El inconfundible acento del campeón de Europa de fútbol y comunicador se fue con 61 años
28 abr 2020 . Actualizado a las 11:23 h.«Decimos adiós a la persona que nos mostró el camino hacia una forma diferente de retransmitir el fútbol y nos enseñó a mirar el lado humano del deporte». De esta forma anunciaba Movistar+ que Michael Robinson (Leicester, 1958) fallecía en Madrid tras no conseguir superar el cáncer contra el que luchaba desde hace casi dos años.
Campeón de Europa con el Liverpool e internacional irlandés -«siento vergüenza del país en el que nací», repetía con insistencia-, el que en las últimas décadas se había convertido en uno de los comunicadores referencia del deporte español, aterrizó en Pamplona en 1986 para enrolarse en un modesto Osasuna con el que pronto se ganó las simpatías del balompié nacional.
Fuerte delantero, no excesivamente goleador, su mal español,que lo convertía en simpático, lo convirtió en un personaje muy popular en aquella España de finales de los ochenta. Hasta que tras su retirada le llegó la oportunidad de ponerse delante de una cámara de televisión. Primero lo hizo en TVE como comentarista de partidos. Y, posteriormente, en Canal Plus, en donde junto a Nacho Lewin estrenó El Día Después, una nueva forma de analizar la jornada de fútbol de Primera División.
Su personalidad superó incluso al novedoso programa. Y sus chascarrillos le hicieron volar solo. Sin ser periodista, consiguió hacer un periodismo de primera con reportajes que traspasaban la barera del deporte. Supo ver el lado humano de esta actividad y su «Informe Robinson» en la tele y su «Acento Robinson» en la radio, junto con los comentarios de los partidos como partener de Juan Carlos Martínez consiguieron que el comunicador golease al futbolista campeón de Europa.