El próspero negocio del Mundial

REDACCIÓN

DEPORTES

¿Qué supone para los negocios que viven del fútbol la celebración de un Mundial? En algunos casos, dependen directamente de los resultados de su equipo y, en otros, la celebración de este tipo de eventos supone una fuente de ingresos constante

05 jul 2018 . Actualizado a las 10:39 h.

Esta semana arrancaba con la triste noticia de que España finalmente fue eliminada en el Mundial de Rusia 2018 precisamente por el anfitrión. Muchos la colocaban como una de las selecciones favoritas a alzar la copa en esta edición, apelando a sus éxitos anteriores, pero también otros triunfadores como Alemania o Argentina han caído en esta ocasión. ¿Ha supuesto una pérdida, en términos generales, para ellos? En algunos casos sí que se ha notado, pero por norma general, un Mundial mueve mucho dinero para bien, tanto en la fase previa, como en su celebración y, para los mejor parados, tras la clausura.

Por lo pronto, el merchandising generado abarca cualquier familia de productos desde al menos un mes antes del comienzo. No sólo hablamos de camisetas, balones, maquillajes o aplaudidores: importantes marcas de alimentación lanzan sus promociones y productos con el logotipo del Mundial. Mucho antes del comienzo, empiezan a aparecer diferentes concursos para obtener entradas, alojamientos y vuelos hasta el lugar donde se celebra (en este caso, Rusia). Los ingresos que pueden llegar a percibir las marcas que optan por promocionar un evento deportivo son bastante sustanciales.

Por supuesto, la inversión que debe llevar a cabo un país como anfitrión de un Mundial en cuanto a infraestructuras se refiere también es muy elevada, lo mismo que sucede cuando se es sede de los Juegos Olímpicos (incluso simplemente enviando a los deportistas a participar) o de una Expo como la que hace diez años acogió Zaragoza en homenaje al agua. Sin embargo, si los negocios saben organizarse, sobre todo los hosteleros, al final se traducirá en un aumento de la prosperidad a corto-medio plazo. No sólo los hoteles y albergues se llenan de seguidores del deporte rey; también las casas de intercambio que han proliferado a raíz de plataformas como Airbnb. Para los más aventureros, si se lo saben montar, BlaBlaCar ha supuesto un negocio redondo estos días.

Desde luego, los negocios que nunca van a perder con un Mundial son, de una parte, los canales televisivos, tanto tradicionales como online, que consiguen los derechos de emisión de todos los partidos, y de otro lado, el sector de las apuestas deportivas. Vayamos con el primero: las operadoras de telefonía y sus paquetes de canales de TV bajo demanda han conseguido ser las verdaderas negociadoras con respecto a la rentabilización del deporte como espectáculo. Los auténticos forofos del fútbol son capaces de realizar una portabilidad si es necesario con tal de poder seguir a sus clubes favoritos, cuánto más a la selección de su país. Por otra parte los canales en abierto que emiten los partidos también han peleado por tener su exclusiva. La inversión en estos casos siempre se ha visto compensada, y es que, aunque España haya caído, los encuentros que quedan por disputar son los más importantes.

Las apuestas deportivas, en estos momentos más fuertes que nunca y ganando puestos entre los seguidores más jóvenes, son realmente lucrativas en acontecimientos como un Mundial. No sólo para las casas de apuestas, sino también para aquellos expertos que saben sacar rendimiento de su buen ojo clínico. En el momento presente las apuestas deportivas, junto con los juegos de poker para movil como los de 888, suponen los dos sectores gaming que más aceptación tienen en nuestro país, por cierto, uno de los que se colocan según la estadística, a la cabeza en los informes anuales sobre el rendimiento del juego.

En el caso de España, tiene su lógica que tanto el deporte como el juego -en todas sus vertientes económicas-, sean tan lucrativos, ya que somos exportadores de deportistas en muchas disciplinas. En cuestiones de fútbol, España cuenta con clubes muy potentes liderando el panorama internacional -Real Madrid, FC Barcelon-, pero tengamos en cuenta que también destacamos en el mundo del tenis -Rafa Nadal-, la Fórmula 1 -Fernando Alonso- o el ciclismo -Alberto Contador-, solo por mencionar algunos de los deportes con mayor cobertura mediática. En el terreno del juego, y más concretamente del poker, también hemos llegado muy lejos, a nivel mundial, con jugadores profesionales de la talla de Adrián Mateos. Dos de los ganadores de los importantes brazaletes de las World Series of Poker son españoles, además con triunfos recurrentes. Por tanto es muy razonable que tanto el deporte como el juego se hayan convertido en una afición en nuestro país como producto de consumo y como participantes de ello.

Por último, no nos olvidemos que el Mundial no sólo se vive en el país donde se celebra. En España, los bares se llenan de aficionados que se reúnen para ver juntos los partidos, consumiendo comidas y bebidas, lo mismo que los que prefieren quedarse en casa y pedir la cena a domicilio. De cualquier manera que lo queramos ver, un acontecimiento deportivo de semejante envergadura invita al consumo de diferentes productos y servicios, y esto se traduce, para los más audaces, en una excelente oportunidad de negocio.