Ana Francisco: «Me puse a llorar cuando me vi con el traje y las gafas de "Caiga quien caiga"»
CULTURA
La presentadora del concurso «El picu» de TPA será una de las reporteras de la nueva edición del mítico programa de televisión. La asturiana de adopción se meterá en el barro para sacar a la luz aquellos casos que no dejarán indiferente a nadie. «Hay veces que tengo más la sensación de estar grabando cine que de estar haciendo televisión», confiesa
18 ene 2025 . Actualizado a las 12:30 h.Con ese estilo irreverente y crítico, a menudo provocador y siempre salpicado por un toque de humor y espontaneidad, Caiga quien caiga consiguió revolucionar «por completo» la historia de la televisión. Al analizar con pelos y señales la más pura actualidad, aparte de incomodar a los políticos y demás personajes públicos con sus preguntas comprometidas, el espacio se convirtió en todo un referente para la sociedad española. Era de los pocos programas que en su día ponían el foco en verdades que otros evitaban abordar. Aun así fue retirado de la parrilla pero, ahora, 15 años después vuelve a resurgir de sus cenizas para conquistar nuevas audiencias.
El mítico programa regresará este domingo, 19 de enero, a partir de las diez de la noche, a la televisión y lo hará volviendo a sus orígenes, a la cadena que durante décadas apostó por este tipo de formato: Telecinco. Conducido por Santi Millán, Lorena Castell y Pablo González Batista, contará con un séquito de reporteros que serán los encargados de cubrir eventos, actos y todo tipo de celebraciones. Entre el equipo responsable de cubrir los hechos más relevantes se encuentra Ana Francisco. Leonesa de nacimiento pero asturiana de adopción, la presentadora del popular concurso El picu de TPA se enfundará el inconfundible traje negro, las características gafas de sol y con el micrófono de Caiga quien caiga para meterse en el barro y sacar a la luz aquellos casos que no dejarán indiferentes a nadie.
—¿Cómo fue tu reacción cuando te ofrecieron formar parte de este programa?
—La cosa fue bastante lenta, la verdad. Se extendió el rumor de que volvía Caiga quien caiga y yo dije: «Como sea, tengo que hacer ese casting». Me puse, por tanto, en contacto con una persona que había formado parte del programa de hace 15 años para que me avisase si se enteraba de cómo podía presentarme como candidata al casting. Y me dijo que no me preocupase, que ya estaba presentada. Me llamaron entonces para hacer una prueba, que en realidad era hacer un reportaje bastante extenso. En total igual 15 minutos porque era como un informe con varias partes de un tema político bastante concienzudo. Me tocó incluso entrevistar a varios políticos que yo decía: ¿Y esto lo están liando solo para un casting? ¿De verdad? ¿Y cuando es el programa de verdad qué van a hacer? Y todavía después de grabar un día con ellos y durante bastantes horas me llamaron para decirme que querían añadir una parte más al informe. Ahí fue cuando empecé a sospechar que algo bien porque si no, no me llamarían para regrabar cosas y demás.
No fue hasta el verano cuando me dieron ya la noticia y fue como que no me lo creía. Además, a mí celebrar antes de tiempo me cuesta bastante porque en la tele pueden pasar tantas cosas… De repente, puede cambiar algo en la directiva y deciden que no y es que no. Por eso, he sido y soy siempre muy prudente. Pero, te confieso una cosa: el día que tuve que ir a probarme el traje, tomarme medidas y demás, salí un momento a una zona que tienen con espejos a la entrada de Warner y sin pensarlo, me puse a llorar cuando me vi con el traje de Caiga quien caiga y las gafas. Fue como un «no me lo puedo creer» porque al final he crecido con CQC, para mí siempre ha sido un programa de referencia, de cómo hay que hacer las cosas en televisión. Entonces, de alguna manera sé que formar parte de este programa es formar parte de la historia de la televisión.
—¿Cómo conseguiste guardar el secreto? Porque un notición así puede ser muy difícil callárselo…
—Fue complicado porque, incluso cuando estaba grabando con el traje, nos pedían por favor que no dijésemos nada a nadie. Para mí lo más guay fue enterarme poco a poco de quiénes éramos los reporteros porque, evidentemente, nos hicieron firmar un contrato de que no íbamos a decir absolutamente nada a nadie. Pero, de repente, un compañero me llama para quedar, tomar algo, y me cita un día que yo estaba citada por el CQC. Le dije entonces que no podía porque tenía algo y me dice «ay, es verdad que yo también tenía algo». Nos quedamos los dos en silencio y fue en plan: ¿en serio? Luego, en otro momento, mi amiga Paula Púa se enteró de que yo también era reportera cuando le hicieron las fotos con el traje puesto. Se las estaban enseñando y justo en la anterior salía yo. Entonces me llamó y me lo contó y fue como celebrar mucho. Y ya finalmente cuando publicaron el casting de reporteros ya me quedé flipando porque, en verdad, son todos buenísimos. Por eso, que hayan pensado en mí para formar parte de este increíble equipo es espectacular.
