Pese al triunfo ante el Olympique de Lyon, varios jugadores del PSG se enzarzaron en discusiones y desencuentros que muestran un vestuario fracturado por los egos
18 sep 2017 . Actualizado a las 18:10 h.La dirección catarí convenció al brasileño Neymar para fichar por el París Saint-Germain (PSG) prometiéndole un equipo que le ayudase a ganar el Balón de Oro, pero, un mes y medio después de esa contratación récord, el técnico español Unai Emery se topa con una incómoda lucha de egos: entre el propio Neymar y Edinson Cavani. El roce entre el futbolista más caro del mundo y el goleador uruguayo venía gestándose desde hace algunas semanas y anoche tuvo uno de sus puntos álgidos, con luz y taquígrafos. Millones de telespectadores fueron testigos de la disputa en el Parque de Los Príncipes en el minuto 79 del PSG-Lyon.
Un penalti cometido sobre Kylian Mbappé, cuando el marcador estaba 1-0 para los parisinos, mostró la tensión entre ambos. Cavani, el máximo goleador del equipo (nueve goles) y leyenda anotadora del PSG, enfiló hasta el punto de los once metros con el balón en la mano. Cuando lo posó en el punto fatídico Neymar se le aproximó. El brasileño le pidió lanzarlo, pues el uruguayo había tirado los tres últimos, dos en el campeonato y otro en Liga de Campeones, todos ellos con acierto. Pero «Edi» no accedió y cerró la tensa charla con un leve toque en la pantorrilla del brasileño.
Cavani, de 30 años y en el PSG desde hace cuatro, erró el penalti. Antes hubo otro episodio en una falta directa. Esa vez Neymar se llevó el gato al agua y lanzó el tiro libre, frustrado también por el meta Anthony Lopes. A Emery, a quien ya le habían preguntado en la víspera del encuentro quién era el lanzador oficial de penaltis sin dejarlo completamente claro, le tocó la ardua tarea de dar explicaciones al término del partido (2-0, triunfo del PSG, el sexto en seis jornadas de Liga). Y de nuevo sus aclaraciones fueron ambiguas. «Creo que los dos son capaces de ponerse de acuerdo inteligentemente en el terreno de juego. Después, desde dentro, vamos a equilibrar los turnos de lanzamiento, porque creo que los dos son capaces y quiero que se alternen», dijo.
Neymar, de 25 años, necesita de los penaltis y las faltas si quiere desafiar la supremacía de los dos mejores futbolistas del mundo en la última década: el portugués de Real Madrid Cristiano Ronaldo y el argentino Lionel Messi, antiguo compañero en el Barcelona. El capitán 'canarinho' cuenta con cinco goles y seis asistencias en seis partidos con su nuevo club, lejos, por ejemplo, de los ocho que tiene Messi hasta el momento.
Y Cavani, uno de los goleadores más reputados de Europa en plena carrera por la bota de oro con sus nueve dianas, también necesita los tiros libres para agrandar sus estadísticas de matador. Con su doblete en la goleada al Celtic (0-5) el pasado martes, ya adelantó a Zlatan Ibrahimovic como máximo anotador en Liga de Campeones del PSG.
La tensión entre los dos pilares del tridente «MCN» (Mbappé, Cavani y Neymar) corre el riesgo de plasmarse en el terreno de juego. Coincidencia o no, anoche Cavani tocó apenas 21 balones, mientras Neymar y Mbappé se asociaban con mucha frecuencia (intercambiaron pases en nueve ocasiones). Ambos delanteros solo dieron dos pases cada uno al internacional uruguayo, que dejó el terreno de juego abruptamente, sin saludar a la hinchada del PSG, como es habitual en él