Jesús Pinón, sobre su obra «Carne para la picadora»: «Es ligera, ágil y divertida, pero tiene su trasfondo oscuro»

María Sánchez Condado
María S. Condado REDACCIÓN

CULTURA

Jesús Pinón
Jesús Pinón

El autor asturiano presentó su obra por primera vez en la librería Matadero Uno, en Oviedo, a principios de octubre

17 oct 2024 . Actualizado a las 09:30 h.

El pasado 2 de octubre Jesús Pinón publicó su primera novela Carne para la picadora, una sitcom rock sobre las crónicas de una juventud en plena crisis del ladrillo que debe hacer frente a problemáticas como la homofobia, el machismo o la brutalidad policial. Tan solo unos días después de su estreno, el autor asturiano habla sobre su proceso creativo y sus inspiraciones en una entrevista concedida a La Voz de Asturias.

—¿Cómo empieza su andadura en el mundo de la literatura?

—No es que tenga mucho bagaje en el mundo de la literatura, es un hobby para mí más que otra cosa. Me gusta escribir y me gusta mucho leer. Además, que mi primera novela no sea una autopublicación, sino que sea en una editorial tradicional es un orgullo y una motivación. Al final, todo el que escribe quiere que se lean sus cosas. Así empezó un poco todo, queriendo contar historias y sacándolas adelante.

—Antes de esta primera novela, ¿se había planteado publicar alguno de sus otros escritos?

—Hace como 10 años publiqué un libro de poesía, era lo primero que empecé a escribir. También escribo relatos cortos y ese estilo de cosas, pero como novela, esta es la primera. No tengo nada en el cajón de esto que dices «lo tengo escrito, pero no salió a la luz». Es la primera novela que escribo y la primera cosa que publico de narrativa.

—¿Cómo fue el proceso de creación de Carne para la picadora? ¿Cómo nace la idea?

—La idea germinó a raíz de descubrir escritores como Irving Wells, que me marcó bastante con novelas como Trainspotting, la nombro en mi novela. Así empecé, leyendo este tipo de historias que él contaba acerca de un grupo de jóvenes en ciudades deprimidas, como puede ser el Edimburgo de los 80, y enfrentándose a crisis laborales o crisis de drogas. Yo también viví mi época de estudiante en la crisis del ladrillo y se me ocurrió que las historias que nos pasaban en esa sociedad, en esa juventud de la época, no eran tan diferentes a las que contaban ese tipo de autores, como pueden ser Irving Well o Bret Easton Ellis. Surgió un poco de esa literatura más realista y cruda. Yo también tengo historias que contar, por qué no hacerlo.

Durante mucho tiempo fui apuntando notas, anécdotas y vivencias hasta que llegó un momento que decidí ponerme manos a la obra y trabajar en ello. Durante tres o cuatro años estuve escribiendo la novela. Después empecé a presentarla a las editoriales y tuve la suerte de dar con Los Reyes del Mambo, una editorial que encaja bastante con el estilo de Carne para la picadora.

—Para quién abra por primera vez la novela, ¿qué se puede esperar de ella?

Carne para la picadora es la historia de un grupo de estudiantes universitarios aficionados al rock, al alcohol y a las drogas. Son unos veinteañeros contextualizados durante la crisis inmobiliaria del 2010. Son personajes rebeldes, contestatarios, inconformistas. Es una novela bastante generacional de esa época. Cubre un poco la juventud, el ocio y aquellas maneras de divertirse.

Es una novela ligera, ágil y divertida, pero que tiene su trasfondo oscuro, en la que los personajes se van enfrentando a diversos problemas de carácter social como la homofobia, el machismo o la brutalidad policial.

—¿Se podría decir que el público objetivo de la novela son aquellas personas que vivieron la época universitaria en torno a la crisis del 2008?

—No es que esté orientada a ellos, pero quizá esa generación es la que más puede disfrutar de la novela, por las referencias, por los recuerdos y la nostalgia que pueda tener de esa época. Pero creo que las problemáticas que trata la novela, por desgracia, siguen siendo muy actuales, no pillarían a nadie a pie cambiado.

—¿Por qué Carne para la picadora?

—Es el mismo título de una canción de un disco del grupo La Polla Récords. La letra de la canción, por lo que yo interpreto, habla de esa juventud intoxicada y un poco truncada por las drogas. En este caso quería hacer algo parecido.

La novela tiene dos tonos: empieza con un tono más ligero, más divertido, mirando la vida de unos estudiantes universitarios con una moralidad un poco difusa, y avanza viendo como al final esa visa les acaba pasando factura. Ese sería el símil con la canción de La Polla.

Carne para la picadora no está ambientada en un lugar concreto, pero ¿se puede ver en ella algo de inspiración en el Principado o de Galicia, lugar donde estudio?

—Sí, a ver, al final no quise poner ninguna de ciudad para que el lector la hiciese un poco suya. En la novela se habla del clima y de una ciudad gris por lo que se puede interpretar como una ciudad del norte de España. Por alguna referencia o algún nombre se puede entender que es Coruña, donde yo estudié, pero también se pueden ver cosas de Gijón u Oviedo.

—¿Qué acogida ha tenido la novela? ¿Ha cumplido sus expectativas?

—Sí, en principio, sí. Se hizo una tirada inicial del libro y las librerías lo están pidiendo bastante. Según me dicen desde la editorial, se ha encargado una nueva tirada. Entiendo que son buenas noticias. Además, las críticas que estoy teniendo son buenas en general. La verdad que estoy bastante contento.

—Por último, ¿tiene alguna otra novela en camino o, al menos, en mente?

—Bueno, en mente sí. Estoy escribiendo alguna cosilla y sí tengo algunas ideas y unas pinceladas para una nueva novela, pero sería, como mínimo, a medio plazo.