El tenista, que ha sido recibido por la alcaldesa de la ciudad, apura sus vacaciones antes de lanzarse a un inicio de temporada que pasa por el Grand Slam del Abierto de Australia,
17 nov 2016 . Actualizado a las 15:12 h.«Siento que he dado un gran salto esta temporada, que soy mejor tenista que antes en el global, en todos los aspectos. Pero estoy el 30 del mundo; me queda un largo camino antes de poder estar en el Top 10. Ojalá lo consiga». El tenista gijonés Pablo Carreño, de vacaciones estos días en su ciudad natal, recapitula los logros de una temporada extraordinaria antes de lanzarse «de nuevo a dar vueltas por el mundo». Con la «sorpresa» aún reciente de la Medalla de Oro que le concedía el pasado día 9 el Grupo Covadonga -el lugar donde aprendió a empuñar la raqueta-, Carreño ha sido hoy recibido por la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, y miembros del equipo municipal de gobierno.
Acompañado de sus padres, Carreño ha hecho un aparte en el protocolo para comentar sus planes de cara a la próxima temporada, después de haber rematado la anterior aupado al 30 en el ránking de la ATP, ascendiendo 37 puestos respecto al inicio del año. Una progresión que, para muchos, invita a pensar en la élite absoluta de los diez primeros puestos. Por ahora, toca «empezar poco a poco a ponerse las pilas y a trabajar»: la próxima semana, a Barcelona para iniciar los entrenamientos, y después a la academia de Juan Carlos Ferrero en Villena. Respiro navideño, de nuevo en familia en Gijón, y luego Sydney, Oakland y el Abierto de Australia: una entrada en el Grand Slam que «no es cien por cien segura todavía» -advierte el tenista gijonés-, pero que da por sentada «si no pasa nada raro». Sería una posición excelente para «facilitar las cosas en las primeras rondas y no tener un inicio complicado», admite Carreño.
Pero también es un acicate de primera para «seguir mejorando» en «todos los aspectos»: «Son muchas cosas: golpes, físico y mentalidad», aunque este último factor, la cabeza, es «importantísimo» cuando «estás solo en la pista y te toca, si las cosas van mal, cambiar las dinámicas de juego», cuenta el gijonés. De todo ello espera estar bien provisto cuando se cruce en las canchas con «esos súpercracks que están batiendo todos los récords de la historia». Su deseo está claro: «Espero estar entre ellos y dando el relevo».