David Vega perfila las expectativas y precedentes inmediatos del retorno del asturiano a la competición
08 jul 2020 . Actualizado a las 10:17 h.«Es quien llena a todos de ilusión, cuando se sube a su Renault». Así sonaba aquella vieja canción de Melendi, que regresa ahora a la actualidad de las redes sociales con la esperada vuelta de Alonso a la F1. Y el cantautor carbayón tenía (y tiene razón): La ilusión en Asturias es máxima. Antes y ahora.
Lo veníamos contando desde hace semanas en LA VOZ DE ASTURIAS. La primera noticia que publicábamos era el 13 de mayo, en la que nos preguntábamos si Alonso sería el #14 de Renault en 2021. Tras entrevistar en exclusiva a un ex ingeniero de la escudería francesa y charlar con fuentes próximas al entorno del bicampeón de F1, el acuerdo con Renault parecía cercano, pero complejo y con muchas condiciones sobre la mesa. Hoy, 8 de julio de 2020, el fichaje es una realidad.
El asturiano comenzará a rodar con Renault en 2021, pero los expertos del mundo del automovilismo coinciden en que 2022 será el año clave para valorar las opciones reales de Fernando para luchar por podios o victorias. Dentro de las condiciones que ha firmado con la escudería del rombo, Alonso estará en contacto permanente con los ingenieros y el túnel de viento para contribuir al desarrollo del monoplaza en 2022, que será muy diferente del que conduce en estos momentos Ricciardo. En 2021 no se esperan cambios muy sustanciales, respecto al monoplaza de esta extraña mini-temporada, deslucida por el coronavirus.
El afán de perfeccionismo, la implicación en el proyecto y la máxima exigencia con los componentes del equipo no faltarán. Así lo ha demostrado, siempre, Alonso en otras de sus aventuras deportivas como el Dakar o el Mundial de Resistencia (WEC). El cambio de reglamento en 2022 de la F1, el mayor de su historia reciente, persigue, precisamente, impulsar la igualdad entre las escuderías. Y ese será el momento de valorar el potencial de un equipo (actualmente en la zona media de la tabla) como Renault. Así que 2021 será un año para competir en el asfalto, pero sobre todo para recuperar viejas sensaciones y ayudar a la marca francesa a dar con la tecla para desarrollar un bólido competitivo: nuevas 'tripas' y nueva aerodinámica.
Así que el primer gran motivo para ilusionarnos con el regreso de Alonso es el cambio de normativa en 2022. ¡Alonso estará en la F1 en el momento preciso! Vivirá sobre el asfalto el inicio de una nueva etapa de la F1 dentro de la denominada «era híbrida». Y si esa temporada acompañan los resultados, renovará automáticamente para el año siguiente. La edad en la F1 no es tan determinante como en otros deportes, la clave es contar con un monoplaza competitivo.
El segundo gran motivo es emocional, no obedece a lógica alguna. Alonso regresa a la escudería en la que vivió sus mayores momentos de gloria deportiva (nada menos que dos Mundiales de Fórmula Uno) y que movilizaron a miles de seguidores (una «marea azul» en todo el planeta). Su fichaje es cerrar el círculo. Ahora mismo, Renault es un equipo de la zona media de parrilla, pero su fichaje va a suponer una inyección extra de ilusión en todo el equipo y podría marcar un punto de inflexión. Soñar es gratis.
El tercer gran motivo es el propio carácter «asesino» de Alonso. Si Fernando vuelve, es porque «huele sangre» en 2022. Más allá de sus virtudes y veteranía como piloto, ha demostrado ser un deportista insaciable, con hambre constante de títulos, al que no se le pone nada por delante. Me viene ahora esa imagen del Dakar, en medio del desierto saudí, mordiendo la cinta de carrocero mientras reparaba su propio coche. Todos tenemos claro que Fernando no regresa a la F1 a pasear por el paddock y los circuitos.
Hoy es un buen miércoles. Melendi tenía razón: «Fernando te queremos por solo una razón, coges un día negro y nos lo llenas de emoción».