Un espejo al que mirarse

Carmen Moriyón

CULTURA

La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón.
La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón.

23 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La excelencia es la mejor forma de liderazgo. 

Para una ciudad como Gijón, que aspira a liderar un futuro brillante y ser motor de progreso, los Premios Princesa de Asturias son siempre un espejo al que mirarse, un espacio de inspiración sin límites.

No es ninguna novedad hacer hincapié en el impacto que estos galardones tienen en la proyección de nuestra región, en la ventana al mundo que suponen cada año. No es ninguna novedad pero no por ello es menos oportuno subrayarlo. 

En un momento de certezas difusas y referentes cada vez más difuminados, resulta un lujo para Asturias contar con una cita que, pese a haber sabido renovarse a lo largo de los años, siempre ha mostrado una resistencia innata hacia las modas.  

Hablo de resistir a las modas como sinónimo de un rumbo fijo, de una hoja de ruta firme esencial para el desarrollo de cualquier sociedad moderna que se precie.

No en vano, el trabajo de la Fundación Princesa de Asturias sirve a esta tierra un escaparate incomparable, un termómetro social único y una inspiración tractora a todas luces necesaria. Hablar de los Premios es hablar de nuestra mejor versión, de una virtud espontánea entre el sentimiento de pertenencia y la ambición por avanzar para seguir a la cabeza de los tiempos.  

Y por supuesto, si hay algo que de verdad simbolice el potencial de la cita son sus premiados. Este año no es una excepción. Asturias acogerá estos días a alguna de las figuras y entidades más brillantes, aquellas que forman por méritos propios historia de la humanidad.  

En nuestro territorio se darán cita la sensibilidad, el compromiso y la trascendencia de Joan Manuel Serrat; el talento innato al servicio de los derechos humanos de Marjani Satrapi, esencial para construir futuro; el espíritu de superación y la fortaleza de Carolina Marín; la capacidad de análisis al servicio de la sociedad de Michael Ignatieff, imprescindible a la hora de entender la realidad que vivimos; la capacidad de generar preguntas de Ana Blandiana, autora de una obra que desafía la censura y hace crecer; el impacto social de Daniel J. Drucker, Jeffrey M. Friedman, Joel F. Habener, Jens Juul Holst y Svetlana Mojsov, miembros de ese selecto grupo de científicos que cambian la historia; el compromiso con el mejor fotoperiodismo de Magnum Photos, que ponen ojos allá donde no llegan las miradas; y el ejemplo de cooperación que define a la Organización de Estados Iberoamericanos para la educación, la ciencia y la cultura (OEI), un puente para un futuro mejor. 

Solo este párrafo, el resumen de una sola edición que es la presente, debería bastar para entender la trascendencia de unos Premios que nos hacen mejores. 

A lo largo de la historia, Gijón siempre lo ha entendido así. Lo seguirá haciendo.  

Para una ciudad que quiere liderar, la excelencia es la mejor forma de liderazgo.