El asturiano impactó contra el muro, provocó graves daños en su coche y pudo salir por su propio pie
15 may 2019 . Actualizado a las 20:30 h.Dicen que en las 500 millas de Indianápolis hay dos tipos de pilotos: los que se han estrellado contra el muro y los que se van a estrellar. Desde este miércoles, Fernando Alonso pertenece al primer grupo. El asturiano llevaba 46 vueltas de la segunda jornada de entrenamientos libres en el trazado norteamericano cuando perdió el control de su McLaren. Iba intentando coger el rebufo de Graham Rahal, su coche subviró demasiado y acabó tocando el muro exterior de la curva 3. La consecuencia fue que el coche acabó escupido hacia el otro lado, mientras Alonso sólo podía resignarse hasta que la bola de 'pinball' en la que se había convertido parase. Alonso sufrió un aparatoso accidente que le llevó a impactar contra el muro y dañar seriamente su coche. El asturiano, que busca en el mítico óvalo conseguir la ansiada 'Triple Corona' (Mundial F-1, 24 Horas de Le Mans y estas 500 Millas), saló rebotado hacia otro muro del otro lado, y el impacto le hizo cruzar la pista para terminar recibiendo un nuevo golpe.
El bicampeón del mundo de Fórmula 1 no sufrió ningún daño físico, no así su vehículo, aunque tuvo que pasar por la obligatoria revisión médica. «Fernando Alonso pasó la revisión y fue dado de alta del centro médico», señalaron desde la organización del campeonato.
«Error por mi parte subestimando el agarre en la T3 (Curva 3). Lo siento por el equipo y los muchachos que tienen que trabajar mucho ahora. Lección aprendida. Volveremos más fuertes hoy a última hora o mañana», escribió en sus redes sociales un Alonso, que en el primer día de entrenamientos del martes se quedó a casi un segundo del mejor tiempo. Sano y en perfecto estado, pero desanimado por verse fuera del asfalto tan pronto, ya que ni siquiera había llegado a la cincuentena en su segunda jornada de trabajo.
«Un incidente en la curva 3 ha acabado con nuestra sesión de entrenamiento. Fernando está OK y el equipo está actualmente evaluando el daño del coche», informó por su parte el equipo McLaren-Chevrolet. El piloto salió totalmente indemne, más herido en su orgullo que otra cosa. Y es que dos días de entrenamientos libres, dos días de problemas. El martes fue una avería eléctrica la que lastró su jornada de trabajo y este miércoles fue un accidente. No es ni el primero, ni será el último, pero desde luego es algo que no esperaba. Cuando tuvo el golpe, ocupaba la 16ª posición de la clasificación, con una mejor vuelta de 225.433 mph de promedio. «Tenía subviraje. Aunque levantara no podía evitarlo. He perdido toda la aerodinámica de la zona delantera. Afortunadamente, ha ocurrido hoy.», decía Alonso en la televisión.
No está siendo la semana de preparación soñada para el asturiano, pero la sensación generalizada es que no se ha perdido mucho. Quienes ven el vaso medio lleno confían en que este golpe pueda hacer que Alonso use el chasis Dallara de McLaren montado por Carlin, su socio en esta edición, ya que el accidentado es el coche 'B', el que montaron en Woking. Dada la experiencia del preparador, quizá no haya mal que por bien no venga, pero el problema es que este chasis sólo ha disputado una jornada de pruebas, en el circuito de Texas un mes antes. Ni siquiera Gil de Ferran, director deportivo de McLaren para las 500 millas, sabía bien qué hacer y lo evaluarán en las próximas jornadas.
Seis meses de preparación, muchas dudas
Las opciones de Alonso en esta edición de las 500 millas de Indianápolis son ligeramente menores que en 2017. A diferencia de aquel año, en este 2019 McLaren va por su cuenta, con el apoyo de Carlin y sus propias capacidades, que no son pocas. En una prueba como la del 'brickyard', en la que ganar es una quimera incluso para leyendas como Mario Andretti (29 participaciones, sólo una victoria), llegar y ganar es un sueño.
En 2017 contaban con el músculo técnico de Andretti Autosport, comandada por el hijo de Mario, Michael. Ahora es Bob Fernley, una apuesta personal de Zak Brown, el exjefe del equipo de Fórmula 1, quien está al cargo del proyecto, siempre bajo la atenta mirada de Gil de Ferran, director deportivo del equipo. Todo comenzó a prepararse en noviembre de 2018, cuando la aventura se puso en marcha de manera efectiva y empezaron a desarrollar el chasis Dallara IR12 para instalar después el motor Chevrolet 2.2 biturbo V6 con el que completaron el monoplaza en marzo. Hay 20 personas dedicadas en exclusiva al proyecto de Indianápolis, con el único objetivo de que Fernando Alonso pueda conquistar la victoria más difícil (según sus propias palabras) de su amplia trayectoria profesional.
Quedan aún un par de días de entrenamientos libres hasta que el sábado llegue la hora de la verdad con la primera clasificación y, después, el domingo, con el 'pole day' y el 'bump day'. Hay margen para solventar los problemas, pero mientras Alonso y McLaren penan por rodar un día completo según el plan previsto, el resto de rivales avanzan en su puesta a punto. Por muy optimista que quieran ser, no es el arranque soñado, ni mucho menos.