Warriors y Cavaliers vuelven a disputarse el trono del baloncesto mundial
01 jun 2017 . Actualizado a las 12:51 h.Por tercer año seguido, la NBA repite final, un duelo que arranca hoy entre Golden State Warriors, campeón en el 2015, y Cleveland Cavaliers, defensor del título. La tercera edición consecutiva de un duelo de titanes, algo inédito en la historia de la Liga.
Después del dominio de los Warriors ante unos disminuidos Cavs hace dos campañas y la revancha de LeBron James y compañía el año pasado cuando remontaron un 3-1 antes de celebrar en casa ajena, la tercera parte de la saga promete la misma emoción, con el agregado de que los californianos incorporaron a Kevin Durant para mostrarse todavía más poderosos.
Para James, dominador como nadie de la liga en las últimas temporadas, será la séptima final consecutiva, con dos franquicias distintas. Además, buscará su cuarto anillo en una trayectoria con la que pretende acercarse a su gran ídolo, Michael Jordan.
«Los Warriors eran el mejor equipo en los últimos tres años y ahora tienen a Kevin Durant. Va a ser más difícil todavía», remarcó James, que entiende que la llegada del ex jugador de Oklahoma potenció aún más a su rival.
«Es uno de los tipos más peligrosos que hay, uno de los mejores del mundo», reconoció LeBron.Con tres títulos en sus valijas y la madurez de sus 32 años, James disfruta de un momento en el que muchos de sus adversarios comienzan a sentir presión.
Los Warriors saben que vuelven a ser favoritos y que otra vez tendrán el factor campo a su favor, aunque deberán compensar la fortaleza mental de unos Cavs liderados por LeBron. En el 2015, y a pesar de las ausencias de Irving y Kevin Love por lesión, Cleveland les puso en apuros; y el año pasado, cuando parecían campeones con una ventaja de 3-1 y dos partidos por delante en casa, James comandó una remontada histórica que terminó con el festejo ajeno en Oakland.
Stephen Curry, estrella de los Warriors, admite que todavía recuerda una pérdida en el séptimo juego, cuando intentó pasarle el balón por detrás de su espalda a Klay Thompson y la pelota terminó en las gradas, en una jugada clave para la definición. «Todavía pienso en aquella pérdida. Y es curioso porque sé que la diferencia entre ganar o no un campeonato puede quedar marcada por detalles como ese», indicó el dos veces MVP de la liga.