El sudafricano manda con seis golpes bajo par, con siete de margen sobre el jugador que le arrebató el título en el US Open
16 jul 2021 . Actualizado a las 09:02 h.Como si el cuarto grand slam del año fuese una prolongación del tercero, Louis Oosthuizen y Jon Rahm continuaron este jueves su pulso, esta vez en la misma partida. De la cuarta ronda en el US Open de Torrey Pines salió hace casi un mes campeón el jugador español, después de una remontada soberbia con birdies en los hoyos 17 y 18. El inicio del British este jueves en Royal St. George’s situó en cambio al sudafricano, derrotado en San Diego, como líder provisional. Entregó una tarjeta con seis golpes bajo par, hasta siete menos que el golfista de Barrika (+1).
Rahm no jugó mal en un campo más asequible de lo que cabía esperar. Primero, por las lluvias de los días anteriores, y después porque el viento no sopló como se esperaba, casi siempre por debajo de los 20 kilómetros por hora. Pero el número dos del golf mundial no se cobró en los greenes los golpes que se había trabajado en las calles. Le faltó la precisión con el putter que encumbró a Oosthuizen, segundo en los dos últimos grand slams, de nuevo en busca de un major que añadir al Open Británico que ganó en el 2010 en St. Andrews.
En realidad, entre Oosthuizen y Rahm se colaron hasta 71 jugadores. Por cantidad y, sobre todo, por calidad, parecen demasiados nombres para una remontada, incluso con 56 hoyos por delante. Entre las figuras que tomaron buenas posiciones destacan Jordan Spieth (-5), Stewart Cink y Webb Simpson (-4), Dannh Willett, Justin Rose y Tommy Fleetwood (-3), por citar solo seis nombres entre los nueve mejores y empatados después de un día en Sandwich que premio el juego de putt.
El atasco de tráfico de Sergio García antes de inspirarse
Como tantos conductores alrededor de Sándwich, Sergio García se vio envuelto este jueves en un monumental atasco camino del campo. Con una diferencia, el jugador español tenía una cita en el último grand slam del año. Llegó un momento en el que, ante el peligro de no llegar a su hora de salida, pidió ayuda. Escoltado por policías en moto que le abrieron paso pudo llegar a Royal St. George’s algo más de media hora antes del inicio de su primera ronda. Un margen escaso para un profesional con unas rutinas de calentamiento y puesta en marcha mucho más prolongadas.
Después del susto en el atasco, como si estuviera liberado, Sergio García jugó una notable ronda de golf, hasta terminar con una tarjeta de dos golpes bajo el par del campo.