Un fábrica de esperanza

Alfredo Canteli

CULTURA

Alfredo Canteli Fernández. Alcalde de Oviedo
Alfredo Canteli Fernández. Alcalde de Oviedo

23 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay momentos que, por insignificantes que nos puedan parecer, se quedan grabados para siempre en nuestra memoria colectiva. Por ejemplo, todos recordamos qué estábamos haciendo, y dónde, cuando Iniesta marcó su gol decisivo ante Holanda. De igual modo, estoy convencido de que muchos recordaremos lo que sentimos el pasado cuatro de agosto, cuando Carolina Marín tuvo que retirarse, entre lágrimas, de la semifinal de los Juegos Olímpicos de París tras sufrir una cruel lesión. 

Menciono esto porque la jugadora onubense, que ha logrado terminar con todos los estereotipos del bádminton (ha sido la primera y la única deportista no asiática en convertirse en campeona olímpica de esta disciplina) es, este año, la galardonada con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes. 

Y he de admitir que al escribir estas líneas, su historia fue la primera que acudió a mi memoria cuando intenté recordarme a mí mismo lo que significaban estos galardones para toda la sociedad. 

No se me ocurre nadie que represente mejor que Carolina Marín los valores que, cada año, se intentan proteger y transmitir con estos Premios. 

Ella es el ejemplo de cómo se puede alcanzar la excelencia desde la humildad; de cómo la superación es el único camino hacia la realización; y de cómo el éxito no está reñido con la modestia, con la solidaridad o con el compromiso. 

Carolina Marín es el espejo en el que debemos mirarnos si queremos avanzar hacia un mundo en el que la paz, la cultura, el esfuerzo y el conocimiento imperen sobre la intolerancia y la injusticia. 

Como lo son, también, el resto de galardonados que la acompañan en esta edición: Joan Manuel Serrat, Marjane Satrapi, Michael Ignatieff, Ana Blandiana, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI); Daniel J. Drucker, Jeffrey M. Friedman, Joel F. Habener, Jens Juul Holst y Svetlana Mojsov; y la Agencia Magnum Photos. 

Enhorabuena a todos. 

Os aseguro que para Oviedo, y para los ovetenses, es un enorme orgullo recibiros en nuestra ciudad. 

He de confesar que, como Alcalde, me siento honrado de que, un año más, seamos los afortunados anfitriones de tan ilustres invitados. 

Gracias a ellos, nuestra ciudad vuelve a ser la capital universal de la excelencia y un faro ejemplar de conocimiento que emerge, desde el Teatro Campoamor hacia el mundo entero, para alejarnos de la oscuridad en estos tiempos inciertos. 

De ahí que mi agradecimiento a la Fundación Princesa de Asturias sea tan profundo: es mucho lo que le debemos a los responsables de que Oviedo sea, año tras año, una fábrica de esperanza. 

Por ello, quiero animar a todos los ovetenses, y a todos aquellos que nos visitan estos días, a que llenen nuestras calles y a que disfruten de la enorme sensibilidad de los premiados; de sus reflexiones, de su mirada crítica, de su constancia, de su altruismo y de su cultura. 

En definitiva, salgamos a la calle a disfrutar de este gran privilegio que son los Premios Princesa de Asturias; un regalo que, hace tiempo, nos hizo la vida a los ovetenses y que ahora, desde Oviedo, compartimos con el resto del mundo.