—¿Qué es lo que más te entusiasma de ser reportera de este nuevo formato?
—El papel que desempeño en sí. Hago investigación que es la parte de la tele que a mí más me gusta y lo que creo que he hecho en la tele con más éxito. Por eso, hacer de periodista de investigación en un programa como el Caiga quien caiga es como que no me lo puedo creer. Todavía no lo quiero celebrar mucho por si de repente no se emite pero... ¡Mola tanto lo que estoy grabando!
«Creo que en la tele hacen falta productos muy cuidados y este nuevo "Caiga quien caiga" está muy cuidado»
—¿Alguna vez has estado en una situación incómoda o surrealista antes de grabar o de dar una noticia?
—Sí, muchas veces. En el periodismo de investigación eso pasa bastante, la verdad. De repente te ves en el coche de un narco que ha quedado contigo porque te va a dar una entrevista y tú te preguntes «¿sí desaparezco de aquí?». Afortunadamente no me ha pasado pero se viven muchas situaciones surrealistas. De hecho, en lo que estoy grabando con CQC ya he vivido unas cuantas pero feliz de hacerlo. Además, me gusta mucho una cosa y es que ahora estoy con varios temas a la vez que eso no suele ser tan habitual en la tele. Normalmente todo lo que sea necesario para contar una historia tiene que ocurrir en un período de tiempo corto. En cambio, aquí se están tomando todo el tiempo necesario. Por ejemplo, grabamos ahora X porque sabemos que dentro de un par de meses va a detonar o grabamos esto antes porque se espera que el recorrido judicial sea este y si es ese a partir de ahí se elige por dónde tirar. Eso es algo que no había vivido nunca en la tele y es brutal.
—¿Qué temas crees que van a ser los más polémicos o desafiantes en el nuevo Caiga quien caiga?
—Este Caiga quien caiga va a tener que cargar con la losa del programa que fue pero indudablemente va a ser otra cosa. Se han traído parte del equipo original del CQC de Argentina y eso es un puntazo porque, desde mi punto de vista, se están tomando buenísimas decisiones. Creo que en la tele hacen falta productos muy cuidados y este está muy cuidado. Entiendo que no va a perder el punto de humor porque de hecho ahí están Daniel Fez, Paula Púa y Luis Fabra, que para mí son cómicos espectaculares. Luego está Irene Junquera haciendo deporte, que no hay nadie que sepa más que ella de deporte. Lo mismo pasa con Violeta en política. Están también Alba que es especialista en desmentir bulos y Carlos Tamayo que como periodista de investigación es incuestionable. Me parece, por tanto, que las decisiones que han tomado son cojonudas y de cada cosa que me entero de refilón —«tampoco nos dejan hablar mucho entre nosotros» — de lo que están haciendo el resto, me gustan más las decisiones que se están tomando. Así que, aunque evidentemente el dato de audiencia siempre hay que tenerlo en cuenta, me parece imposible que la gente no lo vea porque el Caiga quien caiga se recuerda con cariño.
—¿Cómo te preparas para desafiar este trabajo?
—Me preparo mucho los temas, de hecho los preparo de manera obsesiva. Leo todo lo que se ha escrito sobre ellos, hago todas las llamadas necesarias. Eso es algo que te da el estar tantos años en la tele, el tener agenda. Por ejemplo, entre los temas que estamos grabando hay uno de ciencia. Evidentemente no tengo formación científica aunque soy hija de científicos, por eso he tirado de agenda para quedar con algún experto y que me explicase bien las cosas y me resolviese cualquier duda. Me preparo, por tanto, mucho los temas para poder hacer una buena entrevista porque al final si yo soy una contadora de historias, creo que cuanto más facilidades tenga para contar esa historia, pues mucho más fácil.
«Por lo que sea, me acabo metiendo en sitios donde se ensucian mis trajes»
—¿Qué tipo de historias o situaciones vas a abordar principalmente?
—No me dejan adelantar nada pero son temas que me entusiasman todos. Hay temas sociales, judiciales, de ciencias.. Hay también casos particulares como el de una persona que vive una situación extraordinaria.
—¿Cómo es trabajar con el resto del equipo de Caiga quien caiga?
—Tenemos muy buena relación entre todos, lo que pasa es que nos vemos poco. Solo nos vemos en la oficina cuando vamos a ponernos o quitarnos el traje. Yo particularmente voy bastante porque, por lo que sea, me acabo metiendo en sitios donde se ensucian mis trajes, entonces sí que me los cruzo mucho. Luego sí que me entero de algunas cosas por los cámaras como que por ejemplo Dani y yo grabamos una vez el mismo día. En la fiesta de Warner sí que nos vimos todos y nos pusimos un poco al día.
