La Federación de Montaña reclama al Principado que acelere la aprobación de un decreto exclusivo para estas pruebas, con un calendario ordenado. Exige participar en su elaboración
27 jul 2017 . Actualizado a las 09:27 h.«Antes había 20 pruebas al año y todos las corríamos todas. Ahora hay entre 80 y 90, con fechas que se solapan en el calendario, y la participación ha bajado. Hay muchas que duran solo una edición». Lo cuenta Alfredo García Cuetos, integrante de la vocalía de carreras de la Federación Asturiana de Montaña, organizador de pruebas y la persona que presentó el primer borrador de un decreto a la Dirección General de Deportes del Principado para regular las competiciones y el calendario. De eso hace ya cuatro años, pero nada se ha hecho hasta el momento. En este periodo, el número de carreras se ha disparado y las inscripciones han descendido. Aunque cada vez hay más aficionados, el descontrol del calendario pasa factura. Así la federación reclama a Deportes que acelere la normativa, que cuente con ella para su elaboración, ya que hasta ahora ni siquiera la ha llamado; y que sea exclusivo de las competiciones de montaña. Cree que no hay que mezclar la montaña con las carreras populares, solidarias o las oficiales en otros medios, tal y como baraja ahora la Administración. También defiende que la federación ejerza de coordinadora para las fechas y que no se establezca un límite máximo de inscripciones por sistema sino que se establezca en función del recorrido. Estas son sus bases pero está dispuesta a escuchar.
La oposición
En la misma línea se posiciona Izquierda Unida (IU) de Asturias que fue el partido que promovió la proposición no de ley que empujó al Gobierno del Principado a ordenar y regular las carreras de montaña. Ovidio Zapico, el diputado que ha trabajado este tema, no quiere que se mezcle con el resto de pruebas en medios urbanos o semiurbanos. Señala que por su peculiaridad deben de tener una reglamentación propia. «Eso sería un marabayu», argumenta. Zapico recuerda al director de Deportes, José Ramón Tuero, que va retrasado, porque el decreto ya debería estar aprobado. Pero, además, le recrimina que no haya contado con las partes interesadas. En primer lugar, con IU que fue la impulsora y con el resto de partidos que pueden realizar aportaciones. También con los expertos de la federación que son, al fin y al cabo, los que sufrirán su aplicación. «Está trabajando de espaldas a la que fuerza que los propuso y a los agentes, que son indispensables», lamenta.
Teme que algo similar ocurra con la Ley del Deporte. Coincide con Tuero en que la ley del PP, que se está tramitando actualmente «es mala». Comparten que no se adapta a la realidad asturiana y que es «un corta y pega» de otras comunidades. Pero el PP logró el apoyo de Foro y Podemos y entró en la Cámara asturiana. Zapico espera que Podemos cambie de actitud y la rechace para así poder a negociar otro texto mejor. El Gobierno ya tiene uno presentado pero IU reclama una negociación en profundidad. «No tenemos un parlamento fragmentado sino plural y las leyes tienen que reflejar esa pluralidad», sostiene.
Las carreras
Pero ahora toca el decreto de carreras de montaña. La federación está expectante. Hay muchos cabos sueltos y no tiene ni idea de por dónde va a salir el Gobierno asturiano. García Cuetos explica que, en la actualidad, hay dos tipos diferentes, desde el punto de vista de la organización. Las que discurren por un único municipio y no tocan ninguna carretera regional o nacional son locales y solo necesitan del permiso del ayuntamiento. La variedad de requisitos es tan variada como el número de concejos. Hay Gobiernos locales más estrictos que reclaman seguros, planes de seguridad y trazados y otros que los conceden sin más. Cuando toca a más de un municipio o cruza una carretera regional o nacional, entonces el Principado entra en juego. Hasta ahora era la Dirección General de Interior la que intervenía. Reclama seguro de responsabilidad civil, un plan de seguridad, permiso de Montes si atraviesa montes comunales,... Es mucho más completo pero al no estar regulado tampoco es demasiado uniforme. García Cuetos ha visto planes de seguridad de un folio y otros de 100. En su caso los encarga a un aparejador -por su experiencia en obras-, pero otros ni siquiera están firmados, así que se desconoce el autor.
Para acabar con este caos es necesario el decreto. Pero la federación quiere uno exclusivo de montaña. Cree que nada tiene que ver con el resto de pruebas. De hecho, solo para la montaña hay mucho que decidir. Los aficionados no quieren que por sistema exista un límite de inscripciones. Defienden que eso se determine en función de cada prueba, de sus condiciones y recorrido. «Qué sentido tiene limitar la participación en carreras como la de Pajares que pasan por las pistas de esquí», se preguntan. Tampoco están de acuerdo con que solo se pueda pasar por los itinerario PR (Pequeño Recorrido) porque muchas veces son rutas inconexas, que se trazan sobre un pico concreto y que son imposibles de conectar para conseguir trazar una prueba de larga distancia.
La federación desbordada
También necesitan saber si la federación va a tener que homologar todas las pruebas, tanto las regionales como las locales, porque organizativamente el esfuerzo es muy diferente. Ahora mismo, explica García Cuetos, la federación tiene personal suficiente para auditar las 80 o 90 pruebas regionales anuales que se celebran. Pero si hubiese que hacer lo mismo con todas las locales, que ahora mismo solo dependen de los ayuntamientos, entonces la perspectiva sería muy diferente. Se vería desbordada. Por tanto, considera que el decreto tiene que definir qué papel va a jugar la federación y, por supuesto, la federación quiere tener voz.
Una vez que estos aspectos queden claros, entonces se podría ordenar un calendario de las competiciones. El borrador presentado hace cuatro años, designa a la Federación de Montaña como el organismo coordinador del calendario. Esto evitaría solapamientos en las fechas y podría ayudar también a mejorar las inscripciones. «Lo que está pasando ahora es que las primeras del año tienen buenos niveles de participación porque la gente tiene muchas ganas. Pero después hay muchas y coinciden en fechas, así los aficionados se reparten y la inscripción baja», explica. Una consecuencia añadida es que hay pruebas que solo duran una edición y algunas que están en el aire hasta el último momento para ver si cuenta con suficiente participación.
Otra cosa es lo que sucede con los espacios protegidos y con parques nacionales como el de Picos de Europa, que en la actualidad está elaborando su propia normativa interna. Ahí, la normativa ambiental tendría mayor relevancia. La federación ha sido uno de los colectivos que ha participado en las mesas técnicas previas para la elaboración del Plan Rector y Uso y Gestión (PRUG). Aquí lo que ha pedido es una normativa realista y adaptada. García Cuetos explica que la actual es tan restrictiva que si se aplicase a rajatabla no se podría organizar ninguna competición dentro de su territorio. Pero la dirección aplica excepciones y así van sorteando las barreras legales. Esta forma de proceder, según el integrante de la vocalía de la federación, está provocando agravios comparativos y no es nada rigurosa.