El estrecho y angosto trazado magiar pondrá a prueba la capacidad de levantarse de Hamilton y la candidatura de McLaren a afianzarse a rebufo de los grandes
02 ago 2019 . Actualizado a las 09:42 h.Las últimas carreras de Fórmula 1 han conseguido levantar de sus asientos a los aficionados que empezaban a perder la fe. El Red Bull Ring, Silverstone y Hockenheim han dejado carreras memorables, con resoluciones no tan previstas y la confirmación de que aún hay esperanza de que la competición no caiga en un sueño plácido para Mercedes y soporífero para los televidentes. Tres carreras en las que ha habido emoción, luchas, duelos e incluso la posibilidad de un podio de Carlos Sainz, merced a unas condiciones imprevistas de pista y un picante que hacía falta para mantener la emoción.
Si esto se mantiene este fin de semana en Hungría, habrá merecido la pena aguantar la primera aburrida parte del campeonato. El trazado de Hungaroring no suele dejar batallas. Tampoco emoción, adelantamientos o al menos siquiera una carrea mínimamente recordable. La situación en el calendario, al borde del descanso veraniego, deja normalmente más noticias relacionadas con el mercado de fichajes que carreras entretenidas.
Desde Italia están en racha en este sentido. Los últimos rumores no por improbables son menos sorprendentes: desde Red Bull pensando en Fernando Alonso para sustituir a Pierre Gasly como compañero de Max Verstappen, pasando por el holandés llamando a la puerta de Mercedes por si Hamilton acaba recalando en Ferrari, algo que no se producirá porque los de Maranello han rechazado el ofrecimiento del pentacampeón. Noticias que más parecen fantasías nacidas por el deseo de que la competición gane en actualidad ahora que llega el parón veraniego.
Antes habrá que pasar por el circuito de Hungaroring, un trazado con curvas lentas que propiciará poco movimiento el domingo con respecto a lo que se vea el sábado. La ciudad de Budapest ya estaba estos días a tope de afluencia, aprovechando los precios razonablemente bajos y que arranca el periodo estival para muchos aficionados. Los que vayan al circuito magiar tienen ante sí la oportunidad de ver lo mucho que se puede medir y resolver.
Lo primero es ver la capacidad de recuperación de Mercedes. El peor fin de semana del año, con sus dos pilotos fuera de los puntos (uno de ellos estrellado) en primera instancia y luego con dos míseros puntos gracias a una sanción a Alfa Romeo, no es el botín que esperaban obtener de su circuito de casa. Hamilton aterrizó en Hungría con el colmillo afilado y ganas de recuperar el pulso en un circuito en el que ya arrasó en 2018 de principio a fin... como otras cinco veces. Cuanto menos movimiento haya en carrera, más favorable será para él en un trazado donde ha logrado seis victorias, más que nadie.
En esta línea, Carlos Sainz espera mantener la buena tónica general que han mostrado en las carreras previas. Tras rozar el podio en Hockenheim, la mejor noticia para el de McLaren es que se confirma como un equipo candidato a asentarse en la zona alta, sea en la condición que sea. Sainz es consciente de ello, y preguntado este jueves en la rueda de prensa sobre su futurible podio, tiene claro que prefiere ser constante a tener un día de brillo. «El podio depende del coche. Yo prefiero hacer una temporada como la que estoy haciendo antes que el podio de Kvyat en una carrera. Lo que marca tu carrera en la Fórmula 1 es tu consistencia, y no un buen domingo», relató el madrileño. No le falta razón en este sentido: pese a que Lance Stroll tiene un podio, no es probable que pase a la historia por algo positivo.
España consigue una prórroga
Este jueves, España recibió una buena noticia relacionada con la Fórmula 1. El Govern catalán aprobó el acuerdo que permitirá una prórroga del contrato de Formula One Management (FOM) con el Circuito de Barcelona-Cataluña, por lo que en 2020 habrá carrera en este trazado por trigésima edición.
Cuando se firme el acuerdo, el Gran Premio de España se mantendrá un año más, si bien puede cambiar de mayo a septiembre. Se acabará así un culebrón que ya dura desde principios de año, y cuya firma efectiva dará un golpe de tranquilidad no sólo a los aficionados españoles, sino a los cientos de personas cuyos ingresos económicos dependen en buena medida del aterrizaje del 'gran circo' en Cataluña.