En la década de los 30, los nazis le prohibieron su participación en los Juegos Olímpicos de 1936 y fue sustituida por un hombre disfrazado de mujer
27 jul 2017 . Actualizado a las 11:00 h.La ex atleta alemana Gretel Bergmann, cuya participación en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 fue prohibida por el nazismo por ser judía, murió a los 103 años en Nueva York, informó hoy su hijo Gary Lambert. «Hasta hace pocas semanas estaba muy saludable. Tuvo un final en paz, sin ningún dolor», dijo su hijo, quien confirmó así la información aparecida previamente en el diario New York Times. Bergmann murió el martes en su casa de Queens, rodeada de sus seres queridos.
Margaret Gretel Bergmann era en la década del 30 una de las mejores saltadoras en alto del mundo y partía como una de las favoritas a subirse al podio en los Juegos Olímpicos de 1936. Un año antes, había igualado el récord nacional de Alemania con una marca de 1,60 metros. Sin embargo, en el último momento se le prohibió su participación por ser judía y los nazis la reemplazaron, según se supo décadas después, por un hombre disfrazado de mujer que se hizo llamar Dora Ratjen y que logró el cuarto lugar. Su nombre real era Heinrich Ratjen.
«Hubiera ganado el oro, no había otra posibilidad», afirmó Bergmann el año pasado en diálogo telefónico con dpa. «Era mi compañero de habitación. Nunca pensé que no era una mujer», recordó. La victoria en la prueba quedó para la húngara Ibolya Csak, con un salto de 1,60.
Con la llegada de Adolf Hitler al poder en 1933, Bergmann emigró al Reino Unido. Fue convocada nuevamente por el equipo alemán después de que Estados Unidos amenazara con boicotear los Juegos Olímpicos si el conjunto germano no aceptaba judíos. Sin embargo, a último momento se le negó su participación. Temiendo por su vida, Bergmann dejó definitivamente su pueblo natal de Laupheim en 1937 y emigró a Estados Unidos. Allí se convirtió en campeona nacional en 1937 y 1938. En 1939 se casó con Bruno Lambert, un médico judío exiliado de Alemania y que murió en 2013 tras vivir con ella casi 75 años. «Nunca, nunca, nunca voy a olvidar lo que hicieron los nazis», señaló el año pasado la ex atleta. «Odié a Alemania, las personas e incluso el idioma por lo que me hicieron a mí y al pueblo judío», dijo.
Prometió no regresar nunca a Alemania, pero lo hizo en 1999 para recibir el premio Georg von Opel, que suele distinguir a atletas que no recibieron su justo reconocimiento. En el 2012 ingresó al «Salón de la Fama» de la Fundación Alemana para la ayuda al Deporte. Su historia fue llevada a la pantalla -HBO hizo un documental con la actuación de Natalie Portman- y su nombre figura desde el 2014 en una de las calles aledañas al Estadio Olímpico de Berlín, rebautizada como «Gretel Bergmann Weg». Además, su récord de 1,60 metros fue restituido por la Federación Alemana de Atletismo (DLV) en el 2009.
El presidente de la DLV, Clemens Prokop, expresó hoy su «profunda tristeza» por la muerte de Bergmann, a quien visitó en persona cuando cumplió 100 años en abril del 2014. «Ha sufrido una terrible injusticia durante el Tercer Reich», recordó hoy Prokop en un comunicado de la federación alemana. «Ha sido un ejemplo para nuestros jóvenes atletas. Haremos una conmemoración especial durante los campeonatos europeos de 2018 en Berlín».