El director del primer equipo de Ansu Fati en Sevilla, adonde su familia huyó de la miseria de Guinea-Bisáu, evoca su progresión y ensalza su trabajo y humildad
03 oct 2020 . Actualizado a las 16:18 h.En el año 2007, un pequeño recogía sus cosas y escapaba de la pobreza en la que vivía junto a sus tres hermanos y su madre en Guinea-Bisáu. Su padre llevaba cinco años viviendo en la Sierra Sur, una población de unos seis mil habitantes situada a una hora de Sevilla. Había ahorrado lo suficiente trabajando en el vertedero municipal o como chófer del alcalde del municipio andaluz, Custodio Moreno, para volver a unir a su familia.
Esta podría ser la historia de cualquier familia que abandona su país en busca de una vida mejor. Pero es la historia de Ansu Fati. La familia de la perla del Barça huyó de la miseria cuando tenía 5 años. Su pasión por el fútbol ya venía de nacimiento. «En su país nunca había jugado con una pelota, las hacía con trapos y jugaba descalzo». Lo recuerda José Luis Pérez Mena, director de la Escuela de Fútbol Peloteros Sierra Sur de Sevilla, primer equipo en el que jugó Ansu cuando llegó a España. Era prebenjamín. Pero ya prometía. «Empezó a jugar aquí y ya era mejor que los niños dos o tres años mayores que él», afirma José Luis.
Su timidez fuera del campo y su capacidad de trabajo son los dos grandes valores que destaca del joven futbolista. Mientras charla al teléfono, José Luis repasa fotos de Ansu Fati en el club y las anécdotas brotan: «Cuando era pequeñito, celebrábamos un partido por el Día de Andalucía. Ansu jugaba con los más pequeños, recién llegado al equipo. Una vez estaba jugando y de repente desapareció. Cuando lo veo, me dice que no jugaba más con ellos. Que eran muy pequeños. Tuve que ponerlo con niños tres años mayores que él y acabó siendo el mejor del torneo. Ese afán de superación lo ha tenido siempre».
Tres temporadas en la escuela de Peloteros hasta que el Sevilla se fijó en él. Jugó seis meses. Tiempo hasta que el club hispalense se enteró del interés del Barça por el chaval y optó por apartarlo y dejarlo sin jugar a pesar de tener solo 9 años. Decidió volver entonces a su club de origen. En ese momento, Albert Puig, coordinador de la cantera azulgrana, viajaba a ver los campeonatos provinciales en Andalucía. «Me preguntó por el hermano mayor, que estaba en la selección sevillana en esos momentos. Les dije que era mejor el pequeño, Ansu. Vinieron tres veces a verlo, y luego ya nos reunimos en el polideportivo de Herrera el padre, Bori Fati, su tío, el alcalde, Custodio Moreno, Albert Puig y yo. Allí hablaron con el padre y lo convencieron. Tenía ofertas económicamente mejores que la del Barça; una de ellas era del Real Madrid. El padre puso en la balanza la Masía, la educación, y creo que acertó de pleno, y el tiempo le ha dado la razón», comenta Pérez Mena.
Su madre y sus hermanos volvieron a hacer las maletas y a separarse del padre. Alquilaron una vivienda en Sant Joan de Espí, cerca de la Masía. No fue hasta el año pasado cuando el padre decidió trasladarse a Barcelona. Ya con una casa propia. «Ansu no le tiene miedo a nada. Es un niño que juega en su debut ante diez mil espectadores y encara con una personalidad inmensa. Eso viene un poco de haber sido un niño de la calle, del afán de superación que tiene y de los obstáculos que ha superado en su vida. A él le ha costado mucho llegar a donde ha llegado, ha trabajado mucho para hacer eso», asegura su padre futbolístico. «Es como una gacela, con el balón controlado y en movimiento. Sus cambios de ritmo me recuerdan a Johan Cruyff. Eso de mirar para un lado y echar el balón al otro me remite a Michael Laudrup. Tiene el regate en seco de Romario. En cada balón está ahí. Es muy oportunista. Es uno de los jugadores más completos que he visto en mi vida», finaliza.
Eusebio: «Nadie mejor que Messi para entender qué está pasando Ansu ahora»
«Tiene unas condiciones físicas y técnicas muy buenas. Sobre todo destaca por su velocidad y el desequilibrio que tiene en el uno contra uno. Es capaz de hacer regates en carrera muy buenos, define muy bien y tiene buen golpeo de interior, de empeine e incluso con el exterior». Así analiza Eusebio Sacristán a Ansu Fati.
El técnico de La Seca (Valladolid) conoce bien el funcionamiento de la cantera del Barça. Formaba parte del cuerpo técnico del Barça cuando Frank Rijkaard hizo debutar a Leo Messi con solo 16 años. Por eso pide calma con el jugador. «En el Barça va a poder mantener el equilibrio porque está rodeado de jugadores expertos y muy importantes. Esos son los que tienen que asumir la responsabilidad y descargarlo a él. Muchos de sus compañeros han vivido ese proceso y nadie mejor que Messi para entender qué es lo que está pasando el chaval ahora mismo», afirma.
Y recuerda cómo fue el caso del argentino. «Él estuvo acompañado por Ronaldinho, Deco, Puyol, Xavi... Jugadores más experimentados que en su momentos supieron arroparle. Ansu está en un entorno ideal, para arroparle y acompañarle bien. Su entrenador, Ronald Koeman, ha vivido esto también. Ha sido un jugador muy importante y conoce lo que supone llegar arriba. Sabe que, por muy importante que seas o hayas sido, hay que tener los pies en el suelo», recalca Eusebio.
Las expectativas son muy altas sobre Ansu. «Está mostrando cosas de un nivel altísimo, pero se trata de un chico muy joven al que le ha llegado la explosión nada más aparecer en el máximo nivel. En estos casos siempre hay que tener paciencia, pero creo que es más una cosa de él, de su entorno y del club. Deben mantener la calma», considera Eusebio Sacristán.