El asturiano ha comenzado con mal pie la pretemporada, con una salida de pista por pérdida de una rueda en su McLaren
27 feb 2018 . Actualizado a las 07:51 h.En un momento en el que los remakes están a la orden del día en el cine, en general, y en el de terror, en particular, no podía faltar un susto en la primera jornada de entrenamientos de pretemporada de fórmula 1 en este 2018. Y no podía ser otro protagonista que Fernando Alonso. Había pasado poco más de una hora desde que se dio el banderazo de salida cuando en la fría mañana del Circuit de Barcelona-Catalunya aparecía una bandera roja causada por un monoplaza que se había quedado tirado en la entrada a la recta de meta. Era un monoplaza de un color que ya es trending topic en la fórmula 1: papaya.
Efectivamente: Fernando Alonso veía cómo su mañana se arruinaba por culpa de una avería mecánica, aunque no era por motor, algo que ya supone un cambio de guion con respecto a las últimas temporadas. Alonso se quedó tirado en la grava por culpa de una tuerca defectuosa, dijeron de manera oficial desde McLaren. El piloto español, con cara de pocos ánimos, se fue al box con el buje roto en la mano, para que lo estudiasen los mecánicos y lo intentasen arreglar.
Fue un inicio un tanto abrupto de una pretemporada en la que todos los equipos tienen puestas muchas esperanzas, incluido el propio Fernando Alonso. Aunque la sesión matutina se zanjó con solo 10 vueltas, acabó el día con muchas más, hasta un total de 42. No era lo esperado, ni mucho menos, pero los test son para probar y poder romper a gusto, sin miedo a penalizaciones. No es el arranque deseado, pero al fin y al cabo ha sido una avería fácilmente subsanable. Alonso rodó por la tarde y acabó quinto, con Sainz sexto. El más rápido del día fue Ricciardo, con su Red Bull.