—El no saber que hacen el resto de compañero imagino que os haga tener más expectación aún por el programa
—Sí, puede ser. Es que encima tampoco hemos visto el plató, solamente los presentadores. Al final pues tenemos ganas de ver y saber todo, pero no es posible porque la información nos la dan muy poquito a poco. Creo eso sí que están haciendo las cosas bien, para crear hype y evitar que no se filtre nada. Además, por parte de la cadena hay muchas ganas de que el formato vuelva como un bum.
—Sin desvelar demasiado, ¿nos puedes dar un adelanto de cómo será el primer programa?
—Sí, en el primer programa irá un reportaje mío sobre el fentanilo. Es una sustancia que todos tenemos muy asociados a Estados Unidos, por esas imágenes que hemos visto de gente deambulando por las calles como zombis, pero el fentanilo también está en España. En el reportaje queda claro. Para grabarlo hemos viajado por nuestra geografía. Hemos ido a Jerez de la Frontera, donde hemos hablado con gente que ha tenido relación con el fentanilo de todo tipo. Desde una persona que le pusieron parches de fentanilo para poder tolerar un tratamiento de una enfermedad que tenía y se enganchó a una madre que perdió a su hijo por culpa de esta sustancia. Vamos a ver de qué manera está el fentanilo en España. Y el resto no tengo ni idea. Sé que muchos de mis compañeros, los que están dedicados a la actualidad, están saliendo ya a la calle a hacer reportajes que no se van a emitir. Simplemente para rodar y para pillar el tono. Eso es algo que, por lo menos yo, tampoco nunca lo he vivido en la tele. Esto también te da una idea del mimo con el que están tratando el programa.
«Tengo más la sensación de estar grabando cine a veces que de estar haciendo televisión»
—Decías que tus trajes casa siempre acaban manchado será porque literal te metes en el barro para sacar a la luz la información. Vamos que tus reportajes prometen
—Digamos que en algunos casos es periodismo de inmersión total. Pero es que no puedo decir nada…
—¿Alguna figura pública que ya esté en la mira del programa?
—No te quiero mentir, pero creo que la respuesta es no lo sé porque insisto, hay tanto secretismo dentro de los del equipo que solamente nos cuentan lo justo y de nuestra parte. Entonces no te sé decir.
—¿Qué crees que va a aportar este programa a la sociedad española?
—Creo que es un modo de hacer televisión al que podemos estar poco acostumbrados, por lo extremadamente cuidado que está el producto final. Desde tener cuatro cámaras para grabar a un abogado que va a salir un minuto, que no es ni protagonista ni antagonista de la historia a abordar temas que requieren un tiempo un poquito más sosegado porque no son pura actualidad. Entonces va a ser algo distinto en ese aspecto. Evidentemente también va a haber actualidad, una actualidad tratada con un tono de humor estupendo con los mejores humoristas, pero también va a haber hueco para reportajes un poco más sostenidos que requieren un tempo distinto. En cualquiera de los casos es un producto muy cuidado. Yo siempre he salido a grabar con una cámara. Si era para documentales o tal incluso llevaba dos cámaras. Aquí, no, esto es otro rollo, es algo increíble. Tengo más la sensación de estar grabando cine a veces que de estar haciendo televisión. Además aquí el punto personal de cada uno lo tienen muy en cuenta, mientras que yo pensaba que con el traje, las gafas y demás nuestra personalidad iba a quedar muy diluida. De hecho cuando me enseñaron parte del reportaje que estaba haciendo le dije al editor que me gustaba que hubiese conservado ciertas cosas que son «muy yo» y me dijo que eso es algo que se va a hacer con todos, el que intentar que se noten nuestras personalidades-
—Si tuvieras que invitar a la audiencia a ver el estreno de Caiga quien caiga, a poder ser en una sola frase, ¿Qué dirías?
—Es difícil sabiendo que el Caiga quien Caiga fue algo tan grande. Me parece que es un programa valiente. El esfuerzo que se está haciendo por conectar con el espectador y por hacer un producto increíblemente cuidado es brutal. Si cuando salga quieres comparar compara y te lo digo casi sonriendo porque sé que va a ser cojonuda la comparación con el pasado. Hace poco Arturo Valls salió en una entrevista diciendo que hay que tener cuidado con las segundas partes. Pues estoy segura que Arturo Valls cuando lo vea y vea en qué se ha convertido el CQC hoy va a brindar con nosotros.
—Seguro sí...
—Estoy que no me lo creo. Esto es formar parte de la historia de la televisión. Cada vez que empiezas un programa nuevo siempre te hace ilusión pero el día que se hizo público que yo era reportera del Caiga quien caiga nunca en la vida me habían escrito tantos mensajes ni recibido tantas llamadas y eso es porque todo el mundo recuerda el programa con cariño. Ese cariño yo creo que nos va a hacer que por lo menos nos den una oportunidad y se está trabajando muchísimo para que esa oportunidad que nos den la experiencia sea todo un éxito.