El día en el que todo cambió para Supersubmarina: así fue el accidente que truncó de golpe su carrera

P. V. LA VOZ

CULTURA

Gonzo habla con los miembros de Supersubmarina
Gonzo habla con los miembros de Supersubmarina ATRESMEDIA

«Es la historia de una banda de cuatro amigos que consiguieron un sueño, se desvaneció y tuvieron que aprender a sentir qué era el corazón de esa amistad», resumen los miembros de la banda en «Supersubmarina. Cien maneras de volver», un programa doble de «Salvados»

27 oct 2024 . Actualizado a las 12:46 h.

Era una noche de verano. 14 de agosto del 2016. El día en el que todo cambió. Los miembros de Supersubmarina habían tocado en el Medusa Sunbeach Festival, en la localidad valenciana de Cullera. Fue su última actuación, la última vez que recogieron sus equipos y se pusieron en marcha para volver para volver a su Baeza natal. Montados en su Seat Alhambra gris, tomaron la carretera N-322 hacia Jaén. Estaban en el ecuador del trayecto, a la altura de Albacete. En el kilómetro 168, la vida de los integrantes de la banda cambiaría para siempre. Su vehículo impactó de forma frontolateral contra una furgoneta de reparto de pan, un Mercedes Sprinter blanco. Seis personas resultaron gravemente heridas, entre ellas, los cuatro componentes del grupo.

José Chino, Pope, Jaime y Juanca fueron trasladados al hospital de inmediato. A Chino lo tuvieron que operar de urgencia de un traumatismo craneoencefálico y de una contusión abdominal en el Hospital Neurotraumatológico de Jaén. Fue el peor parado. Tras varias semanas en la UCI, se sometió a un intenso proceso de rehabilitación neurológica en una clínica madrileña. Pero aún a día de hoy, intenta recobrar la movilidad de su mano derecha. Las peores secuelas fueron en el cerebro. Lo confesaba hace unos meses él mismo: se había olvidado de que alguna vez había sido cantante de la banda. No recordaba nada de la tragedia, pero tampoco de los ocho años anteriores. Sufre anosognosia, un alteración de la percepción personal causada por los daños cerebrales. No tiene ninguna memoria de su carrera como cantante y compositor, ni de haberse subido a los escenarios. Solo se «acordaba» del éxito del grupo por los vídeos que había visto en YouTube.  Ahora, en su charla con Gonzo para Supersubmarina. Cien maneras de volver, un programa doble de Salvados que se emite este domingo 27, reconoce que solo lo recuerda «fugazmente» estar sobre las tablas.

El batería, Juanca, fue el que más tiempo pasó ingresado en el hospital: 47 días. Se iba a casar apenas un mes después y cuando se despertó del coma inducido asumió que el accidente había sido consecuencia de una despedida de soltero que se les había ido de las manos. Hasta llegó a pedirles perdón a su familia y a su novia por algo de lo que no tenía culpa ninguna. Por suerte, solo un año después de recibir el alta, él si pudo continuar con su carrera musical, como DJ y como parte del grupo Melifluo.

Una banda en la que está también Jaime, el que era guitarrista de Supersubmarina. Aunque las secuelas no han tenido la gravedad de las de Chino, lo suyo también fue un calvario. Estuvo solo semanas en el hospital, pero tuvo que regresar en numerosas ocasiones. Ha pasado por más de 40 operaciones para lograr salvar su pierna. Y, aunque ahora da las gracias —«No puedo quejarme, me ha tocado»—, por el camino de su dura recuperación tuvo que hacer frente a una grave depresión que lo hizo pensar en el suicidio.

El primero de todos en recibir el alta fue Pope, bajista del grupo, el que conducía el vehículo siniestrado, y curiosamente el que menos complicaciones ha tenido en general. Pero eso no quita que la tragedia siga presente en él. «Queda un pitido, un pitido que no se va», le confiesa a Gonzo, «estás durmiendo y lo sigues escuchando. Solo quien lo vivió lo sabe». En parte, el estar a los mandos del vehículo hace que lleve una carga moral añadida al resto: «Tenía siempre en mente que yo era el que conducía, el que lo había parado todo».

La carrera ascendente de Supersubmarina se truncó de golpe. Fundado en el 2005, el grupo sacó dos EP en el 2008 y el 2009, y un año después lanzaron su primer álbum de estudio. Cuando sucedió el accidente, iban ya por el tercero. No han vuelto a sacar ninguno más con música nueva. Pero ocho años después del fatídico día que los cambió para siempre ha llegado el momento de volver a la esfera pública.

2024 ha sido su año del regreso, de muchas y muy diversas formas. De las que les son posibles. Como una forma de «celebrar la vida», y también la amistad, lo que los une. «Ya no duele tanto, ahora podemos hablar», dijeron el pasado mes de abril, en la presentación del libro Algo que sirva como luz, donde el periodista Fernando Navarro cuenta la historia del grupo tras años de entrevistas con los cuatro miembros de la banda. Fue la excusa para reaparecer tras años apartados de los medios.

Poco después Supersubmarina aprovechaba para lanzar La Maqueta, una remasterización de las canciones compuestas en sus primeros años.

Y, aunque el regreso a la música se antoja lento, ya han traspasado otra frontera: han vuelto a subirse al escenario. Sucedió el pasado mes de agosto, en uno de esos lugares que siempre fue un templo para ellos. Los miembros de la banda reaparecieron por sorpresa en el Sonorama y recibieron el cariño unánime de la multitud que abarrotaba la plaza del Trigo de Arganda del Duero. Los presentes corearon al unísono su canción Supersubmarina. «Os hemos echado de menos», declaró la cuenta oficial del festival tras el emotivo homenaje al grupo al que catapultaron a la cima del indie nacional.

A partir de aquí, ya solo queda el futuro. En su charla con Gonzo para Supersubmarina. Cien maneras de volver, un programa doble de Salvados que La Sexta emite este domingo 27, lo tienen claro. Es el momento de avanzar, de curar las heridas, las que se ven y las que no, y de hacerlo, eso sí, como una familia. A la hora de definir la historia de Supersubmarina en una frase, a petición del conductor de Salvados, no pueden hacerlo con mayor precisión: «Es la historia de una banda de cuatro amigos que consiguieron un sueño, se desvaneció y tuvieron que aprender a sentir qué era el corazón de esa amistad».