«Un giro inesperado», la historia de un militar asturiano dado por muerto en la Guerra Civil que tuvo una segunda vida en México

Manuel Noval Moro
Manuel Noval Moro REDACCIÓN

CULTURA

«Un giro inesperado», la nueva novela de Francisco G. Orejas
«Un giro inesperado», la nueva novela de Francisco G. Orejas

Francisco González Orejas relata en esta «falsa novela» la azarosa vida, oculta durante años, de su tío Patricio González Quintanilla

13 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Patricio González Quintanilla fue un joven capitán del ejército popular de la República, natural de Ujo, que desapareció sin dejar huella una vez terminada la Guerra Civil. Esta desaparición fue misteriosa hasta el punto de que, durante años, convivieron varias versiones incompatibles sobre su presunta muerte. Dijeron que había fallecido en la batalla del Ebro y también que había muerto mientras trataba de escapar de un campo de internamiento, quizá en Francia o Alemana. Por otra parte, en la memoria familiar quedaron grabadas las represalias que sufrió la madre del desaparecido, porque había delatores que decían que estaba con los maquis, lo que en Asturias llamaron los «fugaos».

Esta historia captó la atención de uno de los sobrinos de Patricio González, el periodista y filólogo Francisco González Orejas, que la convirtió hace años en un relato titulado Su cadáver nunca fue hallado. Su primera frase abarca todo aquel misterio: «Mi tío Patricio murió tres veces».

Pero nuevas circunstancias harían que aquella historia terminase por quedar pequeña. La hija de un primo de Francisco G. Orejas se empeñó en hacer el árbol genealógico de la familia y descubrió en internet a un Patricio González Quintanilla al que aludía el Ateneo de España en México. Se puso en contacto con la institución y le contaron que era una persona muy relevante, que entre otras cosas formó parte de la organización que recibía a los exiliados españoles en México. En un principio, creyeron que se trataba de un caso de homonimia, pero pronto supieron que no. «Acabamos por descubrir que efectivamente  se trata de la misma persona y que mi tío no había muerto dos veces, ni tres veces, pero había vivido dos», relata el propio González Orejas.

Esta «nueva vida» del tío Patricio fue el detonante para que el periodista y escritor se lanzara a una empresa literaria más ambiciosa, la escritura de una «falsa novela» o una no ficción novelada que ha visto recientemente la luz, y cuyo título le encaja como un guante, Un giro inesperado (Ediciones Trea).

«Yo tenía una historia y decidí utilizar las herramientas que se utilizan normalmente en la ficción, pero para contar algo que no es ficticio», señala. Algo como lo que hizo Truman Capote en su afamada obra A sangre fría. Uno de los atractivos del libro es que no solo cuenta la historia sino también el proceso de cómo se consigue la historia, los pasos que va dando el autor, sus indagaciones en entrevistas y en numerosas fuentes documentales. «También es una historia, como diría Unamuno, de cómo se hace una novela», sostiene.

Ese giro inesperado es la segunda vida de González Quintanilla, que a pesar de lo mucho que se sabe de su etapa en México, no acaba por cerrar del todo el misterio en torno a su vida. Quizá el más insondable, la explicación de por qué nunca más volvió a contactar con su familia asturiana. Murió en 1980 sin que nadie supiera de él en Asturias.

Sí se sabe que el militar asturiano se embarcó en Le Havre cuando ya estaban a punto de llegar los alemanes a Francia, llegó a Nueva York y de la ciudad estadounidense pasó posteriormente a México, donde se convirtió en una persona importante. Aparte de su papel en la recepción de los exiliados, tuvo una carrera muy próspera, desempeñándose como arquitecto y posteriormente como ingeniero industrial «pese a que no había pisado una universidad, ni un aula, ni una escuela universitaria en ningún momento», como subraya su sobrino, que lo considera «un hombre de una inteligencia tremenda». No en vano, llegó a ser director general del Instituto Mexicano del Carbón y del Acero, entre otros cargos.

Un giro inesperado es, entonces, una historia y también una indagación del autor en el mencionado misterio que por qué Quintanilla perdió el contacto al completo con sus raíces. «Yo no doy una única razón, porque no la sé, es decir, indago en el libro qué pudo haber ocurrido para que una persona que tenía buenas relaciones con su familia se hubiese alejado, porque ni tenía delitos de sangre ni otras razones que le impidiesen volver; en los primeros años no podría haber vuelto porque lo hubiesen encarcelado como mínimo, como ocurría con todos los oficiales republicanos, pero más tarde sí pudo volver».

Francisco González Orejas es un hombre con muchas ocupaciones, que no son obstáculo a su carrera literaria y a su gusto por la palabra escrita. Actualmente, es director general de la RTPA, un cargo que no le permite tener una rutina de escritura: «Yo sigo manteniendo una actividad profesional, y a veces digo que soy un escritor dominguero, escribo en los tiempos libres». Esta es una de las posibles razones, cree, de que haya escrito siempre relatos y no textos narrativos extensos.

Un giro inesperado fue concebido así, con una cocción lenta, «el libro fue haciéndose a sí mismo», asegura el autor, que fue arrastrado por la curiosidad a buscar documentación en el Archivo de Salamanca, o en el Archivo Militar del Ferrol, y más tarde en instituciones mexicanas o en la Fundación Juan Negrín, en las Palmas. Y a base de notas y apuntes, el libro fue cobrando forma hasta convertirse en un texto narrativo. Lo que procuró desde un principio el autor fue «una lectura cómoda, fácil». El libro tiene capítulos breves que permiten avanzar con un ritmo sosegado. «No es un trabajo histórico, ni académico, ni ensayístico; yo aspiro a que me digan, y algunos me lo han dicho, que se lee como una novela, porque efectivamente es una novela, con la única diferencia de que las novelas, por regla general, están basadas en lo una historia ficticia, y en este caso lo que se cuenta es una historia real», concluye.

El autor parece haber conseguido lo que se proponía, a juzgar por el buen recibimiento que ha tenido el libro. Así describe la obra Manuel García Rubio en la revista Zenda: «un libro absorbente, difícil de clasificar y que suma todas las características de la escritura de Orejas: ambición, erudición, densidad de pensamiento, calidad de estilo, fluidez y, en ocasiones, un fino sentido del humor, irónico y sarcástico».