Se cumplen veinte años desde que la pontevedresa Lourdes Domínguez lograra la ensaladera en la categoría junior, convirtiéndose en la primera española en alcanzar esa gloria
07 jun 2019 . Actualizado a las 18:41 h.Tenía dieciocho años. Era otro 7 de junio, como el de hoy, pero de 1999. Dos décadas han pasado ya. La pontevedresa Lourdes Domínguez no había tenido un camino fácil sobre la tierra batida de París. En segunda ronda, Olivia Sánchez la tuvo contra las cuerdas en la pista 4. Había cedido los nueve primeros juegos. Los levantó. Esa pequeña gran hazaña le dio a Lourdes la confianza que necesitaba. Fue avanzando rondas y se plantó en la final junior. Ninguna española había logrado hasta entonces levantar la ensaladera reservada a los jóvenes talentos.
Una francesa en semifinales y otra en la final. A Lourdes, los cruces, no se lo pusieron fácil. Entre un partido y otro, apenas unas horas. «Había jugado la tarde anterior y no me dio tiempo a pensar las cosas demasiado. Creo que eso me benefició. Ella tenía la presión de estar jugando en casa, ante su público». Ella era Stephanie Foretz. La gala era el último obstáculo. «Fue uno de los días más importantes de toda mi carrera. Recuerdo con detalle cada momento. Que me levanté por la mañana muy temprano. Estaba nerviosa». Su familia se había plantado en París pero había preferido guardar el secreto.
«No me lo dijeron hasta poco antes de entrar al partido para que los nervios no me atenazaran». Sus padres, Enrique y Carmen, y cuatro de sus nueve hermanos se sentaron en la grada de la pista 1. Su madre preferió no ver. Se pasó gran parte del partido paseando por las instalaciones. «Vino corriendo para verme ganar».
La película duró una hora y veinte minutos. A la sexta bola de partido, Lourdes derribaba a Foretz por un doble 6-4. «Casi siempre fui con ventaja, pero el partido estuvo muy igualado. Hubo momentos de tensión. Quizá a ella le pesó la responsabilidad». La gallega salió disparada. «Salté a la grada y me fui a abrazar a toda mi familia. Fue increíble. El recibimiento en Galicia, en el aeropuerto, fue muy emocionante. Cuando te tiras tanto tiempo fuera y llegas a casa con esas muestras de cariño, se despierta en ti una sensación difícil de describir».
«Sea en categoría junior o en absoluta es un Gran Slam y siempre va a quedar ahí. En la historia de Roland Garros está que en 1999 la campeona fui yo. Fui la primera española y durante muchos años la única. Para mí es un tremendo orgullo y nadie lo podrá borrar. Ojalá algún gallego pueda repetirlo algún día». Lourdes venció en la final individual y rozó la de dobles junto a Marta Marrero. Ese mismo año, Andre Agassi se llevaba la ensaladera masculina en categoría élite y Steffi Graf, la femenina.
Ahora modela a Aliona Bolsova
Española de origen moldavo, de 21 años y jugadora número 137 del ránking mundial. Aliona Bolsova ha sido una de las grandes sensaciones del tenis español en las primeras jornadas de Roland Garros. La Leona, como le apodan, llegó desde la fase previa, superó tres partidos para acceder al cuadro final, derrotó a la rumana Sorana Cirstea, por 7-6 (5) y 7-6 (3). Antes, ya había superado a la rusa Vera Zvonareva, exnúmero 2 del mundo. Bolsova cedió en octavos de final frente a Anisimova, derrotada esta mañana en semifinales.
Bolsova escucha los consejos de la pontevedresa Lourdes, su entrenadora desde hace un año, formando equipo con su amiga Ana Alcázar en la parte técnica y el preparador físico Jaime Fernández. Un grupo de trabajo que rescató a Bolsova de un bajón anímico, pues hace unos años había decidido abandonar el tenis.
Domínguez se había retirado como jugadora profesional en otoño del 2016, con 35 años, después de una brillante trayectoria que la elevó hasta el puesto número 40 del ránking, con dos títulos individuales en Bogotá en el 2006 y en el 2011. Hace ahora un año, junto a Alcázar, formó un grupo de entrenamiento con cuatro jugadoras, del que ahora emerge Bolsova, a la que conocía desde años atrás por la pertenencia de ambas al Real Club de Tenis Barcelona.
Cuando empezaron a trabajar, Bolsova penaba en las catacumbas de la clasificación de la WTA, en el puesto 350. Atrás quedaba una etapa anterior en la que había desconectado del tenis y se marchó a vivir una experiencia diferente a Estados Unidos, tras una fractura en el pie que le hizo replantearse su pasión por el tenis. A partir de un buen servicio y una derecha agresiva, Bolsova fue creciendo con Lourdes Domínguez.