El mundo de la cultura muestra su indignación tras la inundación de una planta de la Biblioteca Nacional de España
CULTURA
«La BNE está por encima de todos los partidos» afirman en el comunicado. El Ministerio de Cultura está trabajando en un estudio sobre los desperfectos
22 oct 2024 . Actualizado a las 08:23 h.Cerca de un centenar de escritores, historiadores, restauradores o conservadores han firmado un manifiesto en el que exponen su «asombro e indignación» por la situación que atraviesa la Biblioteca Nacional de España (BNE). El pasado jueves la última planta del edificio se inundó tras las fuertes lluvias que tuvieron lugar en Madrid, afectando a decenas de libros.
«La BNE está por encima de todos los partidos, representa a todas las Españas y a toda la Hispanidad. Sus colecciones son únicas. Los poderes públicos deben protegerla. Es una obligación legal y un deber moral», aseguran los firmantes, entre los que destacan el historiador Juan Van-Halen Acedo, la conservadora Guiomar Monforte o el escritor Luis Español, que ha encabezado esta reclamación y ya avanzaba un manifiesto el pasado viernes en su cuenta de X.
El documento, recogido por Europa Press, exige a las autoridades y al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en su calidad de Presidente de la BNE, que adopten las medidas técnicas y económicas para proteger la integridad de la institución. «Dándoles prioridad absoluta para que situaciones como las vividas esta semana no se vuelvan a producir», reclaman los firmantes.
Asimismo, señalan que es «inadmisible» que los empleados de la BNE «tengan que enfrentarse con paraguas a las inundaciones» de la anterior semana, «fruto de un evidente deterioro de las instalaciones». Además, destacan que no son dueños del «patrimonio de conocimiento» que han heredado de las generaciones pasadas, algo que se debe seguir «transmitiendo, aumentándolo, conservándolo y mejorando su acceso».
Cultura trabaja en un estudio para ver el alcance de los desperfectos
Por su parte, el Ministerio de Cultura está elaborando un estudio para ver el alcance de los desperfectos de la Biblioteca Nacional y decidir si es necesario ir más allá de las actuaciones realizadas hasta el momento.
En declaraciones a los medios previas a la presentación en la Biblioteca Nacional del programa de la próxima Feria Internacional del Libro (FIL) Guadalajara (México), Urtasun ha informado de que cuando llegó al Ministerio de Cultura ya había desperfectos en la cubierta y, desde entonces, se ha actuado con celeridad y una inversión que asciende a dos millones de euros.
Urtasun ha valorado el protocolo de actuación inmediata, que está en marcha para proteger los fondos, y ha agradecido a la gerencia de infraestructuras de la Biblioteca Nacional y al personal de la institución la celeridad de su actuación en las recientes inundaciones, que supuso que «no hubiera daño significativo en los fondos».
El ministro ha dicho ser «consciente» del problema, pero ha querido enviar un «mensaje de tranquilidad» dado que desde el primer momento se está actuando y el estudio se está elaborando en «pleno diálogo con el personal de la casa».
Por qué se inundó la Biblioteca Nacional
El sindicato de UGT denunció el pasado jueves, 17 de octubre, que la BNE parecía «una piscina» y que se tuvo que actuar con «urgencia», aunque «bastantes» libros se mojaron ante las últimas lluvias que se produjeron en la capital.
«El sumidero global tenía que desembocar en el Paseo de la Castellana, pero no ocurrió porque estaba sobrepasado y no se pudo desalojar bien el agua. Esto unido a que se habían dejado mal tapadas las obras de la azotea, provocó que se filtrase el agua a la última planta y se embalsó todo», explicaron a Europa Press fuentes del sindicato.
Además, señalaron que esa zona inundada es «habitual» que, cada vez que llueva fuerte, se formen goteras, pero «esta vez ha sido el colmo». «Hasta ahora no había hecho falta, según la gerencia o según la dirección de la BNE, una intervención tan apremiante y ayer ya vieron que sí», sentenciaron.
En su comunicado recuerdan que «ya hubo problemas de goteras en agosto porque se olvidó sellar lo que se había desellado. Aquello fue un desastre en las dos salas de atención a los usuarios y otra vez se ha vuelto a repetir».