Vicki Delany, una de las grandes «chefs» del «cozy crime»: «Sherlock Holmes nunca dijo: 'Elemental, querido Watson'»

CULTURA

Vicki Delany, autora de «Elemental, querida lectora».
Vicki Delany, autora de «Elemental, querida lectora».

La autora canadiense, que visitó España gracias a la selecta editorial Alma, es un referente de novela policíaca y amplía sus dominios en el «cozy crime» con un acogedor misterio que no tendrás prisa en resolver...

04 ene 2025 . Actualizado a las 10:34 h.

Es elemental que el cozy crime o cozy mystery (ese género que hace acogedoras las novelas de misterio cambiando las notas perturbadoras por recetas dulces) ha entrado pisando suave en el corazón de los lectores y, especialmente, las lectoras.

El género perfecto para resolver problemas con la mantita en las piernas pasando páginas domina la temporada. Y en él brilla una de las autoras canadienses de referencia en novela policial, Vicki Delany, que en su visita a España respondió a nuestras preguntas sobre su novela Elemental, querida lectora con una serie de pistas...

—¿Acepta «cozy mystery» como etiqueta para esta novela, cómo explicaría este subgénero de moda?

—Es probable que otra gente tenga una definición diferente de cozy mystery, pero para mí es un subgénero de misterio en el que no hay violencia gráfica. Se puede hacer un thriller psicológico o de terror en el que no hay violencia explícita, en que todo puede estar en la cabeza del lector. Normalmente, los de cozy mystery son libros que ambientan sus tramas en comunidades pequeñas, en las que a cualquiera le gustaría vivir por su encanto. Y el protagonista tiene un pequeño grupo de amigos. Además, suele tener un negocio (una pastelería, un salón de té...), un trabajo que les hace estar en contacto con esa comunidad a la que pertenecen.

—Y en esos pequeños lugares encantadores, de repente un crimen...

—Sí, se comete un asesinato que acaba con esa paz. Son libros que tienen un ingrediente de optimismo, de «al final se hará justicia». Los del cozy mystery son misterios que se resuelven encajando las piezas, es un juego de ingenio entre el autor y el lector. El lector tiene que descubrir quién lo ha hecho o cómo lo ha hecho antes o a la vez que el protagonista. El investigador puede usar pistas falsas, pero las piezas deben estar ahí, el autor no puede sacarse una de la manga en las últimas páginas.

«Lo primero que debes plantearte como autor de novela policial es por qué mata la gente»

—¿Juega más con sus armas narrativas o con la psicología del otro?

—Conozco a muchos policías en la vida real que dicen que el 90 % del tiempo su trabajo es muy aburrido. No todos los policías se enfrentan a una mente criminal brillante. Lo primero que debes plantearte como autor es por qué mata la gente. Con este llevo más de 50 libros; he matado a más de 50 personajes y siempre se ha de hacer creíble... Pero es cierto que a estas alturas tengo que jugar más con los límites de la realidad y mezclar las motivaciones clásicas para un crimen: dinero, amor, celos, venganza...

—¿Cómo ve al lector de sus novelas?

—El escritor debe respetar siempre al lector. ¡Y el lector tiene que prestar atención! Hay lectores que leen por escapismo, pero hay otros que se toman la lectura como un ejercicio intelectual que requiere concentración. Para ese tipo de lectores es importante que el escritor haga bien su trabajo planteando el enigma y la resolución. Cómo disponer las pistas de manera que no sean demasiado evidentes, moviéndose dentro de los márgenes de lo razonable, claro... Incluso con lo poco creíble que es que, teniendo un negocio propio, ¡Gemma esté constantemente fuera de la librería investigando!

—Hay muchos guiños al conocedor del universo Holmes. Esta novela es una suerte de guía holmesiana. ¿Cierto que Sherlock nunca dijo: «Elemental, querido Watson?

—En la obra canónica Sherlock Holmes no dice en ningún momento: «Elemental, querido Watson». Es como esas citas falsas que se atribuyen a Shakespeare. En el libro incluyo frases del original, como «Ya conocéis mis métodos», pero ese «querido Watson» junto al «elemental» no lo dice en ningún momento. La idea es también jugar con el lector con esos guiños...

«¡Para alguno de mis libros celebré una maratón de repostería sola! Luego, fui recorriendo mi calle y dándoselas a los vecinos...»

—El «cozy mystery» nos abre el apetito con los dulces que preparan sus investigadoras. ¿Cómo puede resistirse mientras escribe el misterio de su novela entre recetas de deliciosas «cookies»?

—Yo soy muy buena repostera, pero mis hijas se han independizado y ya no viven en casa, así que hago menos recetas dulces. ¡Pero para alguno de mis libros celebré una maratón de repostería sola! Luego, fui recorriendo mi calle y dándoselas a los vecinos... Yo lo único que necesito mientras escribo es café, unas siete tazas al día. Así aguanto.