Los corredores belgas Remco Evenepoel, de 20 años, y Woud van Aert, de 25, comienzan a hinchar sus palmarés y amenazan con dominar el pelotón
11 ago 2020 . Actualizado a las 10:53 h.Remco Evenepoel, tal vez les suene, es un ciclista belga de 20 años que ha ganado todas las pruebas que ha disputado en el 2020. Así de simple. La Vuelta a San Juan en Argentina y la Volta al Algarve las conquistó antes del parón por el virus y ha regresado con la misma fuerza aupándose a lo más alto del podio en la Vuelta a Burgos y el Tour de Polonia (esta última ya de categoría World Tour). El ciclista del Deceuninck-Quick Step ha confirmado tras el parón lo que se veía venir desde la temporada pasada, a la que puso sello con una medalla de plata en la prueba de contrarreloj en el Mundial. En realidad, se veía venir desde mucho antes. Con permiso de otros corredores como Egan Bernal y su tropa del Ineos, Evenepoel será uno de los grandes capos del pelotón de la próxima década.
El belga —al que ya le han colgado el sambenito de sucesor de Merckx— viene arrasando desde categoría júnior, donde su dominio era sencillamente aplastante. Comenzó a competir profesionalmente en el 2017 —antes de eso, apuntaba a una carrera como futbolista tras formarse en las canteras del Anderletch y el PSV, llegando a ser internacional con la selección belga en categorías inferiores— y todavía no ha encontrado quien le pare.
En el año 2018, en los europeos júnior de Glasgow, se llevó el oro. Tanto en la prueba de carretera como en contrarreloj. Y repitió medalla en Innsbruck, ya en los mundiales. Le tocaba dar el salto con los mayores en el 2019 y, tras una primera aparición como gregario de Alaphilippe en la Vuelta a San Juan, conquistó la Vuelta a Bélgica (su primera victoria profesional) y levantó los brazos en pruebas como la clásica de San Sebastián. Triunfos a los que sumó la medalla de oro en el campeonato de Europa de contrarreloj, previa a la plata en el Mundial de Yorkshire. El francés ya no es el gran tesoro Quick Step.
Convivirá con su dominio un compatriota. Más que eso, casi un vecino, con el que está llamado a repartirse el pastel del ciclismo mundial. Uno en las pruebas por etapas y otro en las clásicas.
Remco Evenepoel nació en Alost hace 25 años, en la provincia de Flandes; Wout van Aert es de Herentals, un pequeño pueblo de la colindante Amberes. Dos ciclistas de la Bélgica flamenca, el primero un todoterreno aspirante a todo y el otro un proyecto de clasicómano de leyenda. Ambos prometen convertir a la selección belga en la gran dominadora de los mundiales de aquí hasta que se cansen junto a otros veteranos consagrados del país como Philippe Gilbert.
El clasicómano que viene
Van Aert, enrolado en el potente conjunto neerlandés Jumbo-Visma, ha conquistado tras la reanudación del ciclismo dos de las clásicas más codiciadas: la Strade Bianche y la Milán-San Remo, su primer Monumento, venciendo a Julian Alaphilippe en la photo finish.
Con una trayectoria mucho más «trabajada», llegando al profesionalismo sin haber sido reclutado desde sus inicios por un equipo World Tour, el belga ha dado el salto cualitativo que se podía intuir cuando conquistó su primera etapa en el Tour del año pasado.
Con la práctica totalidad de las clásicas de primavera convertidas por obligación por el covid en las clásicas del otoño, Wout van Aert ha dejado pasar el atractivo caramelo de Lombardía de su calendario para apuntarse a la ronda gala. Siempre que sea compatible con la pelea por la general, el Jumbo podría optar a quitarle su perenne maillot verde a un Peter Sagan que, parece, empieza a flaquear. El tres veces campeón del mundo todavía no ha logrado ninguna victoria en este 2020. Pero claro, es Sagan.
El que sí estará en el Monumento italiano será Evenepoel, que no acudirá al Tour —terreno de Alaphilippe— para centrarse en el Giro y con la vista puesta en los Juegos. Todavía habrá que esperar para ver a ambos batirse. No tanto para —como es predecible— verlos trabajar en equipo en el Mundial de Suiza.