Los judokas asturianos que dieron renombre al deporte fallecían la semana pasada con tres días de diferencia tras una larga lucha con el virus.
22 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El judo asturiano está de luto por la pérdida de dos de los judokas que más renombre dieron al deporte en la región: Juan Ignacio Cecchini y Alfonso Martínez. Los dos «baluartes» del judo fallecían la semana pasada con apenas tres días de diferencia y ambos víctimas de la Covid-19, un virus con el que también mantuvieron una larga lucha que, lamentablemente, no pudieron ganar. La muerte de uno y otro causaba «pesar y dolor» en la Federación de Judo del Principado de Asturias en palabras del presidente de la misma, José Ramón Díaz Maseda, quien pone de relieve que «eran personas muy queridas» en el mundo del judo por la aportación que ambos hicieron al deporte en sus diferentes trayectorias.
Maseda ha destacado, por un lado, lo relevante que fue Juan Ignacio Cecchini para el judo regional. Explica que fue «el pionero e impulsor» del deporte en la región durante las décadas de 1960, 1970 y 1980 al abrir un gimnasio cuando esta disciplina aún era desconocida aquí. Además, destaca que «tuvo buenos resultados en su época» como competidor, puesto que en 1970 consiguió una medalla en un Campeonato de España de judo. «Él lo impulsó en una época en la que el judo no se conocía en Asturias. Cecchini supo hacer que se conociera y alzarlo para que el deporte tuviera buenos resultados, supo sacar lo mejor del judo asturiano», asegura el presidente de la Federación de Judo. Así, el mismo quiere reconocer lo mucho que Cecchini hizo como profesor pero también como directivo de la federación, donde dice que trabajó mucho «por amor al arte».
Cuando el judo asturiano aún estaba asimilando la pérdida de su impulsor, a los 75 años, se conocía el fallecimiento, también a causa de la Covid-19, de Alfonso Martínez, de 49 años, otro judoka de renombre que se había retirado de los tatamis hace un tiempo pero que también puso al deporte en el pódium al ganar el campeonato de Asturias en los noventa. Posteriormente fue árbitro.
El presidente de la Federación de Judo del Principado recalca que fue «un buen competidor» y destaca «su tesón y su forma de luchar. Siempre estaba hasta el último segundo dándolo todo», comenta José Ramón Díaz Maseda, que añade que «todo el mundo le tenía aprecio por su capacidad de lucha y de sufrimiento». Tal es así que Maseda dice que «cuando enfermó nadie pensaba que el virus iba a poder con él, porque era súper duro». Por esa razón, señala que su fallecimiento sorprendió mucho a toda la familia del judo.
«Era gente de mucho nivel, así que el judo asturiano está muy triste por los dos baluartes del deporte», traslada el presidente de la Federación de Judo del Principado. Pese a estas dos pérdidas, José Ramón Díaz Maseda quiere dejar patente que el judo es un deporte seguro para el que se estableció protocolo desde un primer momento. Por tanto, el mismo insta «a que la gente no coja miedo a practicarlo». De hecho, asegura que hasta el momento no hay constancia de que se hayan producido contagios».