Arrecian las voces para que se aplace el gran evento de este verano: las poderosas federaciones norteamericanas de atletismo y natación piden la suspensión y el comité olímpico de EE. UU. exige plenas garantías sanitarias
23 mar 2020 . Actualizado a las 08:26 h.Un escenario apocalíptico cuestiona desde hace días los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. A la expansión de la pandemia del COVID-19 por el planeta le sucede, cada día, la propagación de un estado de opinión que alcanza poco a poco a actores más influyentes del mundo del deporte. El martes el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, lanzó un tímido mensaje junto al gobierno de Japón para ganar tiempo. El evento del próximo verano, previsto del 24 de julio al 9 de agosto, no peligraba. Pero en unas horas su discurso fue variando, a medida que las cifras de muertos crecían y también los países donde resulta imposible entrenar en condiciones. El viernes Bach ya reconoció estudiar alternativas, y deste entonces arreció una presión global para que se suspenda el mayor espectáculo deportivo del mundo, el escaparate que animó a Japón a invertir 35.000 millones de euros. Un producto televisivo que solo en derechos reporta al COI 2.700 millones.
Esas son las cifras detrás de la resistencia de Bach y las autoridades japonesas, que insisten en recibir a 11.000 deportistas y otros tantos periodistas de más de 200 países dentro de cuatro meses, cuando la pandemia podría arreciar con toda su fuerza en el hemisferio sur. Antes, debería cuadrarse el difícil puzle clasificatorio, con apenas el 57% de los deportistas con plaza del total previsto.
«No se puede posponer unos Juegos Olímpicos como si se tratase de un partido de fútbol de un sábado. Esta es una empresa muy compleja, donde solo puedes actuar de manera responsable si tienes un conocimiento fiable, 24 horas al día, para la toma de decisiones. Es una situación excepcional y no hay soluciones ideales», indicó Bach ayer a la televisión alemana SWR. Esa multinacional de los sueños y el entretenimiento asegura disponer de un seguro de 13 millones de euros para cubrir cualquier contingencia, la suspensión le abocaría a un enredo judicial multimillonario y de largo recorrido.
El Comité Olímpico de Estados Unidos adelantó el viernes que exigirá todas las garantías sanitarias para que sus atletas viajen en julio a Japón. Y dos de sus federaciones más poderosas, las de natación y atletismo, dos de los más icónicos deportes olímpicos, reclamaron ayer el aplazamiento de los Juegos.
Fútbol y atletismo español
Anoche también pidieron el aplazamiento las federaciones españolas de atletismo y fútbol, como habían hecho los Comités Olímpicos de Brasil, Noruega, importantes federaciones alemanas y francesas... Y cientos de deportistas, los protagonistas del tinglado, que se fueron sumando a la etiqueta #Tokyo2021 en las redes sociales.
Porque el COI trabaja en escenarios alternativos con sencillos sistemas de clasificación, eventos sin público (salieron a la venta ocho millones de entradas) o solo con espectadores japoneses... Pero ninguno se produjo hasta ahora en más de un siglo de Juegos modernos. Estos iban a ser los de la recuperación de Japón, golpeado en el 2011 por la tragedia del terremoto y el tsunami a los que siguió el desastre nuclear de Fukushima, pero parecen abocados a un escenario inédito. Los Juegos, que solo faltaron en 1916, 1940 y 1944, por las guerras mundiales, se enfrentan a un desafío que complica una de las máximas del espíritu olímpico, la igualdad de oportunidades.