Amenaza a Lete, reclama volver a la presidencia y decide conceder entrevistas
10 dic 2017 . Actualizado a las 09:52 h.Villar ha pasado al ataque. Mientras en el juzgado tendrá que defenderse a fondo en los diferentes frentes que tiene abiertos con el caso Haití, el caso Recre y la operación Soule, en las demás cuestiones ha pasado a una ofensiva sin freno cuyo último episodio es una entrevista concedida a El Español en la que cuenta cómo fue su estancia en la cárcel y lamenta la traición de las federaciones territoriales. Igualmente, insinúa que se planificó una puesta en escena de su detención encaminada a su escarnio público, con la filtración de un sumario secreto y la presencia de periodistas el día de su encarcelamiento.
En la entrega de la entrevista publicada ayer, que tendrá más capítulos, no se habla en detalle de los delitos sobre los que es acusado: administración desleal, falsedad documental, corrupción entre particulares y apropiación indebida. Eso sí, Villar se considera inocente y para él lo que ha ocurrido «ha sido un golpe de Estado preparado y desarrollado meticulosamente. Ya sabemos quiénes son los autores...».
Por otro lado, narra la historia de sus días en prisión y se queja de las incomodidades que allí padeció junto a su hijo Gorka y junto al que fue su vicepresidente, Juan Padrón.
Pero antes de decidir hacer públicas sus palabras, Ángel María Villar ya había comenzado sus escaramuzas ofensivas. No hay que olvidar que el pasado 25 de noviembre se presentó en persona en la sede del CSD para registrar una carta para Lete, en la que le vertía serias acusaciones y le amenazaba veladamente con una querella por prevaricación. Llamó la atención que esta acción la hiciera él personalmente, lo que se ha interpretado como un intento de mostrar fortaleza y determinación en su defensa-ataque.
Visita a la RFEF
Su visita al CSD se suma a las que de forma reiterada ha venido realizando a las oficinas de Las Rozas, en la sede central de la Real federación Española de Fútbol. Allí se ha dejado ver casi todas las semanas, en otro intento de intimidar a quienes le han traicionado y de hacer ver a los empleados que en cualquier momento puede regresar como presidente. Su presencia en la RFEF llegó a molestar incluso a su sustituto, Juan Luis Larrea, a pesar de ser este un villarista confeso y que llegó a decir que para él «Villar es como un hermano».
Otro movimiento de ataque lo ha hecho en el juzgado de lo Contencioso-administrativo, donde ha reclamado que se le devuelva a la presidencia, al considerar que el proceso de su suspensión correspondió más a la voluntad de cesarlo de Lete que a cuestiones estrictamente legales.
Algo parecido ha hecho también Gorka, el hijo de Villar, que ha pedido al juzgado la anulación de las escuchas telefónicas y de los registros, al tiempo que acusa a la propia fiscalía de haber dado por buena una «denuncia falsa» de Jorge Pérez, a sabiendas de que lo era.