Tras pedir irse gratis por una oferta mareante en Asia, ahora dice que jugaría gratis en el Madrid
30 may 2019 . Actualizado a las 21:08 h.«Soy madridista, me quiero retirar aquí y qué mejor manera de mirar al futuro y dejar atrás el pasado». Así retrocedió Sergio Ramos para vender su continuidad en el Real Madrid, días después de que trascendiese que había pedido la carta de libertad para irse a China. «Yo le dije que eso no podía ser. Es imposible que el Real Madrid pueda dejar que su capitán se vaya gratis. Sería un precedente terrible», había indicado el presidente del club, Florentino Pérez en Onda Cero, dejando a Ramos en una posición incómoda ante la afición.
El detonante de la situación había sido el deterioro de la relación entre empleado y directivo, que mantuvieron un fuerte encontronazo tras la eliminación co el Ajax en octavos de final de la Liga de Campeones. Entonces, el dirigente reprendió a la plantilla y al defensa por su bajo rendimiento, a lo que el sevillano respondió argumentando que la causa de la debacle era la mala planificación del club. «Tú me pagas y yo me voy», fue la réplica del internacional ante la amenaza de despido de Florentino.
Sergio Ramos reconoció la tensión entre ambos. «Estaría dispuesto a jugar gratis aquí. La relación con el presidente siempre ha sido de padre a hijo, pero quién no se ha peleado alguna vez con su padre», soltó al tiempo que habló de una falta de confianza entre ambos. «Había cosas que no me gustaban, que me habían dolido y lo mejor era hablar cara a cara», indicó el futbolista, que aseguró que el tema había quedado zanjado tras uan reunión el miércoles.
Reconoció Ramos la jugosa oferta de China, aunque negó que hubiese solicitado a Pérez irse gratis. «Nunca he querido irme a China, no he pedido la carta de libertad», subrayó deseoso de resaltar que no buscaba una ampliación del contrato que expira en el 2021 ni una subida salarial. «De la oferta a la decisión de irse hay un mundo», matizó.
El juego de presiones del andaluz
El choque tras la derrota ante el Ajax no fue el único episodio agrio entre Ramos y Florentino. Ya libraron un duro tira y afloja en el verano del 2015, saldado entonces con una renovación y un incremento salarial tras esgrimir una suculenta oferta del Manchester United. Dos años antes, la opinión de Ramos, portavoz junto a Iker Casillas del sentir de buena parte del vestuario, fue clave para que Pérez asumiese que el ciclo de José Mourinho había acabado tras tres años convulsos. También presionó para frustrar la llegada de Antonio Conte esta pasada temporada cuando el italiano era el mejor colocado para relevar a Julen Lopetegui.