
La selección penaliza su falta de gol y de variantes en el juego, condicionada por una convocatoria excéntrica, limitada en calidad y con perfiles repetidos
07 dic 2022 . Actualizado a las 09:00 h.¿Por qué fracasó España? Fiarlo solo a la fortuna de una tanda de penaltis no es consecuente. La selección dejó, desde su origen, síntomas preocupantes.
la convocatoria
No atendió a los méritos ni a los momentos de forma
Luis Enrique despreció la calidad —y a esta selección no le sobra— y los momentos de forma para articular una selección que se mimetizara con él y con su idea. Borja Iglesias, Iago Aspas, Sergio Canales y Brais Méndez se quedaron sin sitio. Eric García, Yeremy Pino y Guillamón se van sin debutar. Sarabia lo hizo en la prórroga ante Marruecos. Ansu Fati, condicionado por la lesión, no llegó a jugar medio tiempo.
perfiles ofensivos
Una línea de ataque con cromos repetidos y poco gol
El seleccionador buscó en Nico Williams y el renqueante Ansu Fati las soluciones ofensivas de las que España carece. Entre otras cosas, porque el perfil de los futbolistas es muy similar: Dani Olmo, Marco Asensio, Sarabia, Yeremy Pino y Ferran Torres no son finalizadores. Solo Morata podía tener ese cartel.
portería
Simón no es la mejor elección para jugar con los pies
Achacarle a Unai la eliminación sería injusto, pero llama la atención que para iniciar el juego con los pies, incluso bajo presión, se recurra a él. No es la filosofía del Athletic y Simón penalizó ante Alemania, Japón y Marruecos.
defensa
El central fijo acabó siendo un pivote reconvertido
Rodri, centrocampista en el Manchester City en un rol similar al de Busquets, fue el único defensa que jugó todos los partidos. Laporte —ausente contra Japón— ofreció como pareja un nivel aceptable. A partir de ahí, la apuesta por Pau Torres, Eric García y Guillamón no convenció ni al seleccionador, que también alineó a tres laterales derechos diferentes en cuatro partidos.
mediocampo
Una línea al límite del desgate físico que no se dosificó
El peso de una selección que abusa de la posesión recae en su zona ancha, pero Busquets, Pedri y Gavi, sin relevos de garantías, estuvieron exigidos en todos los partidos. Lucieron contra Costa Rica, pero tanto Pedri como Gavi acabaron el Mundial físicamente al límite.

el espejismo y el aviso
Una goleada artificial y una derrota que no se leyó bien
El histórico triunfo ante Costa Rica no benefició a España porque le hizo creer que tenía una pólvora que no tiene. Tampoco supo leer la derrota contra Japón. Se achacó a diez minutos malos, los primeros del segundo tiempo, en los que se encajaron los goles, pero la selección tuvo luego muchos minutos para al menos empatar y no generó ocasiones.
cambios
Sin soluciones desde el banquillo para agitar los partidos
Solo la entrada de Morata, en el descanso ante Alemania, aportó algo decisivo. Las alternativas que Luis Enrique buscó frente a Japón y Marruecos no surtieron efecto. Lo más eléctrico fue Nico Williams. Ante rivales que se encerraron, como era previsible, España no tenía otro plan.
