«Es difícil marcar un Top 5 de pilotos, pero diría Schumacher, Fangio, Senna, Prost y Hamilton», asegura Fernando Alonso en Austin
20 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.“¡Mamá, mamá, lo conseguí, ese soy yo!”, bromea, en un auto-vídeo, Lewis Hamilton en Instagram, mientras enfoca con su ‘palo selfie’ la fachada del edificio NASDAQ de Times Square (Nueva York). La pantalla de la torre luce estos días -víspera del Gran Premio de Estados Unidos de F1- un monumental retrato del piloto. Su expresión, alegre y relajada, revela que -a sus 33 años- vive el mejor momento de su trayectoria deportiva. “Creo firmemente en lo que está por venir. Mis 30’s están siendo ahora los mejores años de mi vida. No me noto viejo, sino ‘superjoven’, todavía siento el niño que hay en mí”, aseguraba, esta semana, a la agencia de noticias DPA.
Éxito en el terreno deportivo y también en los negocios. Lejos de los circuitos, Hamilton destaca por su sus (atrevidos, no encuentro otra definición) cortes de pelo, su pasión por la música hip hop y funky (tiene un estudio de grabación en su mansión, donde toca el piano y produce su propia música), así como por su frenética actividad en el mundo moda y las pasarelas. Este año ha diseñado su propia colección de ropa (sudaderas, cazadoras, abrigos, gorras…) para Tommy Hilfiger (TommyXLewis) y posa, casi todas las semanas, con sus prendas, acompañado por algunas de las supermodelos más famosas del planeta.
Dejemos los business de Hamilton a un lado y centrémonos en el GP de Estados Unidos (domingo, 20:10 hora española). Si este fin de semana, el peculiar piloto británico -que vemos pasear por el paddock en patinete eléctrico- gana la carrera y Vettel queda tercero… ¡Se proclamará nada más y nada menos que PENTACAMPEÓN del mundo de F1! Con este registro, alcanzará la proeza del legendario piloto argentino Juan Manuel Fangio y se colocará a tan solo dos títulos del Kaiser, Michael Schumacher, que atesora 7 campeonatos del mundo (5 de ellos consecutivos). “Sinceramente, ese nunca ha sido mi reto. Empecé con el objetivo de igualar a Senna. ¡Ayrton es mi inspiración! Ya lo conseguí, así que desde entonces ha sido como explorar un territorio nuevo”, aseguraba esta semana, en declaraciones para Reuters.
Pase lo que pase este domingo, la temporada de Hamilton está siendo espectacular (independientemente de los errores de Vettel) y demuestra que el de Stevenage (al Norte Londres) es ahora un piloto más completo: más maduro y sereno. Su mentalidad deportiva y su hambre de superación siempre han estado cimentadas en unas profundas convicciones católicas. La espiritualidad inunda los mensajes en las redes sociales oficiales del deportista. Lewis Hamilton reza en todas las comidas y va a misa todos los domingos. Otra prueba de su fe es el tatuaje de ‘La Piedad’ de Miguel Ángel, que luce en su hombro derecho.
Más allá de cuestiones divinas, Hamilton escribirá su nombre en la Historia del Automovilismo. Nadie lo duda. ¿Será tan ‘gigante’ como Schumacher? Solo el tiempo nos dará la respuesta. Pero, no nos engañemos, a muchos asturianos -y lectores de LA VOZ DE ASTURIAS- no les alegrará mucho su quinto campeonato… ¿Por qué? Todo se remonta a la temporada 2007, cuando Fernando y Lewis coincidieron como compañeros de equipo en el garaje en McLaren y se convirtieron en ‘archienemigos’ de película. ‘Dos gallos en un mismo corral’ que con su rivalidad fracturaron el equipo y facilitaron la victoria final de Raikkonen en el Campeonato del Mundo. Aquella vieja animadversión Alonso-Hamilton dividió a los aficionados de la F1 en todo el mundo. Y en Asturias el ‘enemigo’ estaba claro.
Hoy en día, una década después, las cosas han cambiado mucho. ¡El tiempo todo lo cura, como dice el refrán! Los dos pilotos se admiran y se respetan, a partes iguales, “Es difícil marcar un ‘TOP 5’ de pilotos, pero diría Schumacher, Fangio, Senna, Prost y Hamilton”, aseguraba Fernando Alonso en la rueda de prensa de Austin (EE.UU). El ‘hacha de guerra’ está bien enterrada. Deportividad y buen rollo. El domingo veremos si el ‘nuevo amigo’ de Alonso logra la hazaña.
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