Ana Castelló se hizo con la medalla de oro en Tailandia, la cuna de este arte marcial. Este fin de semana consiguió el título nacional en su categoría
11 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Su fotografía no ocupa portadas ni es recibida en los aeropuertos a su llegada. Aunque su nombre sea desconocido todavía para muchos, Ana Castelló Muñoz puede presumir de haberse alzado con el título de campeona del mundo amateur de Muay Thai en la categoría de -67 kilos. Esta valenciana residente en Oviedo ha tenido que prepararse intensamente para este campeonato celebrado en el mes de marzo en Tailandia -cuna de esta modalidad de lucha-, compaginándolo a la vez con su trabajo de radiofísica hospitalaria. A su vuelta a España, esta joven decidió participar en el campeonato nacional de Muay Thai, en el que sumó una nueva medalla de oro. A pesar de sus éxitos deportivos, Castelló reconoce que aún no ha encontrado a ningún patrocinador que la apoye económicamente, por lo que es ella quien tiene que hacerse cargo de todos los gastos.
Un deporte desconocido
El Muay Thai es un arte marcial en el que se trata de vencer al oponente mediante golpeos con puños, piernas, codos y rodillas, así como barridos para provocar la caída del adversario. El combate está dividido en 3 asaltos de 2 minutos que tienen lugar en un ring y que finaliza por K.O o por tiempo, en cuyo caso se tienen en cuenta los puntos para decidir el vencedor. A pesar de ser una modalidad desconocida para muchos, el Muay Thai ha conseguido atraer a muchos amantes del deporte, entre ellos a Ana Castelló. Esta joven decidió venir a Asturias hace cinco años y es aquí donde comenzó a prepararse intensamente con la ayuda de su entranedor y actual pareja, Jose Ramón Cabrero Álvarez.
Su reto era participar en el Campeonato del Mundo Amateur de Muay Thai disputado en Tailandia y fue allí donde se hizo con la medalla de oro en su categoría. Reconoce que para esta competición llevaron a cabo una preparación específica en técnica y muy intensa en esfuerzo físico, «pues sabíamos que nos íbamos a encontrar con unos luchadores complicados y en un ambiente cuanto menos agotador por las altas temperaturas y los niveles de humedad».
Un camino lleno de baches
Tanto para Castelló como para Cabrero, compaginar su horario de trabajo con los entrenamientos no ha sido nada fácil. «Trabajo en el servicio de oncología radioterápica del hospital, con guardias y horarios que muchas veces se alargan hasta la hora de cierre de las máquinas. Todo esto debo encajarlo, ya que no se puede interrumpir los entrenamientos, más aún cuando hay una competición importante», comenta.
Otro de los problemas con los que esta joven tiene que lidiar día a día es con la falta de patrocinadores que la apoyen económicamente o de ayudas por parte de la administración para asumir los gastos de este tipo de competiciones. Es por ello que para este gran reto, tanto su pareja como ella tuvieron que ahorrar poco a poco para poder costearse lo que supuso el viaje y la estancia en Tailandia. Aún así, el esfuerzo ha merecido la pena y por fin ha podido cumplir su sueño.
La falta de patrocinios, el gran problema
A pesar de conseguir su primer campeonato mundial, la luchadora dice no haber recibido el reconocimiento de sus compañeros. «A varios de los que también ganaron en su respectivas modalidades les han hecho entrevistas en la radio, televisión; certámenes y recepciones en el ayuntamiento; entrega de llaves de la ciudad e incluso recibimientos por todo lo alto en el aeropuerto. Me sorprende que aquí en Asturias no se tenga en cuenta que hay una campeona mundial», comenta.
Aunque cuenta con un título mundial a sus espaldas, esta deportista parece no querer rendirse. Este fin de semana decidió regresar a la competición, concretamente en el Campeonato de España de Muay Thai que tuvo lugar en Alhaurín de la Torre y del que volvió con una nueva medalla de oro. Para esta ocasión tampoco contó con ningún tipo de patrocinios, aunque reconoce que «la federación asturiana tuvo el detalle de pagarme el alojamiento y la inscripción, lo cual es de agradecer, pero aún así los gastos han superado por mucho estas ayudas».