El castigo que le impuso el Celta por no renovar lo convierte en una excepción, ya que ningún otro jugador se ha visto fuera de todas las convocatorias de su equipo
15 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Ni un solo partido, ni un solo minuto, ni una sola convocatoria. Cerrado el mercado de fichajes de invierno, Nemanja Radoja es el único futbolista que, siendo jugador de campo, sin estar lesionado y teniendo ficha de primer equipo, presenta estos números en la Liga española. Además, y salvo un giro del todo improbable, el serbio va a completar así la temporada, algo inédito para un futbolista en el club vigués, al menos en tiempos recientes. Es el coste que ha tenido para él, que acaba su contrato en junio, no querer renovar.
El serbio, que hace unos días cumplió 26 años, vive su quinta y más atípica temporada en Vigo. Una campaña en la que, por decisión del club, se entrena con sus compañeros, pero está condenado a ver un partido tras otro desde la grada sin la más mínima esperanza de entrar. Mohamed argumentaba que había comenzado tarde la pretemporada y eso le hacía estar por detrás de sus compañeros, pero Cardoso optó por decir la verdad desde el principio: era un tema de club que le había venido dado.
Tampoco el presidente, Carlos Mouriño, ha eludido la cuestión en sus últimas comparecencias. Tanto en la junta de accionistas como en la rueda de prensa de hace un par de semanas defendió la decisión utilizando el mismo argumento: que prefieren dar minutos a jugadores jóvenes con futuro en el club -caso de Beltrán- que a uno que a final de temporada será historia celeste. Aunque casi ha comenzado a serlo antes.
Radoja parecía llamado a ser un caso similar a los de Jonny y Sergi Gómez. Se daba la misma circunstancia de que finalizaban sus vinculaciones con el club el 30 de junio y que las conversaciones fallidas para las respectivas renovaciones se daban por agotadas. Sin embargo, a los tres se les ofreció incorporarse más tarde para buscar una salida y solo Nemanja se agarró a esa opción, y no se presentó el día que Mohamed había convocado a la plantilla.
Pero en ese intervalo tampoco cerró un nuevo destino y se plantó en Vigo dos semanas después. Para entonces, pareció que la posibilidad de renovar volvía a abrirse. Incluso se le vio conversando con el director general, Antonio Chaves, sonrientes ambos junto con Ratkovic a las puertas de A Sede, en plena calle de Príncipe. Finalmente, el acercamiento no pasó de ahí.
En todo este tiempo, Radoja nunca se ha pronunciado. Todas sus manifestaciones públicas se reducen a una discreta cuenta de Instagram -la primera publicación es de octubre y no llega a los 700 seguidores, entre los que están varios compañeros de equipo- donde cuelga fotos y, en alguna ocasión, incluso una historia desde la grada de Balaídos en un partido del equipo, pero sin ningún tipo de comentario o manifestación sobre su situación.
El caso de Álex Remiro
Hasta el cierre del mercado de invierno, sí quedaban más jugadores con protagonismo inexistente en varios equipos de Primera, aunque por decisión técnica y no como en su caso. Todos ellos abandonaron los respectivos clubes a excepción de uno, el guardameta del Athletic Club Álex Remiro, que además también acaparó el foco por cuestiones extradeportivas el pasado verano. El tercer portero del Athletic Club se negó a renovar su contrato por no estar de acuerdo con la oferta económica que le proponían antes de comenzar la temporada. Pasado el tiempo, el cambio de directiva pareció acercar posturas y en enero estuvo a punto de salir al Huesca, pero el club ponía como condición una renovación que, de nuevo, no llegó. En todo caso, la situación no es la misma, ya que no hay una decisión de club que implique dejarle fuera y, de hecho, se llegó a contemplar que fuera convocado ante la duda de uno de sus compañeros.