La destitución de Setién y la convocatoria de elecciones son parches que no hacen más que evidenciar la crisis global de un Barcelona que no se iba de vacío en títulos desde la temporada 2007-08
18 ago 2020 . Actualizado a las 13:53 h.Días movidos en Can Barça. La reciente destitución de Quique Setién y la convocatoria de las elecciones a la presidencia en el mes de marzo del 2021 son parches que no hacen más que evidenciar la profunda crisis que vive el Barcelona en todos sus estamentos. La afición pedía la cabeza del presidente, Josep María Bartomeu, tras la debacle de la Champions League, una derrota que supuso el broche de una temporada para olvidar, pero el presidente ha decidido agotar el último de año de su mandato.
Sin ningún título bajo el brazo por primera vez desde la temporada 2007-08, lo que supuso la llegada de Guardiola, Bartomeu se enfrenta a una necesaria remodelación del club a todos los niveles, empezando por la propia directiva. Desde su nombramiento como presidente en el 2015, la deuda del Barcelona no ha hecho más que dispararse a pesar de que ha concluido cada año en saldo positivo. Una deuda neta —diferencia entre lo que debe frente a lo que le deben— que este año alcanzaría los 650 millones de euros según el diario Sport, a pesar de haber obtenido unos ingresos de casi 1.000 millones de euros durante el pasado curso.
Solo en traspasos el FC Barcelona se ha embolsado 640 millones de euros durante la era Bartomeu, —222 de ellos en la venta de Neymar al PSG— y aún así no ha conseguido evitar que la deuda se desmadrase. Especialmente en los últimos años, ya que a pesar de haber hecho caja con la salida de importantes figuras, Bartomeu ha dilapidado todos esos ingresos en fichajes no rentables y en renovaciones millonarias a los jugadores con más solera del club, las conocidas como vacas sagradas. Jugadores que podrían tener los días contados en el club, ya que la idea de la dirección deportiva es hacer una amplia reestructuración del primer equipo. Una regeneración que pasaría por hacer caja con la venta de los más veteranos y así equilibrar las cuentas de cara al próximo curso.