La defensa, el manejo de Scariolo , el gen competitivo y un calendario favorable relanzaron a la selección
12 sep 2019 . Actualizado a las 08:39 h.Analizar el porqué del éxito de la selección española en este Mundial abre nuevos horizontes para seguir pensando que la época dorada del baloncesto nacional todavía no se da por concluida. Eso sí, este grupo es muy diferente al que a lo largo del siglo XXI nos vino dando alegrías casi día tras día.
1. Calendario
Es una perogrullada indicar que hemos tenido un calendario benevolente. Una primera fase para bostezar y que sirvió al staff y a los jugadores para engrasar la maquinaria. En otros torneos, ese primer escollo, nos ponía en rumbos nada agradables. Túnez, Puerto Rico e Irán no pintan nada en el concierto internacional del máximo nivel.
2. Objetivos
La selección tenía dos objetivos. El primero, alcanzar la clasificación directa para los Juegos. Tiene un enorme mérito haberlo logrado, porque fuera se han quedado equipos como Serbia, Lituania, Turquía, Italia y otros que cayeron antes. Así que, festejemos ese punto. Solo dos europeos tenían esa posibilidad. Ahora viene la lucha por las medallas, y pensar en el oro no es descabellado.
3. Gen competitivo
No lo podemos poner en duda nunca más. Con un equipo surgido en mitad de ausencias, retiradas, renuncias y lesiones, España ha demostrado el carácter que viene siendo norma de nuestro baloncesto en estos 20 años. Cuando llega el momento de competir, siempre estamos. En chicos, en chicas, en formación, donde sea. Y todo salió a relucir en los últimos tres partidos (Italia, Serbia, Polonia).
4. Roles
El cambio de generación y la ausencia de Pau Gasol ha dado paso a una nueva jerarquía. Y a medida que los partidos han ido transcurriendo ese aspecto ha salido a relucir. Con jugadores que han tomado el peso del equipo (Ricky, Rudy, Marc, Claver y Juancho) y otros con un peso menor, pero que han sabido adecuar su esfuerzo al bien colectivo. Pau era un foco muy grande y muy luminoso para no ser tenido en cuenta. Y este resultado es mérito del trabajo previo.
5. Trabajo y Scariolo
Es muy evidente que Scariolo está disfrutando con esta selección. Ninguna vez hasta este campeonato su baloncesto había salido a relucir de forma tan drástica como ahora. Control de las posesiones al límite, juego pausado, defensa muy monitorizada, roles de jugadores definidos y su manejo del tempo del partido con brillantez.
6. Defensa
Una de las mayores virtudes de España es lo bien trabajada que tiene la faceta defensiva. Es cierto que ayuda y mucho, ese ritmo calmado que pretendemos. Pero no menos cierto es que, con el menor talento como equipo en dos décadas, el sello de la defensa hispana es muy claro. Tan solo hemos pasado ciertos apuros cuando la pasividad rondaba límites no permitidos.
7. Ricky, Marc y Claver
El apartado más importante. Los jugadores. Es muy evidente que la rotación de España se ciñe a nueve jugadores. De ellos, entra en ese número Oriola, todo brega, todo lucha, pero muy limitado a nivel de talento. No podemos compararlo con otros cuatro que hemos tenido con anterioridad. Pero hay un trío especial. Ricky Rubio está en una plenitud de su juego. No podemos olvidar que hace poco los equipos le daban hasta tres metros para incitarle al tiro. Era una burla.
Otro que siempre ha sido la mofa nacional en otras competiciones ha sido Víctor Claver. Que está cerrando muchas bocas. Es de largo el jugador más importante de la faceta que nos dará una gran alegría, la defensa. Su envergadura, sus cambios defensivos, su trabajo en el rebote ofensivo y defensivo, le dan el cartel de MVP de nuestro equipo. Sí. MVP. Por mucho que duela. Es la realidad.
Y cerramos con Marc Gasol. Que se parece bien poco a su hermano. Siempre bajo su sombra y paraguas. Siempre cuestionado por la falta de liderazgo en momentos de ausencia de su hermanísimo. Marc lidera desde el silencio. Desde otros aspectos que Pau no dominaba. Chapeu a Llull, Ribas, Rudy Fernández (gran campeonato hasta ahora) y los hermanos Hernángomez. Beirán, Rabaseda y Colom tienen un rol diferente.