El británico suma su octava victoria en Hungaroring, iguala a Schumacher y amenaza con otro Mundial en el que nadie le pueda toser, mientras que Sainz acaba noveno beneficiado por una sanción a Magnussen
20 jul 2020 . Actualizado a las 08:56 h.Pole, vuelta rápida, líder desde la salida hasta la meta, victoria y récord de Schumacher de más triunfos en un mismo circuito igualado. Lo que ha hecho Lewis Hamilton en la tercera cita del Mundial, el GP de Hungría, fue una lección de dominio absoluto. Le salió todo bien, incluso pese a que se auguraba una carrera que iba a ser entretenida pero que, como suele pasar en este circuito, acabó siendo Hungaboring.
Cuando los pilotos llegaron al circuito de Hungría, se frotaban las manos. La lluvia había hecho su aparición, y no paró ni en las carreras soporte de F2, F3 y Porsche Supercup, ni mientras los pilotos iban llegando a la parrilla. Tan deslizante estaba el circuito que Max Verstappen bloqueó cuando afrontaba la curva 11 mientras iba en plena vuelta de instalación. Los neumáticos intermedios se convertían en mandatarios, pero no evacuaron el agua suficiente y acabó destrozando el alerón delantero y la suspensión. Los mecánicos de Red Bull dieron una clase magistral de cómo arreglar un coche en sólo 15 minutos.
Parecía que iba a ser una carrera en agua. pero Hungría, si puede decepcionar, decepciona. La pista se secó en solo dos vueltas, y adiós al espectáculo. Los pilotos de Haas, de hecho, ni siquiera llegaron a montar neumáticos de mojado y se metieron en boxes para colocar medios de seco y tirar así. Conforme pararon los demás coches, se confirmó que iba a ser una carrera con las peores cualidades de Hungría: pocos adelantamientos, mucha técnica y poco más.
En estas condiciones, Hamilton no tuvo rival. Por detrás, Valtteri Bottas y el propio Verstappen comenzaron a pelear por acompañarle en el podio. La táctica conservadora de Mercedes permitió que llegaran a la recta final de la prueba con opciones de ser segundos, pero el neerlandés es un león panza arriba cuando tiene que defenderse y no dio opción.
Fue una de las mejores luchas en pista, si bien no la única. Charles Leclerc con Lando Norris y con Sebastian Vettel, que esta vez se saldó de una manera mucho más limpia que la semana anterior. El monegasco sufrió mucho en esta carrera, en la que siempre fue a contrapié con respecto a sus rivales, entre los que está su próximo compañero: Carlos Sainz.
Sainz, mala parada en boxes y aviso a Leclerc
Sin lluvia, las opciones de remontada de Carlos Sainz quedaron muy hipotecadas. En seco, sobre un MCL35 en el que no acaba de sentirse a gusto y en un circuito que no se adapta ni mucho menos a sus cualidades, el español sabía que iba a sufrir.
Se le complicó mucho más cuando, en la primera parada en boxes, tuvo que esperar unos cuantos segundos de más porque varios coches salieron antes que él. Esos cuatro o cinco segundos fueron clave, porque al volver a pista estaba metido en tráfico y sufrió más. Para más inri, Nicholas Latifi le dio un toque cuando salía por el 'pitlane', aunque el más afectado fue el propio Williams, que pinchó.
La carrera de Sainz fue de reducir daños a partir de ese momento. Se vio en la recta final de carrera persiguiendo al que será su compañero en 2021, Charles Leclerc, y ambos dejaron una imagen que ya es una de las escenas que más van a dar que comentar de esta carrera.
Leclerc iba notablemente lento en la décima posición, y por detrás Sainz venía con unos neumáticos 20 vueltas más jóvenes. La distancia entre ambos se quedó a tiro de DRS en varias ocasiones, pero el monegasco no vendió barata su piel. El orgullo de un piloto potencialmente ganador en un coche menor se lo impedía, para desgracia de Sainz. El madrileño tardó 11 vueltas en poder meterle el coche en condiciones, y cuando lo hizo, no dejó pasar la oportunidad de marcarle territorio: faltó muy poco para que se tocaran, e incluso el del Ferrari tuvo que irse fuera de pista para evitar el accidente. El respeto, en la Fórmula 1, se suele marcar con acciones así, máxime cuando ambos van a ser compañeros.
Horas después, ese décimo puesto de Sainz se convirtió en un noveno gracias a una surrealista sanción a Magnussen: le cayeron 10 segundos al danés (también a su compañero Grosjean) por recibir ayudas ilegales por radio, cuando le pidieron que entrara en boxes en la vuelta de formación para montar neumáticos de seco.
La Fórmula 1 se toma su primer parón desde que se reanudó. Estas dos semanas hasta que vuelva la acción en Silverstone servirá para que todos los pilotos, mecánicos, periodistas y demás habitantes del paddock (especialmente los trabajadores que no ganan millones) puedan volver a casa y descansar, antes del siguiente triplete de carreras. El antiguo aeródromo de la RAF albergará las dos siguientes citas del Mundial, el GP de Gran Bretaña y el del 70 aniversario, antes de aterrizar en Montmeló para el GP de España. si es que no se vuelve a un confinamiento total debido a los rebrotes.
Carlos Sainz: «Otra vez en la parada boxes clave de la carrera, hemos tenido mala suerte»
Carlos Sainz, con su décimo puesto en el GP de Hungría, suma tres carreras entre los puntos, pero no puede evitar sentirse algo decepcionado. De nuevo, la mala suerte de una parada en boxes le perjudicó.
«Otra vez muy buena salida y luego cuando ha llegado la primera ronda de pitstops hemos tenido otra vez mala suerte con el tráfico. El equipo no me ha podido sacar y hemos perdido entre 5 y 6 segundos que me hubiesen puesto por delante de los Haas y Ricciardo», analizaba el madrileño. «Ahí se nos ha ido la carrera y he tenido que ir pasando coches hasta rascar un puntito. Otra vez, en la parada clave de la carrera, hemos tenido mala suerte. Esta vez no ha sido un fallo del equipo, ha sido mala suerte de que venía tanto tráfico que no me han podido sacar», se lamentaba.
Sobre su lucha con Leclerc, Sainz la describió con menos efusividad que lo que se vio fuera. «Ha cometido un pequeño error y he podido tirarme en la curva 1 un poco a saco, por lo menos hemos conseguido un punto», se resarció.