La historia del atleta asturiano Javier Cobián: de llevar diez años retirado a ser campeón de España
DEPORTES
Una rotura del tendón rotuliano de su rodilla izquierda lo tuvo apartado de las pistas uan década, pero regresó hace cuatro en salto de longitud más fuerte que nunca
24 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El atleta asturiano Francisco Javier Cobián García (Gijón, 1989) viene de colgarse, hace apenas unos días, la plata del Campeonato de España de pista cubierta en salto de longitud, con una marca de 7,70 metros. A sus 31 años, el deportista de la Universidad de Oviedo estuvo diez apartado de las pistas por una lesión en el tendón rotuliano de su rodilla izquierda. Si bien se lesionó con apenas 18 años, siendo triplista, hace apenas otros cuatro regresó a la competición de alto nivel más fuerte que nunca, pero esta vez en salto de longitud. «Cuando dejé el atletismo lo dejé definitivamente. En ningún momento pensaba en volver», asegura. Campeón de España al aire libre el año pasado en Alcobendas, su objetivo pasa por seguir mejorando, pero siempre mirando de reojo los próximos Juegos Olímpicos de Tokio.
-El pasado fin de semana logró la plata en el Campeonato de España absoluto en pista cubierta con una marca de 7,70 metros. ¿Cómo se siente?
-En este tipo de campeonatos siempre priman más las posiciones que las marcas. No obstante, a mi modo de ver, para el atleta es más importante lo segundo. Puede que hagas un buen resultado en la clasificación y que no quedes del todo contento con la marca que hiciste. Tampoco es cuestión de ganar a cualquier precio.
-¿Qué valoración hace del error que tuvo la organización con el primer salto de María Vicente y que podría haber significado su oro?
-Tampoco me gustaría ahondar mucho en la polémica. Creo que fue un desfortunio y que no va más allá de eso. Siempre se intentan buscar culpables, pero si no hay intencionalidad en las cosas tampoco hay que responsabilizar a nadie en concreto. Para María Vicente tiene que haber sido horrible, pero creo que al final todo quedará en un hecho anecdótico.
-¿Qué calendario tiene a corto plazo?
-Este miércoles compito en Madrid, en el World Indoor Tour. De momento, tanto mi entrenador Alfonso Álvarez como yo, no queremos ponernos metas a largo plazo. Ahora tenemos esta competición y lo que es seguro es que voy a salir allí a morir. Tampoco sabes si te puedes lesionar o que pase otra cosa, así que tampoco es bueno tener aspiraciones a muy largo plazo.
-Fue campeón de España el año pasado en Alcobendas, Madrid, con una marca de 7,79 metros. ¿Cómo vivió aquel momento?
Venía bastante perjudicado de unos problemas en el tendón de Aquiles que había tenido un año antes. Era una tendinitis persistente y no conseguíamos solventarla. Un mes antes de esa competición me hice daño y tuve que parar prácticamente de entrenar por completo. Habíamos entrenado bien, pero había mucha incertidumbre de cara al campeonato. Fui con muchísimo dolor. Fuimos salto a salto, pero lo veíamos muy mal porque me dolía mucho. Como siempre digo, cada salto es una competición nueva. Al final salió uno bueno. A pesar de quedar primero, no me quedé del todo a gusto por todos los dolores.
Soy de esa clase de atleta que se guía más por las sensaciones que por los resultados en sí. Ese mismo año quedé tercero en Ourense y siempre me queda un mejor recuerdo de esa competición, a pesar de no haber ganado. Tanto por los saltos que se realizaron como por la competitividad que hubo con mis rivales. Me pareció una competición más guapa.
-¿Cuándo comenzó su interés por saltar?
-No hay un hecho concreto al que remontarse. Al final en el atletismo las circunstancias te van llevando hacia un sitio o hacia otro. Desde pequeño siempre lo vi como un juego. Luego cuando empecé en pista siempre tiré más hacia las pruebas de velocidad o salto. Las carreras largas me costaban un poco más. A partir de ahí empecé a correr en vallas, saltar longitud, incluso me acuerdo que en alguna ocasión lancé peso. Se me daba bien y comencé a saltar en triple. Ahora, después de la lesión, no me planteé volver a hacer triple. Las circunstancias me llevaron a saltar longitud y al final, aunque no sean pruebas iguales, el que es saltador es saltador. Si tienes ese instinto de salto puedes congeniar en cualquiera de las dos.
-Hablando de su lesión de rodilla. Fue cuando apenas tenía 18 años y le tuvo apartado de las pistas durante diez años. ¿Qué recuerda de esa época?
