Con el público llevándole «en volandas», el tenista asturiano venció por primera vez al sudafricano Kevin Anderson, número 8 mundial, y se medirá con el alemán Zverev
30 mar 2018 . Actualizado a las 12:04 h.Pablo Carreño se arrancó la espina de Kevin Anderson en un brillante partido y se planta en las semifinales de Miami. El tenista gijonés venció por primera vez al sudafricano, número ocho del mundo con un tanteo de 6-4 y 5-7 y 7-6(6) y disputará por tanto hoy viernes su segunda semifinal en un Masters 1.000, tras la de Indian Wells en 2017. Consigue además el asturiano su segunda victoria sobre un «top 10» después de ganar a Milos Raonic en Roland Garros en 2017, cuando el canadiense era número 6 del mundo. El español buscará alargar su recorrido en Miami ante el cuarto cabeza de serie del torneo, el alemán Alexander Zverev, que se impuso al croata Borna Coric, y al que nunca se ha enfrentado.
Anderson había derrotado a Carreño en los octavos del pasado torneo de Indian Wells, y la revancha ha llegado en Miami, en un partido en el que -comentó el asturiano al final del partido- el público le llevó «en volandas» hacia una victoria «muy importante». «El público hoy ha sido increíble, ha habido momentos en los que se me ha puesto la piel de gallina», dijo Carreño, especialmente tras perder el segundo set, cuando la gente se volcó con él y todo el Gran Estadio de Cayo Vizcaíno «coreaba su nombre». El gijonés dijo que este triunfo fue «todavía más especial» que su pase a semifinales del Abierto de Estados Unidos en 2017, ya que lo hizo ante Kevin Anderson, que le había ganado en aquel partido en Nueva York y sus otros tres enfrentamientos previos.
De las dos bolas de partido que desaprovechó en el segundo set, Carreño aseguró que sacó para ganar el partido «totalmente concentrado y confiado», pero el sudafricano «estuvo muy acertado y lo jugó muy bien». «Fue un palo para mí el no haber cerrado el set, un momento muy duro, pero en el tercer set fue él quien tuvo bola de partido y falló. En el tenis es muy complicado cerrar los partidos», explicó el español.
Ahora encara a Alexander Zverev, cuarto cabeza de serie en Miami, del que Carreño piensa que «quizás tiene un mejor saque que el suyo y el de Coric», y que tiene tanto una buena derecha como un buen revés. Y sobre una posible final iberoamericana ante el argentino Juan Martín del Potro, Carreño dijo que «ojalá» se diera, algo que sería un «un buen broche final» para «las magníficas instalaciones» de Cayo Vizcaíno.
El partido
Era el mejor momento para estrechar su particular parcial con el sudafricano, ya que llegaba al choque reforzado por su grandes actuaciones en Miami, donde superó con autoridad a todos sus rivales: el uzbeko Denis Istomin, el estadounidense Steve Johnson y octavos a su compatriota Fernando Verdasco. Aunque el historial de enfrentamientos con Anderson daban como favorito al sudafricano, Carreño no se encogió y ambos jugadores mantuvieron su saque los primeros seis juegos, donde registraron estadísticas de saque muy igualadas.
No obstante, el número 19 del mundo estuvo más cerca de arrebatarle el saque a su rival, y desaprovechó un 0-40 en el tercer juego. Fueron estos momentos clave en los que Carreño no desperdició en sus enfrentamientos previos en Miami, pero el gijonés esperó su oportunidad, que llegó poco después, en el séptimo juego.El que fuera décimo mejor jugador del mundo dejó todo su potencial en la pista y le endosó un 40-0 a su rival, que le permitió romper el saque y hacer resonar su grito de celebración en el Gran Estadio de Cayo Vizcaíno.
Y es que el gijonés no había cosechado ninguna victoria en el torneo floridano hasta la presente edición, y tras los primeros 43 minutos que duró el primer set, que culminó con tres «aces» en el último juego, reivindicó su regularidad en la cancha. Y aunque cedió el saque a su rival en el segundo juego del segundo set, lo recuperó inmediatamente en el tercero, y en el quinto volvió a tomar la iniciativa al romper de nuevo el servicio del sudafricano.
Con 5-3 en el marcador, el sudafricano intensificó su juego, y, aunque el español llegó a tener dos bolas de partido, finalmente Anderson ganó cuatro juegos consecutivos con los que empató el choque. El sudafricano no quería quedarse otra vez en cuartos de final, como le sucedió en Indian Wells, pero Carreño apretó en el noveno juego, con 4-4 en el marcador, y tras estar perdiendo 15-40 logró disponer de una bola de quiebre, que desaprovechó. Con 5-4 para el jugador de 31 años, Carreño luchó para volver a empatar el encuentro, y lo logró, gracias a unos registros de puntos en el primer saque que superaban el 90 %, por el 76 % de su rival, que le llevaron a forzar el desempate.
En el «tie break», y tras más de dos horas y media de partido, el español levantó una bola de partido y se llevó el desempate por 8-6.