El español dominó de principio a fin la carrera de MotoGP para sumar su octavo triunfo que le da la primera posibilidad de ser campeón en Tailandia
22 sep 2019 . Actualizado a las 16:43 h.Marc Márquez consiguió este domingo que Marc Márquez no le arrebatase lo que parecía suyo desde el primer entrenamiento del viernes en el Motorland de Aragón: su octava victoria de la temporada. Y es que el español había reconocido tras el entrenamiento oficial del sábado que sólo él podía perder una carrera para la que lo tenía todo claro, con la salvedad del factor climatológico, que pese a la amenaza de lluvia (la pista estuvo mojada durante el entrenamiento matinal previo a las carreras) terminó respetando a los pilotos de MotoGP.
En media vuelta, el del Repsol Honda contaba ya con seis décimas sobre sus perseguidores; en una completa con más de un segundo, en dos 1.6, en tres 1.9, y así hasta los más de seis segundos que llegó a acumular, en un monólogo que le encamina hacia su sexto título en la clase reina, el octavo en el Mundial, algo que podría confirmar en la próxima cita del calendario, en el Circuito de Buriram en Tailandia. Con una matemática sencilla: finalizar por delante de Andrea Dovizioso, siempre sumando dos puntos más que el italiano, un piloto que también brilló en Alcañiz, aunque todo quedase deslumbrado por el brillo del campeón español.
La persecución, o más bien el intento infructuoso de persecución, implicó primero a Jack Miller, y tras él a las Yamaha de Fabio Quartararo y Maverick Viñales, también con un sorprendente Aleix Espargaró (terminó firmando un brillante séptimo puesto a 18 milésimas del sexto, Cal Crutchlow) y Valentino Rossi metidos en la pelea, aunque los dos terminarían descolgándose, sobre todo el italiano, en un día en el que exhibió un muy pobre rendimiento (octavo). Quartararo y Viñales se fajaron en lo que parecía el duelo por el segundo puesto, que se daba por asignado a una de las Yamaha, aunque Miller nunca les perdió la cara. Es más, el francés terminaría no aguantando con los otros dos, mientras que por detrás, desde el décimo puesto de la parrilla, renacía Dovizioso, el señalado a inicio de año como rival de Márquez, que después de un complicado fin de semana en Misano, y tras andar desaparecido en entrenamientos, sacó su mejor versión en carrera.
Dovizioso llegó a ese grupo del podio y fue pasando uno a uno para colocarse segundo y firmar un podio que le reivindica en cierta medida como el primero de los mortales. Una posición que parecía que tenía que ser para Viñales, que incluso perdió el tercer escalón del podio frente a Miller, en el que terminó siendo otro día poco brillante para Yamaha después de que en entrenamientos se mostrasen satisfechos por las buenas sensaciones de viernes y sábado tras los muchos problemas que tuvieron en 2018 en esta misma pista. Y esto porque Alex Rins arruinó en un par de momentos el potencial que su Suzuki había mostrado para el domingo.
El barcelonés, posiblemente con el segundo mejor ritmo de la parrilla tras Márquez, la había pifiado el sábado en el entrenamiento oficial, lo que le hizo partir duodécimo (tras ganar una plaza por la lesión y baja de Pol Espargaró, operado este domingo de una fractura del radio distal de su mano izquierda, lo que le hace ser duda para Tailandia); en carrera trató de hacer los deberes no hechos y en un momento midió mal un adelantamiento a Franco Morbidelli con el que el italiano terminó por los suelos, y el español sancionado con una penalización de vuelta larga que le dejó sin opciones definitivas y en un grupo que sólo le dejó pelear por el noveno.
Aunque Rins no fue el único que tuvo un mal día. De nuevo sorprendió en negativo Jorge Lorenzo, que llegaba a Aragón con el objetivo de terminar a 30 segundos del ganador, y que lo terminó haciendo a más de 46, cruzando la meta el penúltimo y sólo por delante del malasio Syharin, que no estará en MotoGP en 2020, tras perder la pelea con pilotos como Karel Abraham o el invitado Bradley Smith. Una tortura para el mallorquín que se está alargando más de lo esperado y de lo debido, mientras que en el otro lado del box todo sigue cuadrando a la perfección. Márquez llegará a Tailandia con 98 puntos de ventaja en la general, tras ganar ocho veces, y tras firmar trece podios en catorce carreras, sin haber catado el tercer peldaño del cajón en todo el curso. Una auténtica barbaridad que certifica que el de Cervera está jugando a otra cosa este año en MotoGP.