El mallorquín presenta, tras cinco carreras, uno de los peores registros de un piloto de la escudería en motoGP
20 may 2019 . Actualizado a las 22:13 h.«El talento de Jorge, lo que ha conseguido y lo que es capaz de hacer encima de una moto, nadie lo duda, porque ya lo ha demostrado. Pero sí que es cierto que cuando llegas a un proyecto ganador y a una fábrica como HRC, que tiene la moto delante, eso quiere decir que tú te tienes que adaptar lo más rápidamente posible y dar el nivel que implica estar en HRC. Está claro que por esfuerzo seguro que no es y poco a poco va a llegar». Son palabras de Marc Márquez, ganador de la carrera de Le Mans, que tuvo que contestar varias preguntas a lo largo del fin de semana sobre su compañero de equipo, Jorge Lorenzo. Y es que la lenta adaptación del mallorquín se está convirtiendo en uno de los temas de actualidad en MotoGP.
Lorenzo finalizó en Francia undécimo, su mejor posición del año, después del decimotercero de Catar y los decimosegundos de Argentina y Jerez (en Austin no finalizó la carrera). El domingo a 15 segundos de Márquez, con la misma moto, en el mismo equipo, uno que no está acostumbrado a este tipo de resultados. Repasando las formaciones del Repsol Honda en la era motoGP (desde 2002, el año del cambio desde las 500cc) ningún piloto de la escudería japonesa con patrocinio español había sumado tan pocos puntos como los que Lorenzo tiene a estas alturas, 16, si exceptuamos la temporada 2015, en la que Dani Pedrosa había sumado sólo 10 puntos hasta la quinta carrera, aunque fue debido a una retirada temporal de tres grandes premios por un problema que no conseguía resolver en sus antebrazos. Tras la sexta prueba del año, Pedrosa acumulaba 23 puntos, así que se podría decir que en Mugello Lorenzo debería terminar entre los nueve primeros si no quiere tener la cifra más negativa de la historia de su escudería.
«Lorenzo es de esos pilotos que de un día para otro se despierta, pero sí que de momento su adaptación está siendo un pelín rara. De golpe hace un cuarto, un 1'31 en el FP2 y luego le cuesta en la carrera, aunque no sé qué le ha pasado. Estoy seguro de que va a despertar cuando menos lo esperemos», analizó Márquez después de ganar en Le Mans. Ya el jueves, el mallorquín había reconocido que estaba siendo un proceso lento, sin tener la respuesta a la pregunta de cuándo lo culminará. «Es importante que seamos conscientes de que va a ser un proceso largo. No va a venir natural, como vino en otras ocasiones o le pudo venir a otro piloto cuando se ha subido a una moto nueva o de otra categoría. Cada pequeño progreso nos va a acercar a nuestro objetivo y hay que valorar cada progreso como si fuera una pequeña victoria. Con tiempo y con kilómetros habrá evoluciones a mejor», confesó en Francia un Lorenzo que el jueves se había sincerado: «La Honda nunca va a ser una moto natural para mí. Nunca va a ser una moto natural para mí, al igual que no lo fue la Ducati».
Una diferencia, entre estilo de pilotaje del piloto y requisitos para ir rápido con una moto, que, en cualquier caso, sólo no existen en el caso de Márquez, el único que es realmente capaz de llevar a lo más alto a esta RCV. «No hace falta arriesgar tanto en la entrada, pero sigue siendo crítico. Si no lo fuerzas al puntito que te pide la moto, eres incapaz de ir rápido. Ese es el punto que cuesta encontrar y quizás donde las otras Honda pierden un poquito más. Hay que forzar lo justo para girar en el sitio, y es ahí lo crítico. Por eso tantas salvadas este fin de semana. No han sido de casualidad, sino porque empujamos. Si quieres estar allí tienes que arriesgar», expuso el líder de MotoGP sobre las peculiaridades de su montura. «Cuando estaba en Ducati te sentabas muy bajo en la moto, como la Yamaha, mientras que en la Honda estás mucho más arriba», explica el tercero de los pilotos oficiales HRC, Cal Crutchlow. «Eso es lo que creo que le está costando a Lorenzo: la presión sobre los brazos cuando frenas la moto es muy difícil de manejar, muy física. Cuando vine a Honda, también dije eso», recordó el británico.
«No voy a hacer una fiesta porque sigue siendo una posición mala, que no refleja ni mi palmarés ni la historia de la marca que represento, pero hay que entender la situación que he pasado en pretemporada y entender qué moto estoy llevando», declaró Lorenzo tras la carrera de Le Mans, buscando una interpretación optimista a su undécimo. «Para estar al nivel de Marc tienes que pilotar la moto como él. Él saca mucha ventaja en la confianza que tiene entrando en curva, aprovecha mucho la pista, empieza a inclinar muy pronto y se mete en el ápice de la curva, y yo tengo que acercarme a ese estilo», reconoció un piloto-campeón que en diez días, en Mugello, escenario de su primera victoria con Ducati (cuando que ganase empezaba a parecer imposible), volverá a tener muchas miradas sobre él.