Kawhi Leonard clasificó a Toronto para unas finales de conferencia que prometen emociones fuertes
14 may 2019 . Actualizado a las 07:42 h.La canasta de Kawhi Leonard, que daba el pase a los Toronto Raptos a las semifinales de la NBA, al eliminar de forma hiperagonísitica a los Sixers de Philadelphia, resume en sí misma y en su totalidad el significado del juego y del contenido baloncestístico de la liga americana. A Toronto le esperan los Milwaukee Bucks, mientras que en el lado del Pacífico se citan los Golden State Warriors y Portland.
Esos cuatro segundos, con cinco toques de suspense en el aro convirtiendo a Alfred Hitchcock en un amateur del suspense, para meter un tiro que evitó la prórroga, resumen el juego NBA. Tiempo muerto. Se reúnen las huestes en torno al entrenador. Se prepara la jugada final. Empezamos a diseñar mentalmente: bloqueos ciegos, dobles screens, go back and go, flairs y salidas, engaños para dejar liberado a Gasol desde el frontal. No sé. Un sin fin de opciones.
Pero ya está. La NBA lo hace fácil. Saca Marc Gasol, que convierte ese pase en la asistencia más sencilla jamás dada, la recibe Leonard, y empieza a botar. Tanto y tan lejos que hace media semicircunferencia hasta llegar al límite... Ya no hay vuelta atrás. El todo o nada. Se levanta hacia el cielo. Ve un monstruo camerunés de 2,14 llamado Joel Embiid en sus narices. Pero por encima de sus narices y echándole todas las narices posibles, Leonard se la juega. Crea un lanzamiento bomba que será recordado de por vida.
Todos atónitos porque este Raptors-Sixers ha tenido de todo. Se crujió en el séptimo partido. Con dureza verbal, física (a veces) y con los actores protagonistas asumiendo su rol. Las estrellas del cine, pero en el parqué. Cobran por eso. Ahora The North, como también es conocida la sede canadiense en la liga americana, se mide a los Bucks de Mirotic, de Pau Gasol y de un tipo con un apellido que solo escribirlo ya da mareos: Antetokounmpo. De nombre de pila, Giannis. Pasaporte griego. Hijo de inmigrantes nigerianos.
No tuvieron piedad los Bucks de Boston. Su serie fue un coser y cantar, 4-1. La más sencilla de los cuartos de final. Un pequeño resbalón en el Garden y tras ese despiste, un rodillo para los de Brad Stevens, que tendrá que hacer reajustes en su plantilla para la próxima temporada. Nikola Mirotic defenderá el orgullo patrio en esta parte del cuadro. Ya que Pau Gasol, no ha podido estrenarse en las eliminatorias por su lesión.
En el apartado Oeste también han vivido un cruce de altos golpes Denver Nuggets y Portland Trail Blazers, y estos últimos han sonreído logrando eliminar el factor cancha de Denver y además recuperando casi 20 puntos de desventaja antes del descanso. No fue Damian Lillard en este caso el estilete de los Portland. Apareció un gran secundario, un tipo pequeño llamado CJ McCollum. Y 37 puntos dejaron fuera a los Nuggets. Bueno, eso y, pienso, la exagerada utilización en minutos de los titulares en el equipo de Colorado. Llegaron pinchados.
Mientras, los actuales campeones, los Golden State Warriors, fueron usando sus armas en la cita con Houston. Un día estuvo brillante Clay Thompson, otro día hizo 33 puntos en los dos cuartos finales el señor Steve Curry, y, hasta su lesión, apareció esa tarántula llamada Kevin Durant. Los Rockets racanearon un poco en estas series y su derrota es lógica. Mi pronóstico: Warriors-Bucks. Esto promete.