El delantero del Benfica representado por Jorge Méndes, se convertirá en el fichaje más caro en la historia del Atlético tras jugar sólo unos meses en la élite
02 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La cotización en bolsa del Benfica se ha disparado. Sus acciones cotizan al nivel más alto en los últimos nueve años tras comunicar que estudia una jugosa oferta del Atlético de Madrid por João Félix Sequeira (Viseu, 1999), el último cartucho en la recámara de Jorge Mendes. De los 126 millones de euros que pone sobre el tapete -seis más de lo que exige su cláusula, para financiar la operación- el agente se guarda una comisión del 30%. El fichaje más caro en la historia del Atleti, con 19 años, dejará en la saca de Mendes unas ganancias de 36 millones de euros.
El verano pasado João Felix fue ofrecido, según la prensa hispalense, al Sevilla por menos de dos millones de euros tras alternar el filial y el juvenil del Benfica. Caparrós, entonces en la dirección deportiva, descartó la operación. Hoy, en Portugal, se frotan los ojos. «Aquí sorprende mucho. Es un jugador con poco pasado, que no ha hecho lo suficiente como para poder decir que vale ya 120 millones. Es un precio marciano. Normalmente cuando se paga ese dinero es por un futbolista que tiene ya un currículum y una experiencia detrás». Al teléfono, Domingos Paciencia, técnico portugués que dirigió al Deportivo. «Suele ser una tasación para un futbolista consolidado. Pero hay que tener en cuenta el nivel que alcanzó en un club con la presión del Benfica», matiza Alberto Argibay, actual consejero del Pontevedra, que entrenó al Farense y al Marítimo en la élite lusa.
A 1 de enero de este año, João Félix no había completado un partido con el Benfica en liga. Rui Vitória, su técnico, lo tiraba a un costado en un 4-3-3. De las primeras catorce jornadas, en ocho se había quedado sin alinear. El relevo en el banquillo, con la llegada de Bruno Lage, cambió su destino. «Es un diez clásico, que necesita convivir con un delantero. Es un futbolista que sabe encontrar muy bien los espacios. Toma decisiones. No es un regateador nato, que resuelva fácil en el uno contra uno. Es un jugador que simplifica mucho el juego, de gran creatividad», sostiene Paciencia.
Lage dio con la tecla. El día de Reyes lo alineó en punta junto a Seferovic frente al Río Ave. Marcó dos goles, los mismos que llevaba hasta entonces. «Hay jugadores que teniendo talento son muy individualistas. Él tiene el talento y hace jugar al equipo, suma inteligencia y habilidad», subraya Argibay. João Félix marcó 15 goles en liga y dio nueve asistencias. En la Europa League, le hizo un hat trick al Eintracht. Y su cotización voló. «No se le puede buscar una lógica al mercado. El Atleti busca otro Kun Agüero», alega Argibay. «Yo no pagaría ese dinero por él», defiende Paciencia.
Con once años consiguió una colección de camisetas de tanto darle al travesaño
En la Escuela de Fútbol «Os Pestinas», en Tondela, festejaron el título del Benfica. Por primera vez en su historia, un futbolista criado allí se proclamaba campeón de Liga. João Félix jugó con ellos hasta el verano del 2008. No había cumplido 9 años cuando el Oporto se fijó en él y lo fichó para sus categorías inferiores. Estuvo allí hasta los 14. Compartió vestuario con Ricardo Benjamim, actual portero del Fabril. Juntos fueron pasando también fases en las categorías inferiores de la selección lusa.
«Todas las semanas hacíamos una prueba de tirar el balón e intentar darle al larguero. El entrenador le daba una camiseta al que lo conseguía más veces. Siempre la ganaba él», recuerda Benjamim de aquellos tiempos en Oporto. Tenían entonces once años. «Es una persona muy determinada, ya cuando éramos pequeños tenía muy claro lo que quería. Ya destacaba sobre todos nosotros, y a pesar de sus condiciones, se mostraba muy humilde», repasa.
«Pensé que lo iba a tener difícil para destacar en el Benfica. Empezó en la banda y dejó de jugar. El cambio de entrenador fue clave. Jugando de falso delantero se vio al verdadero Félix. Cuando empezó a meter goles y vi la confianza que tenía me dije: a este ya no lo para nadie». A Benjamim la cotización del que fue su compañero no parece extrañarle demasiado. «En el fútbol de hoy ya no me sorprende nada. Cristiano Ronaldo, si hoy tuviera su edad, costaría 220 millones de euros».
Sobre su encaje con Simeone: «Sólo se adapta bien a un sistema y tendrá que correr más»
La pizarra de Simeone tiene sello propio. «El debate es realmente si será capaz de jugar a la intensidad del Atleti tres días por semana. No es fácil». Argibay, que se deshace en elogios hacia las condiciones de João Félix, admite el dilema: «Ha tenido una explosión brutal. Y la duda puede ser precisamente esa, lo meteórica que ha sido», añade. «El Atlético es un equipo agresivo, con mucha capacidad de trabajo. João Félix destaca por su técnica, por su habilidad, no por ser un jugador fuerte. Tiene que evolucionar y enfrentarse a los obstáculos que suelen tener los equipos grandes», advierte Domingos Paciencia.
Ambos coinciden en que necesitará un periodo de adaptación. «El fútbol del Atleti es muy exigente en la recuperación. Este tipo de jugadores creativos y que llevan tan poco tiempo en la élite pueden acusar esa intensidad», reflexiona Argibay. «Se ha destapado como goleador en estos meses, en las categorías inferiores no había destacado especialmente por esos registros», añade.
Necesita que le den libertad
«Mi sensación es que es un futbolista que solo se adapta bien a un sistema, al 4-4-2. No es un atacante puro, ni rinde bien en banda. Necesita libertad para mejorar su rendimiento», desliza Paciencia. Un concepto que acompaña Argibay en su análisis sobre cómo encajarlo en la obra del Cholo. «Es un jugador excelente para el modelo del Atleti si le da libertad de movimientos en ataque. Tiene que explotar su inteligencia, su capacidad de desequilibrio y su visión de los espacios».
Su excompañero Ricardo Benjamim lo tiene claro: «Tendrá que correr más, seguro, pero eso no será ningún obstáculo para él». Y a nadie se le escapa la máxima que despeja Argibay: «El precio va a condicionar la exigencia del Metropolitano».