-Empecé a notar dolores de manera progresiva, arrastrándolos más de un año, hasta un punto en el que ya no podía ni subir escaleras o correr. Se volvió insoportable. Al final me tuve que operar. Las lesiones de rodilla siempre son complicadas y para volver a exigirle cierto nivel se necesita una readaptación que yo en aquel momento no fui capaz de conseguir. Tenía 18 años, sumado a la falta de madurez y el no haber encontrado una persona cercana que me tutorizara en el proceso, tomé la decisión de dejarlo. Después de la operación me fue imposible volver a entrenar. Seguí haciendo mi vida, pero siempre hice muchos amigos dentro del atletismo y por eso seguía vinculado sin llegar a competir. Hacía deporte por salud nada más. Me gustaba hacer algunas series, correr, esquiar o ir a la montaña, pero sin plantearme el competir.
-¿Llegó a pensar en dejarlo y terminar definitivamente con su carrera deportiva?
-Claro. Cuando dejé el atletismo lo dejé definitivamente. En ningún momento pensaba en volver. Tampoco pude encontrar a nadie con quién preparar triple o longitud, así que no había unas garantías. Nunca me propuse regresar. Aun así en 2014 me federé de nuevo y corrí un 60, pero no era lo que yo quería y lo dejé otra vez.
-¿Creía que le iba a ir tan bien después de tanto tiempo fuera de la competición?
-Conozco mi cuerpo y mis posibilidades. Sabía que estaba en forma y que tengo ese instinto para saltar. No sé si donde estoy ahora, más o menos. Sí es verdad que en la primera competición hice una marca de 7,36 con una carrera muy corta. Era un indicativo de que esto no se me daba mal, pero bueno, siempre creí en que si entrenaba podía saltar bien.
- Su regreso fue en 2017, pero cambiando de prueba. Del triple salto al de longitud. ¿Por qué?
-Ni siquiera me planteé volver al triple. Quizá nunca debió ser mi prueba, aunque de joven lo haya hecho y haya tenido buenos resultados. Las condiciones físicas que mostraba no eran tanto del triple como de la longitud. El estereotipo de saltador de triple salto es otro diferente al que soy yo. Por eso ni siquiera me lo planteé. No entraba dentro de las opciones.
- Su mejor marca personal hasta el momento es de 7,80 metros. Es la segunda mejor en Asturias después de los 8,56 metros de Yago Lamela. ¿Cree que puede superarlo?
-Siempre decimos que no renunciamos a nada, pero no estamos en ese punto de reflexión (ríe). Ni siquiera estoy en esa guerra. Ahora lo que quiero es mantenerme en un rendimiento alto, seguir mejorando y antes de pensar en cosas mayores está todavía la barrera de los ocho metros. Todo puede ocurrir en esta vida. Evidentemente no vamos a renunciar a nada, pero ahora no estoy en condiciones como para responder a la pregunta de si alguna vez superaré esa marca.
-¿Cree que puede superar esa barrera de los ocho metros?
-No quiero ser presuntuoso. Al final las mejoras son el resultado de muchas pequeñas cosas bien hechas. Creo que podemos lograr esa marca, pero también creo que tenemos muchas herramientas para trabajar y muchos puntos en los que mejorar. Todavía hay muchísimo margen. Todo eso puede llevarte a un salto más largo o no. Influyen muchos factores. No sé si habrá mucha diferencia en las marcas, pero todavía queda mucho que mejorar en cuanto a la técnica, rendimiento o calidad de los entrenamientos.
-Aún no ha debutado con la selección nacional absoluta. ¿Cree que los Juegos Olímpicos de Tokio de este verano pueden ser un buen momento para ello?
-No. Competiciones como esa son buenos momentos para hacer grandes resultados. No me basta con estar en las competiciones. Tanto los Juegos, como un mundial o un europeo son grandes escenarios para hacer grandes resultados. La selección en sí misma, ¿qué es? Me parece que es un medio para conseguir un fin, no un fin como tal.
- ¿Piensa entonces que podría estar en los Juegos de Tokio?
-Tanto mi entrenador como yo, siempre somos muy precavidos con este tipo de aspiraciones. No sé si tendré el nivel que hay que tener para estar en Tokio. Como te digo, aún hay mucho margen de mejora. En el caso de que dé ese nivel creo que será una gran competición para poner de manifiesto ese nivel.
-Tiene 31 años, hace apenas cuatro que volvió a competir. ¿Piensa en la retirada?
-No es algo que me haya planteado de momento. Volví hace poco y de momento estoy fresco, tanto a nivel mental como de carga competitiva. Sí es cierto que a nivel físico tengo problemas y tengo que solventarlos, pero tampoco considero que esté quemado en ese sentido. El día que deje de gustarme lo que hago lo dejaré.