El Barcelona no obtuvo permiso de la Generalitat para retrasar la moción de censura y el ya expresidente, que nunca quiso someterse a un referendo, abandona con su directiva
28 oct 2020 . Actualizado a las 09:33 h.Se acabó la nefasta etapa de Josep Maria Bartomeu al frente del FC Barcelona. El presidente del club azulgrana presentó este martes su dimisión irrevocable, junto a toda su junta directiva, horas después de que el Govern de la Generalitat insistiese en que no había «impedimentos jurídicos ni sanitarios» para que se celebrase la moción de censura el 1 y 2 de noviembre. Rematado por la Generalitat de Cataluña, que no dio permiso a Bartomeu para retrasar la moción de censura al 15 y 16 de noviembre, el dirigente catalán, que el día anterior había asegurado que no tenía razones para dimitir pero ya estaba acorralado, decidió no esperar más para hacer oficial la renuncia al cargo que ha ocupado desde enero del 2014.
Bartomeu, que nunca quiso someterse a un referendo que juzgara su gestión, se marcha antes de que los socios del club (110.132) le echen. A partir de ahora será una junta gestora la que se hará cargo del club y el próximo mes de marzo se celebrarán las elecciones a la presidencia, con Víctor Font y su aval de Xavi Hernández para el banquillo, como principal aspirante a ocupar su puesto, a la espera de que Joan Laporta anuncie su esperada candidatura. La junta gestora será la encargada de convocar elecciones en el plazo de tres meses desde que se constituya, después de que Bartomeu no haya podido aguantar más, ante la presión, no solo de la masa social, sino de varios de sus propios directivos.
La carta enviada este martes por la Generalitat al Barcelona fue la puntilla para Bartomeu, que abandona la entidad culé con 13 títulos con el primer equipo azulgrana, con una deuda de 820 millones de euros, y después de haber pasado por infinidad de crisis institucionales y deportivas, la última de ellas, la debacle de la pasada Champions ante el Bayern (2-8) en Lisboa. Fue Bartomeu quien impidió la marcha de Leo Messi este verano, pero ya estaba muy amenazado por una moción de censura que no le iba a permitir en ningún caso cumplir ni siquiera siete años como máximo dirigente del Barcelona. Mientras que los jugadores del Barça siguen sin querer adecuar sus salarios a los ingresos actuales del club, como quedó claro en su nueva renuncia este martes a sentarse en la mesa de negociación con todos los empleados de la entidad, la Generalitat empujó a través de una contundente misiva a la marcha de Bartomeu. El Govern reiteró que no había ningún motivo sanitario para no llevar a cabo el voto de censura el próximo fin de semana de forma descentralizada. Es decir, en las sedes ofrecidas por el club: 13 en Cataluña y ocho en el Estado español y en Andorra. Sin embargo, el Barcelona consideraba que no había tiempo para preparar un operativo de tal magnitud y proponía aplazar el referéndum al 15 y 16 de noviembre, esperando que las crecientes restricciones sanitarias lo prohibiesen por la aglomeración que supondría.
Al verse obligados Bartomeu y sus directivos a que se celebrase ya la moción, según los estatutos del Barcelona, al ya expresidente no le ha quedado otro remedio que rendirse, bajo el argumento de no querer exponer a tantos socios a contagiarse de coronavirus en una sede única como el Camp Nou. Todo algo maquiavélico en un intento de ganar tiempo, posiblemente para dejar el club lo más saneado económicamente posible en plena crisis global ante el riesgo de que la futura directiva acabe reclamando las pérdidas del dinero de los bolsillos de los exdirectivos, lo que supondría ruinas personales.
La Comisión Gestora tendrá como máximo 90 días para convocar las elecciones
El presidente del Barcelona Josep Maria Bartomeu y su junta directiva han dimitido al completo este martes y ahora se abre un periodo en el que una Comisión Gestora, liderada por el presidente de la Comisión Económica del club, Carles Tusquets, tendrá como máximo 90 días para convocar las elecciones desde que sus miembros hayan tomado posesión del cargo.
Así, finales de enero sería el periodo límite para que tuviesen lugar los comicios a la presidencia del Barcelona, para los cuales de momento ya están confirmados los precandidatos Jordi Farré, Agustí Benedito, Víctor Font, Toni Freixa y Lluís Fernández Alà.
Según establece el punto 35.4 de los Estatutos del club, Tusquets y el Síndic dels Socis, Joan Manuel Trayer, deberán designar libremente el resto de miembros de la Comisión Gestora de entre los integrantes de la Comisión Económica y los de la Comisión de Disciplina. También podrían escogerlos de la junta directiva dimisionaria, pero los Estatutos puntualizan que si los miembros de esta han sido sujetos pasivos de un voto de censura no pueden ser elegidos.
En todo caso, la Comisión Gestora deberá estar formada por un número de personas no inferior al 50 % total de miembros de la junta directiva en el momento del cese, con un mínimo de siete miembros. Actualmente el número de miembros de la junta de Josep Maria Bartomeu era de 14.
Según los Estatutos, la Comisión Gestora debe ejercer las funciones de gobierno, administración y representación que corresponden a la junta directiva, pero limitadas a los actos necesarios e imprescindibles para el mantenimiento de las actividades normales del club y la protección de sus intereses.
Carles Tusquets, el presidente de esta Comisión Gestora, fue el directivo más joven de la etapa de Josep Lluís Núñez. Con tan solo 27 años se convirtió en el tesorero del club. Tusquets, Doctor Cum Laude en Economía y Empresa por la Universidad de Barcelona y presidente del Círculo de Economía de 1989 a 1992, actualmente es el presidente del Banco Mediolanum. En el 2019 fue rival de Joan Canadell para hacerse con la presidencia de la Cambra de Comerç de Barcelona.
El voto impulsado por Jordi Farré, Víctor Font, Lluís Fernández Alà y ocho grupos de opinión del entorno azulgrana ha sido el tercer voto de censura de la historia del Barcelona que ha pasado el corte de las firmas y el primero que ha conseguido la dimisión.
Los que tuvieron lugar contra Josep Lluís Núñez en 1998 y contra Joan Laporta en el 2008 llegaron hasta la celebración del referéndum, en el cual los socios optaron por la continuidad de los dos presidentes. Josep Maria Bartomeu y su junta directiva habían anunciado que las elecciones a la presidencia del Barcelona se celebrarían el 20 y el 21 de marzo si finalizaban su mandato.