El proyecto del exfutbolista inglés de construir un estadio para disputar los partidos en la MLS en Miami sufrió un nuevo contratiempo al hallarse altos niveles de elementos químicos contaminantes donde planean construir la instalación
21 ago 2019 . Actualizado a las 16:10 h.Aunque parezca lo contrario, en la vida de David Beckham no todo es de color de rosa. El proyecto del exfutbolista inglés de construir un estadio para disputar los partidos en la MLS en Miami (EE.UU.) sufrió un nuevo contratiempo al hallarse altos niveles de elementos químicos como el arsénico y el bario en el terreno donde planean construir el campo de juego.
El diario Miami Herald informa de que los análisis muestran que los niveles de contaminación por arsénico doblan el límite legal en el terreno municipal que hoy aloja un club de golf y al que el Inter Miami tiene previsto mudarse después de jugar dos temporadas de la MSL en Fort Lauderdale, unos 40 kilómetros al norte de Miami.
Tras conocerse esta información, el gerente de la ciudad, Emilio González, dio cuenta del cierre del campo de golf Melreese cuando concluya la jornada de este martes, para que «expertos externos analicen los resultados de nuevas pruebas ambientales realizadas en el campo». González añadió que la apertura del campo de golf dependerá de un «análisis favorable», según recoge una nota difundida por la municipalidad de Miami.
En el terreno que ocupa el campo de golf, el club del excapitán de la selección inglesa tiene previsto construir un estadio de 28.000 localidades, en un recinto que, con una inversión prevista de cerca de mil millones de dólares, incluiría además oficinas, comercios y hoteles, entre otros.
Pero las muestras tomadas en el campo de golf Melreese revelan que la tierra a nivel de superficie contiene elementos que representan un «peligro físico», señala el reporte, que indica que casi todo el terreno presenta restos de ceniza de un viejo incinerador municipal que se cerró hace décadas.
En 2014, el condado de Miami-Dade ya tuvo que cerrar temporalmente varios parques por presencia de trazas de sustancias cancerígenas de arsénico y metales pesados como el plomo, el cadmio y bario procedentes de las cenizas de incineradores de basura.
El informe, realizado por la firma ambiental EE&G, que estudió 140 muestras en la zona, afirma que el nivel de arsénico es el doble del límite permitido, mientras que el de bario y plomo también excede los márgenes legales.
El alcalde de Miami, Francis Suárez, fue informado este lunes, señala el diario, que recoge declaraciones del mandatario sobre las «grandes preocupaciones» que supone el contenido del reporte.
Suárez aseguró que se ha contratado a una nueva firma consultora para tener una segunda opinión del contenido de las muestras tomadas en el parque municipal.
Cinco años de problemas para abrir la franquicia
Todo se complica de nuevo cuando parecía que se resolvían los problemas que arrastra el equipo de Beckham desde 2014 para abrir su franquicia en Miami, donde se frustraron sus planes de levantar el estadio en las cotizadas zonas del Puerto de Miami y después junto al pabellón donde juega el equipo de la NBA Miami Heat.
Se desconoce cuál puede ser el coste de limpiar el terreno, aunque se han barajado cifras que oscilan entre los 35 y los 50 millones de dólares, y si este hallazgo puede echar por tierra el proyecto debido a preocupaciones ambientales y de salud pública.
La ciudad negocia actualmente los términos de un contrato de arrendamiento de 99 años que le permitiría a Inter Miami construir el estadio y complejo deportivo, hotelero y de oficinas en este parque municipal, última de las opciones manejadas por el equipo de Beckham tras varios reveses en la ciudad.
Después de las negativas en el puerto y el centro («Downtown»), propiciadas por la oposición de empresas de cruceros, asociaciones de vecinos y ambientalistas, se plantearon otras dos nuevas ubicaciones, que fueron descartadas por el club, lo que le obligó a mudarse a Fort Lauderdale para iniciar en marzo de 2020 su andadura en la MLS.
Para hacerlo deberán invertir 60 millones de dólares en construir un estadio para 18.000 espectadores en un terreno de 64 acres (25,9 hectáreas) donde estuvo hasta su demolición este mes de junio el llamado Lockhart Stadium.