El cinco inicial de los Warriors, con Cousins ya de vuelta, es uno de los mejores de siempre
29 ene 2019 . Actualizado a las 09:19 h.Los Golden State Warriors de este curso son lo más parecido a ese hermético grupo de amigos que en el colegio acordaba a primera hora unir su talento para, a la hora del patio, machacar al resto de la clase.
Stephen Curry, Klay Thompson, Kevin Durant, Draymond Green y ahora también, recién recuperado, el chico nuevo de la clase, DeMarcus Cousins. Todos All-Star. Todos, por edad -Cousins acaba de volver tras una grave lesión de la que, de momento, progresa satisfactoriamente-, en plenitud de condiciones para jugar al baloncesto. Los californianos reventaron este verano, una vez más, el mercado americano.
Los Warriors pudieron firmar a Cousins por una temporada con un salario muy por debajo de su calidad debido a la incertidumbre sobre su salud tras romperse el tendón de Aquiles. Nadie en la liga quiso arriesgarse a ficharle y aparecieron los de Steve Kerr. Una ganga de bajo riesgo para un equipo que ya era campeón sin él. Un año antes, Kevin Durant aceptó bajarse el sueldo para poder seguir en el equipo y cumplir las exigencias de tope salarial. Ganar menos pero ganar más, algo que muchos consideran una adulteración de la competición. «Es mi dinero», se justificaba en su día el alero. Lo cierto es que han sido muchos los jugadores que han perdonado millones para tratar de buscar un anillo. Garnett y O’Neal lo hicieron para irse a Boston, Bosh y LeBron también para poder juntarse en Miami con Wade.
Bonito o no, no hay duda de que estos Warriors son uno de los mejores quintetos de la NBA. Si no el mejor. ¿Con quién se pueden comparar?
Si solo nos fijamos en los nombres, hubo otros quintetos que prometían convertirse en dinastías. El último, el de aquellos Lakers con Nash, Kobe, Metta World Peace, Gasol y Dwight Howard. Un fracaso total.
En la era moderna, los Lakers de Magic y Kareem (1987-1988) y los Celtics de Larry Bird (1986-1987) son quintetos que todo aficionado debería poder recitar de memoria. Dos escuadras de leyenda que se repartieron los campeonatos en los ochenta.
Tras ellos vendrían los Bad Boys de Detroit. Dos anillos lograron los pupilos de Chuck Daly para jubilar a Magic y a Bird. Dominaron a base de un juego muy físico, diametralmente opuesto al actual en la liga americana. En aquel equipo estaba también Dennis Rodman, que pronto haría las maletas para viajar hasta Chicago para formar parte de la gran dinastía del baloncesto mundial: los Bulls de Jordan. A diferencia de los Warriors, aquel equipo estaba cimentado sobre un líder claro, Michael Jordan, y un escudero de lujo, Scottie Pippen. El resto de piezas se fueron cambiando. Primero John Paxon, después Ron Harper y más tarde Toni Kukoc en la dirección. Horance Grant antes que Rodman en la pintura. Entre todos, seis anillos. Solo los Celtics de Bill Rusell superan sus registro.
Intentarán marcar época estos Warriors que ya han ganado tres campeonatos tomando el relevo de los Spurs de Duncan, Parker y Ginóbili, la última apisonadora que conservó su columna vertebral durante casi dos cécadas ganando cinco anillos, y de reinados breves como los Celtics del big-three o los Heat de Lebron.
Por el medio, jugadores excepcionales con las manos llenas de anillos como Kobe Bryant o Shaquille O’Neal. Más talento individual que equipo y fuera de esta lista. Los de Oakland son otra cosa. Si el tendón de Cousins aguanta, dificilmente habrá partido.