El «drogotest», centro de la mofa del último vídeo de Mota Blues, «Pablito y el palito»
CULTURA
Chino el Indio, cantante del grupo asturiano: «Andar por la carretera para la gente a la que le gusta la comedia está convirtiéndose en un cantar de gesta»
27 sep 2024 . Actualizado a las 10:36 h.«Este carro solo es de comediantes». El verso de la canción «Los delincuentes», de Veneno, parece hecho a medida para el grupo asturiano Mota Blues. El power trío formado por Chino el Indio (voz y guitarra), Christian Ramos (bajo) y Toni Tamargo (batería) se sube siempre a los escenarios con esa idea de comedia bien clara y definida. Lo suyo es «decir coses muy series partiéndote el culo», «una especie de Monty Pyton de la marihuana», como define su cantante. Y este espíritu festivo y a un tiempo crítico, así como su vocación de abrir su abanico musical, aparecen en todo su esplendor en el vídeo que acaban de sacar a las plataformas, «Pablito y el palito».
El «palito» es el test de drogas que se hace a algunos conductores, Pablito es un personaje que «vivía de festival en festival, vendiendo ropa guapa y hierbabuena, pensó que nunca lu iben a parar». Sin embargo, cuando viajaba de Pola Siero a Portugal, e «iba disfrutando del paisaje, de la música y el viaje», lo pararon y le hicieron la prueba, con el resultado que es fácil imaginar. «A Pablito le pusieron el palito y escribió la ranchera del control de la madera».
Chino el Indio dice, a propósito del mensaje de la canción, que «andar por la carretera para la gente a la que le gusta la comedia está convirtiéndose en un cantar de gesta», con una sociedad «todo el rato con lo políticamente correcto», y opina que podría buscarse otra forma de enfocarlo, «igual medidas como hacer coches que no corran tanto o dejar a la gente dormir en el coche». Por otra parte, sostiene que «la fiabilidad del drogotest no está muy clara», que «hay veces que da positivo igual aunque se lleve tiempo sin consumir, hay veces que se puede recurrir y otras, no, y la información a la que hay que atenerse no está muy clara». Para hablar de estas cosas, siguieron la senda del narcocorrido, «con la coña del drogotest», en un giro más que notable en su estilo musical, que se ha visto reflejada en algunas de las canciones que han ido sacando en los últimos tiempos, como adelantos del disco que esperan sacar en primavera del año que viene.
De la grabación del video se encargó Leti Cienfuegos, el audio fue cosa de Fernando Malva, de La Nozal, en Llanera, y la mezcla corrió a cargo de Nel de Purnea. El cantante no deja de insistir en que Mota Blues es «una cooperativa de colegas, un círculo» que siempre los apoya en todo lo que se les ocurre y los ayuda a sacarlo adelante.
La pandemia fue importante en los cambios experimentados por el grupo. Habían empezado a grabar justo antes de que llegara, y cuando se declaró la cuarentena todo quedó en el aire. No dejaron de hacer canciones desde entonces, y notaron una gran evolución, para la que han acuñado un neologismo: «fumetamorfosis». «En el disco está esta ranchera, cosas más hard rock de toda la vida, electrónica, temas más folk; hay de todo, y un catálogo enorme de músicos asturianos, un total de 15, que son gente de casa, no de andar por casa, son todos grandes profesionales», asegura Chino el Indio. Entre otros muchos, están Nel de Purnea, Pablo Canalís, Rubén Alba o Sergio Absolut.
Mota Blues lleva lanzados cuatro adelantos de un disco que tendrá un total de 15 canciones. En breve prevén adelantar otra más. Cuando llegue se apreciará la mezcla de estilos y la evolución, que no obstante lleva consigo una forma de concebir la música y las actuaciones que el grupo ha tenido desde su nacimiento hace ya 12 años. El pasado invierno hicieron una gira por Galicia, el País Vasco, Cantabria, León y Madrid que tuvo una excelente acogida, y donde el origen asturiano de los músicos se hizo notar. «Está guay que se note lo que eres, no que parezca todo un producto de multinacional», opina Chino el Indio. Su idea es sumar la raíz asturiana a la del blues y el rock, que aunque parecen tener una gran distancia por la lejanía en el mapa, no la tienen desde el punto de vista cultural. «Tenemos tren de cercanías, un río, había minería, hay mogollón de cosas en común con los temas de música de raíz americana; nuestros güelos eran como los bluesmen, y hippies hubo alguno que otro», concluye.