aumentó 27 centímetros. «Sufrí mucho por ello. Incluso jugando sentía inferioridad debido a mi talla. Eso es lo que más me dolía, no lo que los demás dijesen. A menudo me iba a casa llorando», subrayó el carioca.
El recuerdo de su abuelo, que no pudo verle debutar en el Flamengo, está presente en su pierna izquierda. Lucas se tatuó una M, la inicial de su añorado Mirão.
Paquetá marcó el gol que clasificó a Brasil para el Mundial. Además, el pasado lunes sentenció los octavos de final con el cuarto tanto de su selección ante Corea. En Doha, el carioca replicó uno de sus característicos bailes que también circulan como la pólvora en la red social TikTok, acompañados de un himno de las verbenas como es Danza Kuduro. Desde sus inicios en el Flamengo, Paquetá ya mostró que, si hay que celebrar un gol, para él no hay nada mejor que mover el esqueleto.
No son pocos los usuarios de esta red social en auge que se animan a imitar los pasos de baile de Paquetá. El carioca, que tiene repertorio de sobra de danzas y regates, reparte contenido para internet de forma salomónica: goles para YouTube y bailes para TikTok.
Juninho le señaló como su sucesor en el Olympique de Lyon: «Me cambió la vida»
Lucas Paquetá brilló en el Flamengo. Tanto, que a principios del 2019 el Milan apostó fuerte por él. El club italiano desembolsó cerca de 35 millones de euros y el futbolista recaló en San Siro. Paquetá, sin embargo, nunca llegó a asentarse en Lombardía. En año y medio, jugó solo 24 partidos como titular y no contó demasiado ni para Gattuso ni para Giampaolo.
Juninho Pernambucano guarda similitudes con Paquetá. Ambos tienen un apodo que homenaje a su origen y, pese a que el ex del Milan no posea el extraordinario golpeo de libres directos de Juninho, también tiene dotes de centrocampista goleador.
Por ello, la leyenda y director deportivo del Olympique de Lyon recomendó su fichaje. «Me cambió la vida», reconoció el carioca a los medios de la Ligue 1. En sus dos años en el campeonato francés, marcó nueve tantos en sus dos temporadas. Prácticamente la misma media de goles que cosechó Juninho en el Stade Gerland, el antiguo feudo del equipo.
El West Ham rompió la banda por él. Paquetá es el fichaje más caro de la historia de los londinenses, que pagaron 61 millones por hacerse con sus servicios.
El centrocampista escolta un tridente, formado por Vinícius, Richarlison y Raphinha, que desafía a Croacia en cuartos. El equipo de Modric se caracteriza por su inteligencia sobre el campo, fruto de una veteranía que intentará que no existan ni bailes ni samba en el césped del Education City.
La incógnita en el once brasileño estará en el lateral derecho. Si Sandro no se recupera del todo de su lesión, Militao volverá a ocupar esta posición.