Dos goles del francés, que pugna con Messi por el Pichichi, dieron la 34.º campeonato a los blancos
17 jul 2020 . Actualizado a las 08:54 h.El Madrid conquistó su 34.ª Liga a la primera. Hizo los deberes y ganó al Villarreal (2-1) con más sufrimiento del esperado por lo visto en la primera parte, mientras el Barça pinchaba en el Camp Nou frente al Osasuna y alfombraba su alirón. Benzema volvió a liderar a su equipo con dos goles, mientras Courtois se erigió en un seguro bajo palos para frenar a un adversario que pugnaba por Europa.
Todos los datos del Madrid dejaron claro ese espíritu asesino que le acompañan bajo el magisterio de Zidane: ni un solo minuto se pasó por detrás en el marcador tras el confinamiento, cuando ganó los diez partidos disputados y apenas encajó tres goles. Campeón de tres Champions seguidas en otras tantas finales, el exfutbolista francés no falla en las distancias cortas, cuando se huele el premio de un título inmediato, justo en lo que se transformó esta inédita liga exprés. Así, conquistó así su segunda Liga desde una expeditiva superioridad.
Fue un ritmo inabordable para el Barça y ayer también para un Villarreal en pugna por Europa. El recital de Modric, capaz de marcar el ritmo del partido, rematar con peligro, defender en su propia área y hasta presionar el primero a la línea defensiva del Villarreal, le permitió abrir distancia al filo de la media hora. El gol, de manual. Casemiro robó, Modric hipnotizó a los centrales y Benzema fusiló a Asenjo. El delantero marcó su sexto gol de la reanudación liguera. Todo un síntoma de que la sombra de Cristiano ya no es tan alargada.
El Villarreal apretó los dientes y aguantó el arreón de los locales que, no obstante, apenas dispusieron de ocasiones para sentenciar el partido. Este llegó a los veinte minutos finales sin más sustos que el tremendo golpe de Quintillá a Courtois en un balón dividido al que el meta se adelantó, pero el lateral no se frenó a tiempo. La rodilla del jugador del Villarreal noqueó por un instante al meta que, tras unos segundos de duda, siguió jugando. El belga es otro de los grandes protagonistas de la Liga blanca. En la campaña del adiós de Keylor, privará a Oblak del quinto Zamora consecutivo en otro rasgo definitorio de este campeonato del Madrid, tan fiable en su área como no se recordaba.
Justo después, los blancos marcaron el segundo en una acción doblemente polémica. El árbitro pitó un discutido penalti en una subida de Sergio Ramos hasta el área del Submarino Amarillo. El central cayó de forma aparatosa y justo en la línea tras adelantarse en exceso el balón. En el lanzamiento, también a cargo del capitán madridista, este no disparó directamente sobre la portería, sino que la tocó a la llegada de Benzema, que venía desde atrás, pero había salido antes de que el árbitro pitase. El árbitro ordenó repetir el lanzamiento en medio de las protestas del Villarreal, que pedía que el lance no beneficiase al infractor. Benzema lanzó, esta vez en solitario, y lo transformó en el segundo de su cuenta. El delantero nunca estuvo tan cerca de Messi en la carrera por el Pichichi (21 frente a 22), que llegará a la última jornada por decidir.
Un chutazo de Kroos al larguero pudo sentenciar el choque, al que Iborra le añadió picante hasta el pitido final. El centrocampista cabeceó a la red un centro de Mario Gaspar para acortar distancias. Con el Barça derrotado en el Camp Nou y la Liga más blanca que nunca, el Villarreal creyó en sumar en Valdebebas hasta el final. En plena prolongación, rozó el empate a remates de Gerard Moreno e Iborra. Pero la suerte también estaba del lado del campeón.