A sus 18 años, acapara los focos en su primer año en la liga universitaria estadounidense y su nombre suena fuerte para el draft del 2019
23 nov 2018 . Actualizado a las 16:05 h.Los estadounidenses se toman muy en serio el deporte universitario. En el año 2003, la final de la liga colegial de baloncesto entre la universidad de Syracuse -liderada por Carmelo Anthony- y Kansas congregó a 80.000 espectadores. Fue un récord absoluto. Nunca un evento deportivo había reunido a tanta gente en el país. Tuvo que llegar el All-Star del año 2010 en Dallas y sus 108.713 espectadores para que las superestrellas de la NBA, todas reunidas, le arrebatasen el registro a aquellos chavales.
Este año la expectación es todavía mayor. El cénit de la competición llegará en el mes de marzo, pero en pleno noviembre todas las miradas se centran en un ala-pívot de 18 años, 2,01 metros y 130 kilos de peso llamado Zion Williamson al que ya le acompaña el sambenito de la comparación constante con LeBron James. Para su desgracia, comparaciones fundadas.
Williamson juega en los Blue Devils -Diablos Azules en inglés- de la universidad de Duke, uno de los centros con más tradición del baloncesto estudiantil con cinco campeonatos nacionales en sus vitrinas y con Mike Krzyzewski -más conocido como Coach K- como entrenador. Una leyenda de los banquillos universitarios que cumple su 38ª temporada en el cargo y, hasta hace dos años, también seleccionador del todopoderoso equipo nacional americano, una muestra más del prestigio que los estadounidenses conceden al baloncesto colegial.
A las órdenes de Krzyzewski, Duke acumula cinco victorias y una derrota esta temporada con Williamson como gran atractivo. El jugador promedia casi 23 puntos por partido en lo que va de curso. Un registro más que notable pese a que no está ni siquiera entre los treinta más anotadores de la competición, de hecho su compañero RJ Barret, otro al que media liga sigue de cerca, está por encima en esta lista de máximos anotadores.
Sin embargo, todas las quinielas sitúan a día de hoy a Zion Williamson como futuro número uno del draft del año que viene. Todo se explica viéndolo en la cancha. Su capacidad para reventar los tableros rivales, auténticos vuelos sin motor, o su capacidad taponadora que dejan a sus rivales a la altura de estudiantes siendo humillados por el abusón del recreo, han llamado la atención de todos.
Auténticas estrellas como Kevin Durant ya le ha considerado publicamente como «ese tipo de atleta que aparece una vez por generación». Steve Kerr, entrenador de Golden State Warriors, fue incluso más elocuente. «Pensé que solo había un LeBron, pero parece que viene el siguiente», comentó el técnico sobre «un chico de Duke» que había visto la noche anterior a sus declaraciones y del que solo conocía su peso. «El de las 285 libras».
Las comparaciones con jugadores consagrados son algo habitual en cada curso universitario. Al igual que en el fútbol siempre hay alguien que, de cuando en cuando, asegura haber descubierto al nuevo Messi, los profetas que presagian llegadas de futuros Jordan o LeBron son comunes. Pero Zion Williamson parece obcecado en seguir los pasos de James y tiene el foco mediático encima. Al igual que el jugador de los Lakers hizo en su día, Williamson ha sido portada con 16 años de revistas especializadas, antes incluso de llegar a la universidad, cuando despuntaba en el instituto de Spartanburg en su Carolina del Sur natal.
La NCAA es imprevisible. Es probable que Duke no levante un torneo por el que compiten más de 350 equipos. O quizás sí. Williamson, que viste el dorsal número uno, y su compañero Barret son los favoritos para estar en lo más alto del draft y forman un tándem brutal. El presente es tremendo. Y lo mejor está por llegar.